Este jueves por la tarde, kayakistas autoconvocados de Rosario se reunirán en la ribera del Paraná para exigir justicia en torno a la muerte de su compañera Gabriela Cassin, que tenía 52 años y perdió la vida el pasado 16 de marzo durante la travesía denominada El Desafío del Carca. Los deportistas, que harán una remada simbólica, quieren que la investigación incluya a los organizadores de esa travesía, en la que muchos de los participantes terminaron con sus botes destruidos al pasar por una zona del río Carcarañá particularmente peligrosa. El encuentro será a las 16 en la plaza seca de bajada Gallo y la avenida costanera. “No fue un accidente”, reza la convocatoria.
Una usina abandonada: trampa mortal
Marisa Cassin quedó atrapada bajo el agua al darse vuelta su kayak en una zona del Carcarañá, en jurisdicción de la localidad de Lucio V. López.
Allí están las ruinas de lo que los habitantes del lugar conocen como “usina vieja”, una generadora de electricidad con turbinas accionadas por el agua para la cual se había hecho un desvío del curso de agua y construído un salto artificial de nivel. Una inundación la dejó hace años fuera de operación, quedó abandonada y parte de su estructura de hormigón se desmoronó sobre el río.
En ese tramo, por los escombros, se forman corrientes peligrosas para la navegación. Los organizadores de la actividad no asesoraron a los deportistas –la mayoría no era de la zona– ni previeron un trayecto que sorteara la zona de riesgo, como tampoco un equipo de rescate ante cualquier siniestro.
Alrededor de 70 embarcaciones se dieron vuelta en la zona de rápidos y corrientes cruzadas, y cinco se quebraron al impactar con escombros o vegetación. Varios de los participantes terminaron lesionados. Algunos de los kayakistas hicieron públicas en su momento las deficiencias organizativas: Una lancha de apoyo que no tenía botiquín de primeros auxilios, falta de respuesta ante la emergencia, ausencia de los bomberos para el rescate.
Sin avisos ni apoyo
Los kayakistas apuntan a la responsabilidad de quienes convocaron a la travesía: el senador provincial por el departamento Iriondo, Hugo Rasetto, y las autoridades de Pueblo Andino. La peligrosidad del trayecto era conocida: el raid estaba programado originalmente para el año anterior, pero las condiciones del río hicieron que se reprogramara.
Marisa Gabriela Cassin era rosarina y participaba activamente de las actividades de kayakismo que desarrolla desde hace unos años, con creciente número de participantes, el club Rosario Central.
Su kayak se dio vuelta y ella quedó atrapada bajo el agua entre las ramas y raíces de un árbol. Falleció, de acuerdo a los primeros informes médicos, por ahogamiento. En ese mismo momento, los botes que estaban cerca pasaban por parecidos inconvenientes, por lo que ninguno de los deportistas, que trataban de escapar de la zona, se percató de la situación para auxiliarla.
La investigación de la muerte de la mujer quedó a cargo del fiscal de San Lorenzo Maximiliano Nicosia, quien ordenó el secuestro de la embarcación para la realización de peritajes, entrevista a testigos y a los organizadores del evento.
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