Política

Lesa humanidad

Piden rechazar las salidas transitorias de un represor que tiene cuatro condenas

Este miércoles se llevó una audiencia donde el represor Daniel Amelong solicitó el beneficio de salidas transitorias. Las querellas se opusieron, entre ellas expuso el actual concejal e hijo de un militante desaparecido, Eduardo Toniolli


A pesar de las condenas que recaen sobre él -dos de ellas perpetuas- el represor Juan Daniel Amelong solicitó a la Justicia el beneficio de salidas transitorias del penal donde se encuentra. Este miércoles fue la audiencia donde además declararon las querellas de la causa Guerrieri y la propia Fiscalía. Recién después de la feria judicial, a fines de julio, se conocerá la decisión del Tribunal Federal.

Organismos de derechos humanos, querellantes y víctimas de delitos de lesa humanidad rechazaron el pedido de Amelong. Desde la Fiscalía intentaron poner en evidencia “el aspecto perverso y tenebroso que tuvo Amelong a lo largo de todos los juicios desde que se reanudaron”. Recordaron la serie de burlas y provocaciones a sobrevivientes y familiares de las víctimas, que efectuó quien fuera miembro de inteligencia del Ejército con el grado de teniente.

Aportaron un video de ocho minutos con las conductas que exhibió Amelong durante los cuatro juicios a los que fue sometido por violación a los derechos humanos, en los que se mostró “provocativo y amenazante” ante las víctimas.

De forma reiterada, Amelong se proclamó preso político. El fiscal Adolfo Villate subrayó este aspecto y sostuvo que “no hay forma de hacer bien a la patria tomando el poder del Estado y asesinando por lo menos 26 personas”.

La Fiscalía recordó que Amelong nunca mostró arrepentimiento ni buscó reparar a las víctimas, sino que “se mostró desafiante”. Además, existe una causa en la que Amelong está procesado por 30 hechos de violación a los derechos humanos en la dictadura, cuando revistó en el Batallón de Inteligencia 121 de Rosario.

La Agrupación HIJOS Rosario rechazó también el planteo del represor y recordó que “está condenado a dos cadenas perpetuas y a otras dos penas de 10 y 13 años por ser responsable de 28 hechos de privación ilegítima de la libertad agravada más tormentos agravados; 26 hechos de privación ilegítima de la libertad, más homicidios y la sustracción de dos menores”.

El organismo también puntualizó en un escrito que “el genocida nunca colaboró, no mostró arrepentimiento ni aportó ningún dato para hallar los restos de los desaparecidos ni a los niños apropiados”.

Durante la audiencia también recordaron que uno de los delitos por los que fue juzgado Amelong es el de apropiación y ese delito de sigue cometiendo hasta dar con el paradero de la persona. Es el caso del Melli Valenzuela Negro, nacido en 1978 y cuyo paradero se desconoce. Su hermana melliza nació en Paraná y fue abandonada en el Hogar del Huérfano de Rosario por los represores Amelong y Walter Pagano. Su nombre es Sabrina Gullino y recuperó su identidad en 2008 pero sigue buscando a su hermana o hermano apropiado. Además los delitos por los cuales está condenado Amelong son de lesa humanidad: no prescriben y son considerados como los más graves en el sistema jurídico.

El actual concejal y querellante, Eduardo Toniolli, también tomó la palabra este miércoles. Se presentó como “Eduardo, hijo de José Eduardo Toniolli detenido desaparecido durante la última dictadura por parte de la patota, de la banda de la que formaba parte el señor Amelong”.

Hizo hincapié en varios aspectos que considera más que suficientes para que las salidas transitorias le sean negadas: su rol como ejecutor material e intelectual en los secuestros, asesinatos y apropiaciones; el poner su casa familiar a disposición de la represión -conocida como La Intermedia- y las provocaciones y el discurso que sostiene aún cuarenta años después del genocidio.

En este sentido, el edil recalcó que Amelong no solo no se arrepiente de sus actos sino que se jacta de ellos y siempre que pudo se mostró como un “militante en defensa de la dictadura”, tanto dentro como fuera de los tribunales. Así, no dudó en definirlo como “un cruzado, alguien que cree que está protagonizando una Cruzada, una gesta. El discurso del señor durante todos los procesos judiciales da cuenta de eso, es un fanático”.

A pesar de que las prisiones son pensadas como un espacio donde trabajar la resocialización, tanto la Fiscalía como las querellas, consideran que no es el caso de Amelong por todo lo expuesto.

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