El Movimiento, dicen sus integrantes, anda; está –como bien señala su nombre– en movimiento, en la calle y en la espontaneidad. “Y eso es lo que queremos demostrar y hacer siempre”. La agrupación artística y política, reconocida por los cientos de murales que ha hecho en la ciudad y el país, está cumpliendo 6 años y en ese marco quiere festejar con una muestra que durante dos días pone en exposición todo lo que han hecho en este tiempo. Cerca de 10 telas dibujadas, más de 200 fotos, proyecciones y bandas harán “El Movimiento se muestra 2”, una actividad que comenzó ayer y continúa hoy de 16 a 22 en el club Libertad, de Mendoza 5160.
Según intentó definir Freddy Sciarratta, señalado por los integrantes de la agrupación como “la cabeza” del grupo, El Movimiento “es en sí mismo una expresión artística, humana y socialista, que, oculta tras un isotipo de superhéroe y reuniones de cerveza, idea, planifica y desarrolla acciones delirantes y realiza sueños realmente imposibles”. Tras esta definición, bien puede comprenderse lo que decían muchos en la muestra durante la jornada de ayer: “Estos pibes son unos delirantes”. Sin embargo, también pudo comprobarse que, sean lo que sean, los que forman parte del Movimiento hacen. En el club Libertad, donde ellos pintaron un mural por sus cien años, se desplegaron diez telas dibujadas bajos consigas del tipo: “Ningún pibe nace chorro”, “Juicio y Castigo”, “Vía Crucis de los excluidos”. También, se expusieron 200 fotos: todas mostraban los murales que habían hecho, por dónde habían andado. Dibujos de Luciana Aymar, Diego Maradona, Mercedes Sosa, Chacho Peñaloza, John Lennon, Evita, Malvinas, figuras bailando tango u obreros trabajando, y hasta la fachada de una parrilla en Tanti.
Sobre qué es o hace El Movimiento no hay datos precisos. Ni siquiera sus propios integrantes saben muy bien cuántos son o cómo hacen para organizarse. Es la incertidumbre que genera esa espontaneidad, que, sin embargo, a ellos les funciona muy bien. “Somos entre diez y cien”, especuló Adrián Hidalgo, miembro del grupo. “Entre treinta y trescientos”, dijo Ivana Roberti, otra integrante. Y luego agregó: “La nuestra es una agrupación que trabaja desde la práctica concreta, no desde la teoría. No hay reuniones en Movimiento, sino que se hacen espontáneas; a veces se hace una actividad y después se teoriza sobre eso. Nosotros vamos a donde necesiten expresarse. Los murales generan un fuerte impacto visual de propaganda. Un impacto muy hermoso”.
La agrupación, también simpáticamente autodefinida como “cultural, revolucionaria, latinoamericanista, bolivariana, sanmartiniana, socialista del siglo 21 y autogestiva” estuvo durante todo el año pasado pintando en el área de viviendas de la muestra nacional Tecnópolis. Los chicos viajaban cada fin de semana y salieron terceros entre lo que más le gustó a la gente de la muestra. “Pintábamos un mural por día, siempre relacionado a las casas, a la vivienda. La gente podía pintar, dejar firmas y sacarse una foto con un casco de albañil”, contó André Nunes, también miembro de El Movimiento. “Era súper participativo. Siempre lo hacemos así, amplio”, añadió.
Anteriormente, y en relación con su trabajo en Tecnópolis, la agrupación había viajado por el norte y noroeste del país pintando por los planes de vivienda que construye la Nación en las provincias de la región. “Una mezcla de arte y compromiso”, definirían. Esa conclusión bien expresa lo que políticamente El Movimiento quiere y busca reflejar: “Es arte comprometido con un proceso político. Acá hay una expresión libre y comprometida con una causa, con planes de vivienda, por ejemplo. No es menor que se haga arte desde el compromiso con la actualidad política, siempre desde lo popular, lo solidario y lo creativo”, explicó Matías Ibáñez, otro de los chicos.
Aunque no sepan muy bien a qué ideología pertenecen y entre ellos digan que forman parte del movimiento desde “peronistas de izquierda” hasta anarquistas, “queda claro que éste no es un espacio conservador, sino que acompaña el proceso que se está llevando adelante en toda Latinoamérica”. “Podemos tener definiciones políticas, pero no partido. Somos independientes y vamos a donde nos invitan y nos parece que tenemos que estar”, explicó André. Otra cosa que también es concreta es que entre tanta vaguedad –la que en realidad hace las cosas más simples– hace años que la agrupación pinta las calles de la ciudad y del país, deja murales “latinoamericanos” que perduran y con los que la muchas personas se han topado alguna vez.
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