El Hincha

Básquet

Pitu Neme, un alero moderno en los tiempos del piso de mosaico y el humo del choripán

Charla imperdible con el goleador santiagueño, uno de los mejores jugadores que tuvo la década del 90 en el básquet de la ciudad. Sus recuerdos, su presente y el detalle de su juego


Eran tiempos de piso de mosaico, de ese que chirriaba al frenar, con un sonido que los jóvenes basquetbolistas no podrán siquiera imaginar. Esa pista de aterrizaje que todavía está en el recuerdo de las rodillas adoloridas de los veteranos, ese suelo que oficiaba de castigo para aquellos atrevidos que osaban volar hacia el aro para intentar las escasas volcadas de la época, las que generaban un estruendo en la gente que colmaba las canchas y le ganaba a la línea de fondo de cancha para poder ver el partido. Eran tiempos de humo de choripán en medio del gimnasio, porque así se le decía, porque en el léxico de la época era práctica en lugar de entreno, técnico en vez de coach, inferiores por formativas y pelota en lugar de bola. Tampoco hacía mucho que se habían ido los tableros de madera.

El básquet de Rosario era ebullición y por aquel entonces un flaco santiagueño, algo narigón (para que no se enoje) pasaba sus días en Rosario en la casa de la que hoy es su ex mujer cuando en la calle se generó su contratación a Sportsmen Unidos de Rosario. Así de sencillo, sin representantes ni anuncios en redes sociales, Oscar Pitu Neme llegó al certamen local: “Fue creo que entre el 92 y 93 porque venía del Alfa Omega Olímpico de la Banda, que jugó el TNA con Cortijo, Arejula y Camisassa. La mamá de mis nenas vivía en 1° de Mayo y Cochabamba y Miguel Amione, un vecino, me invita a jugar en Sportsmen. Fui así nomás y el Turco Grimaldi me hizo esperar hasta el final del entrenamiento para hablarme de malo que era. Después se enamoró de mi (risas)”.

“Estuve hasta el 97 con el grupo que tenía a Jaskowsky, Miranda, Tripelli, Moser, Duclós, Roig, Cristian Grimaldi, me acuerdo de todos”, cuenta desde Santiago del Estero Neme en plena tarde, desterrando el mito de la hora de la siesta. “Recuerdo con cariño al Profe Marchica, al Turco, a Ricardo Domínguez que muchas veces me invitaba a comer a su casa”, agrega.

Neme causó impacto en Rosario por su capacidad anotadora y su increíble desempeño atlético. Imparable en el mano a mano, letal en la contra y con un plus de carácter que se fue construyendo en el básquet de la ciudad. Un alero moderno en un básquet más anticuado, que empezaba una transición hacia lo que hoy se asume como habitual.

“El torneo era tremendo, creo que a nivel nacional es de los mejores. Había muy buenos equipos, como Provincial, Atalaya, Gimnasia, Central. Ganamos muchos torneos, incluidos los que se jugaban a inicio de año en Temperley y El Tala, salvo una final que perdimos con Provincial de local y casi se me muere el Chino (Raúl Foradori, presidente del club)”, rememora Oscar sobre los éxitos del Verde y también esa derrota ante el Rojo de Pablo D’Angelo con el agónico tanto de Juan Andrés Olivier en un estadio que explotaba. Fue en el 95, en medio de los festejos de Sportsmen del 94 y 96 en “el oficial”.

Y se termina de clavar el puñal: “Vi el video que subieron en la página Básquet Rosario, yo lo marcaba a Olivier”.

Neme comenzó en los premini de Independiente BBC. Luego pasó por Instituto de Córdoba, Deportivo Madryn, Petrolero Argentino de Cutral Có, Olímpico,  y luego de Sportsmen  se fue a Sport Club de Cañada de Gómez, Alumni de Casilda, Deportivo Roca de Río Negro, Argentino de Junín, Quimsa y All Whedda de Siria, Pascola de Sonora, Guerreros de Acapulco, Española de Charata, Red Star de Catamarca, Alma Juniors de Esperanza, Italiana de Charata y cerró su carrera en Independiente BBC.

“Me encantaba el básquet de Rosario. Mucha gente, mucha barriada, mucha rivalidad con Atalaya o con Central. Yo viví primero ahí en 1° de Mayo y Cochabamba y después en Pellegrini y Laprida. Íbamos a tomar café a un bar que tenía el Turco Grimaldi”, recuerda Neme de sus tiempos en la ex República de la Sexta y no duda en afirmar: “Era tierra de mucho básquet. Honestamente dejé muchos amigos y conocidos, tengo muy buenos recuerdos y dos hijas que vienen ahí, Iara y Nahir. Apenas pase esto voy a viajar”.

La tonada es inconfundible, la cadencia viste sus palabras y cada frase es un vaivén sonoro con la erre copando la parada. De Santiago a Rosario y de Rosario iría a recorrer el país con el básquet.

Su salida del Verde también tiene una historia particular: “Fuimos con la selección de Rosario a un partido homenaje a Hugo Sconochini en Sport y tuve que jugar de base. Como fue un partido dinámico, no tuve problemas para subir la pelota y me destaqué, entonces Marcelo de la Fuente me llevó a Sport para jugar la Liga B. Por suerte a los cinco partidos me dijo que yo tenía que jugar de alero y sumaron a un base de Cañada. Estuve tres años, también con Nenin Neurkinchen, fui goleador de la Liga B y allí comenzó mi carrera en la Liga”.

Por estos días, Neme cumple con el aislamiento obligatorio, aunque le confirmaron que en las próximas horas podrá volver a trabajar en su negocio de ropa deportiva, Jump Shot, al menos para enviar los productos requeridos en la venta online y a la espera de poder retomar las prácticas en la escuela de básquet del Colegio San Vicente del barrio La Católica, en la que entrenan a chicos de barrios carenciados y colaboran con ellos. “Tiene comedor al mediodía y se apunta a sacar a los chicos de la calle, de la droga. Pudimos conseguir varias cosas, porque los chicos jugaban descalzos. Esperamos poder retomar lo antes posible”, cierra Piturro Neme, que dejó su huella en Rosario en épocas de pocos videos y fotos, en las que la radio tenía el placer de contar la mayoría de las historias y las opciones eran ser testigo directo o dejar volar la imaginación desde la narración periodística.

 

*Duclós: “Fue de los mejores de esa época”

 

“El santiagueño Neme tenía unas patas increíbles, con gran capacidad de salto, era un animal, volaba. Es de piernas y brazos muy largos, y era tiempista para tapar. Un jugador extraordinario, inteligente y con temperamento, te diría que de los mejores de aquella época. No tenía un tiro bueno de media distancia porque no la posición de manos no era buena, pero lo corrigió, así como mejoró también en defensa cuando llegó a Sportsmen. Ojo que siempre fue guapo, porque en esa época tenían más carácter los jugadores tucumanos que los santiagueños, pero Neme se la bancaba. Corría, anotaba, en el uno a uno era imparable, porque salía para los dos lados. Si le dejabas poner la pelota al piso, daba dos pasos y la enterraba”.

*El interno Carlos Duclós fue compañero de Neme en Sportsmen Unidos

Comentarios