Ciudad

Una salida laboral

Plomeras: un oficio que empodera a las mujeres

Jorgelina tiene 49 años y comenzó a capacitarse en plomería para arreglar las cosas de su casa. Pero pronto se convirtió en una salida laboral. Asegura que los clientes se sienten más seguros cuando tratan con mujeres


Jorgelina Tosolini tiene 49 años y gran parte de su vida fue ama de casa. Pero hace unos meses su vida cambió cuando empezó a trabajar como plomera. Para aprender el oficio, a mediados de año hizo un curso municipal de capacitación en La Toma (Tucumán 1349). Ese fue el trampolín para la independencia laboral y un ingreso propio. Pero la mujer no se conforma con eso. Va por más. Quiere seguir aprendiendo. “Cuando empecé con este oficio la idea era poder arreglar las cosas en mi casa. Pero luego surgió lo de poder trabajar. Y con una veta, que es que los clientes llaman y se sientan un poco más seguros con una mujer”, contó.

En total fueron 15 las mujeres que se anotaron para realizar el curso de plomería, pero sólo 8 lo terminaron. Tenían entre 40 y 50 años. “Cuando me enteré me inscribí en distritos buscando una salida laboral, un ingreso. Pero la mano está dura”, cuenta la mujer.

Las herramientas necesarias para ejercer el oficio son una pinza, pico de loro, llave francesa, destornilladores, cortadora de caño, sellaroscas, cinta métrica, afloja todo y llave articulada, entre otros elementos. Jorgelina los tiene: algunos los heredó de su papá y otros, a medida que pudo, se los fue comprando.

El primer trabajo para el que la llamaron fue en barrio La Florida: era la casa de un matrimonio de adultos mayores. Fue con una compañera y tenían que cambiar la sopapa de la pileta del baño, pero ese no fue el problema. Surgieron otros y lo solucionaron.

“Cuando vas a una casa no sabés con qué te vas a encontrar. Por eso es importante saber qué tipo de construcción tiene la casa”, explicó Jorgelina.

Uno de los sueños que tiene Jorgelina es preparar a mujeres en el oficio: en vecinales y bibliotecas. “Cada plomero con su librito”, aseguró, mientras mostraba una carpeta con la que quiere darle a cada una de las que se anoten en el curso.

En lo que sí se pusieron de acuerdo las ocho mujeres que terminaron la capacitación fue en el diseño de las remeras: chomba azul con un logo que reza “PR” (Plomeras Rosario), y de fondo, una canilla.

Jorgelina buscó una salida laboral en el oficio pero también es una medida de seguridad, ya que muchos contratan exclusivamente a mujeres, aseguró. “Algunos, no todos, se aprovechan del que no sabe del oficio”, contó.

Hoy ya no es una cuestión de hombres el oficio de plomero. Jorgelina incursionó en el terreno y también dio consejos: cambiar los vástagos (cueritos) y destapar los desagües, una vez al año.

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