Policiales

Narcotráfico y lavado

Piden juicio para el clan Loza por enviar drogas a España en 4×4 y pescados

La solicitud de la Fiscalía federal alcanza a 11 integrantes de la organización que operó durante una década en el tráfico de estupefacientes, el contrabando de divisas desde Europa hacia el país. Los investigadores estimaron que el clan lavó unos 15.000.000 de dólares en Argentina


Foto gentileza: fiscales.gob.ar

Dos fiscales pidieron este jueves que se eleve a juicio la causa que se sigue al denominado Clan Loza, una banda narco transnacional que operó durante una década y fue desbaratada en diciembre pasado. La organización se caracterizaba por enviar droga al exterior en camionetas 4×4 y en cargamentos de pescado congelado. Los investigadores estiman que la banda lavó unos 15.000.000 dólares en el país.

La presentación al juez en lo Penal Económico Pablo Yadarola fue formulada por el fiscal Pablo Turano y su par de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), Diego Iglesias, quienes llevaron adelante la investigación junto con personal de Gendarmería.

En el requerimiento de elevación a juicio, al que accedió la agencia de noticias Télam, los fiscales pidieron que sean sometidos a debate oral: el salteño Erwin Raúl, de 40 años, y sus sobrinos Gonzalo Daniel Loza, de 23, y Alan Loza, de 25; el peruano William Weston Millones, de 45. A estos acusados se sumaron Juan Carlos Fernández, de 34; Gerardo Guccione, de 26; Javier Silveira López, de 36; Estela Gallo, de 53; Américo Santi, de 64; Clara Fernández, de 31, y Natalia Grosso, de 32.

Los fiscales los acusan de “haber formado parte de una asociación criminal de carácter transnacional con división de roles, capacidad para articular acciones tendientes a sostener el desarrollo de la actividad ilícita en el tiempo, y que tuvo como finalidad principal el tráfico ilícito de estupefacientes”.

La causa se inició en noviembre de 2017 cuando dos personas fueron detenidas en el Aeropuerto Internacional Ministro Pistarini de Ezeiza porque intentaron ingresar al país 365.800 euros escondidos en tres valijas proveniente de Madrid. A partir de allí, se logró establecer que el dinero estaba relacionado con una organización narcocriminal transnacional.

Un Equipo Conjunto de Investigación (ECI) compuesto por Argentina, España e Italia llevó adelante la pesquisa que permitió identificar a los miembros de la organización y a su operatoria de la que se estima que lavaron unos 15.000.000 de dólares en el país.

Los encargados de transportar las divisas europeas en las valijas fueron Víctor Calvente Cavero y Bienvenido González Lomeña, condenados por el Tribunal Oral en lo Penal Económico en 2018.

De acuerdo con los investigadores, el contrabando de droga se realizaba desde la Argentina hacia España, el de divisas desde Europa al territorio nacional y los fondos obtenidos se utilizaban para la compra de gran cantidad de inmuebles y vehículos, entre ellos una Ferrari que en la década del 90 era utilizada por Diego Maradona.
En la causa, se da por acreditado que esta organización funcionó en Argentina y España durante una década, desde 2008 hasta que en diciembre último fue detenido todo el clan donde se decomisaron más de 30 vehículos, armas y dinero.

En tanto, en España se detuvo a 19 sospechosos en la ciudad de Málaga, tres en Barcelona y uno en Madrid.
Pero la banda no sólo operaba entre Buenos Aires y Madrid sino que se extendió a Italia, Irlanda, Inglaterra, Bolivia, Colombia y Perú, donde se vinculaba con otras células criminales.

“Estos vínculos se mantuvieron para llevar adelante las distintas etapas de la actividad narcocriminal: financiar las distintas operaciones ilícitas, adquirir estupefacientes –principalmente cocaína– en Argentina u otros países de Sudamérica, transportarlas en su mayoría por vía marítima hacia España impidiendo los controles aduaneros de ambos países”, indicaron los fiscales.

Los roles

En la cúspide de esta organización, se ubican como jefes Erwin y José Gonzalo Loza (detenido en España), responsables de tomar las decisiones relativas a las actividades de la organización, impartir las directivas a los restantes integrantes del grupo, celebrar acuerdos con otros grupos criminales y administrar los fondos destinados a mantener en funcionamiento la estructura.

En el siguiente eslabón estaban Gonzalo Daniel Loza, Weston Millones y Suárez, quienes, de acuerdo con la pesquisa, asesoraban a los jefes, efectuaban el pago y el respectivo cobro por los cargamentos de droga y coordinaban con otros grupos para llevar adelante las actividades ilícitas.

En una tercera línea se encontraban quienes manejaban las ganancias de la banda, su administración y puesta en circulación disimulando el origen, principalmente Guccione y Clara Fernández y luego el resto de los imputados.

Los métodos de contrabando

De acuerdo con la página fiscales.gob.ar, en la pesquisa los fiscales realizaron un análisis de las distintas etapas de la cadena de tráfico llevada adelante por la organización. Allí, se señaló que los proveedores de droga se encontrarían en la República de Bolivia, con vinculaciones acreditadas con distintos grupos delictivos que se dedicaban a ellos.

La organización contaba con diversas modalidades para el transporte de esa droga. Por vía aérea lo hacían a través de avionetas con autonomía para cruzar el océano atlántico, con procedencia desde Colombia, Bolivia, Venezuela y Brasil hacia España En cuanto a la vía marítima, la forma en que ingresaban la droga era por embarcaciones de empresas de confianza. Allí, se camuflaban unos 30 o 50 kilos de cocaína, por ejemplo, en el motor de los contenedores refrigerados.

También utilizaban barcos que salían de Argentina en los cuales “la tripulación conocía que estaba transportando material estupefaciente y cuando llegaban a las costas españolas emitían una alerta de auxilio, coordinando con la Guardia Civil el lugar de encuentro en alta mar para pasar la droga a la embarcación de esta fuerza policial, la cual la ingresaba en el puerto designado por la organización”.

Además, estaba la vía terrestre, a través de motos y vehículos de mediano y gran porte, pero sólo en los casos en que se debía mover la droga dentro del continente europeo, puntualmente en el interior de España o bien para distribuirla en otros países de Europa.

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