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Piden duplicar la pena contra la ex jueza María Pérez Vara

Un fiscal solicita elevar a dos años la condena a la ex magistrada por incumplimiento de deberes de funcionario público. Ahora resta al tribunal, integrado por José Luis Mascali, Javier Beltramone y Guillermo Llaudet, una cita con la ex magistrada y luego decidir sobre su suerte procesal.


Era la última quincena de diciembre de 2013 y el último turno en feria de la entonces jueza María Luisa Pérez Vara. El 29 de ese mes el doble asesinato de Luis Medina y su novia Justina Pérez Castelli se produjo sobre el acceso sur. La jueza no pudo ser ubicada; pasaron entre 5 y 6 horas hasta que un prosecretario de su juzgado logró contactarla. La necesidad de una orden de allanamiento para ingresar a la habitación del hotel, enclavado en el casino City Center, donde paraban las víctimas era fundamental por esas horas, pero la jueza no estaba disponible y esa situación la ubicó en el ojo de la tormenta. El año pasado fue condenada a un año de prisión en suspenso e inhabilitación especial para ejercer cargos por incumplimiento de los deberes de funcionario público. La sentencia fue apelada por la fiscalía y la defensa. Este viernes tuvo lugar la audiencia de Cámara, sin la presencia de la ex magistrada. La justificación fue su estado de salud. Ambas partes tiraron agua para su molino durante sus exposiciones y el próximo 16 de febrero Pérez Vara deberá ir a una audiencia de conocimiento personal: si bien cumplió servicios por más de 40 años en los Tribunales, es un requisito formal de cumplimiento obligatorio para evitar una nulidad. Tras ello los camaristas deberán resolver si agravan o alivianan la situación procesal de la ex jueza.

El 29 de diciembre de 2013 Medina, empresario sindicado como narco y quien había cumplido condena por robo, y su novia iban en un auto por acceso sur y a la altura de Ayolas otro auto se les acercó. Aparentemente Medina disminuyó la velocidad porque vio a alguien conocido y comenzaron los disparos. Varios le dieron a Medina y uno de ellos, que lo atravesó, impactó en su novia, que se bajó del auto e intentó correr para caer agonizante. Ambos murieron en el lugar.

Estaba de turno la jueza de instrucción María Luisa Pérez Vara: era el último, previo a una licencia que llevaría a su jubilación. Nunca atendió el teléfono oficial, y varias horas después del hecho uno de sus dependientes logró ubicarla en su celular. Ello derivó en un llamado a una camarista, a quien le dijo que estaba enferma y se negó a que le mandaran un médico para constatar sus dichos. Mientras tanto, fiscales se presentaron en el lugar del hecho y sugirieron algunas medidas (por entonces las investigaciones estaban a cargo de los jueces y los acusadores sólo aconsejaban la producción de determinado material probatorio). Pidieron un allanamiento a la habitación de hotel donde paraba la pareja. Pero no había quien lo firme; pasaron algunas horas, hasta que lograron articular acciones para que la orden se llevara a cabo.

Pérez Vara fue procesada por incumplimiento de los deberes de funcionario y sobreseída por omisión de tareas. El año pasado fue condenada por el juez de Sentencia Julio Kesuani a un año de prisión en suspenso, 2 años de inhabilitación para ejercer cargos públicos y observar determinadas reglas de conducta por un año. El fallo fue apelado tanto por la fiscalía como por la defensa, a cargo de Jorge Bedouret.

Para el fiscal de Cámara Guillermo Corbella la pena impuesta no es suficiente y pidió su elevación. Dijo que el juez no tuvo en cuenta las particularidades del caso, el móvil, la gravedad del hecho ni la afectación al servicio de Justicia. Ante un hecho tan grave no instruyó sumario, no se avocó al caso, no delegó ni ordenó medidas. Explicó que intentaban localizarla y no podían. Finalmente, el prosecretario lo hizo a su teléfono personal, cuya antena impactó en la zona de Pinamar, provincia de Buenos Aires. “La jueza ha demostrado una absoluta indiferencia priorizando un descanso en la costa atlántica, en (la localidad de) Cariló”, dijo.

Enterada del asunto Carina Lurati, entonces camarista coordinadora del Colegio de Jueces, la llamó pero no respondió. Finalmente Pérez Vara devolvió el llamado y le dijo que estaba enferma. Lurati le informó que le iban a mandar un médico, pero la jueza de primera instancia entró en una crisis de nervios y cortó la comunicación, explicó Corbella. Aseguró que la entonces magistrada actuó con un desprecio absoluto por la administración de justicia y pidió que se eleve la pena al doble: dos años de prisión.

Mientras que el defensor pidió todo lo contrario: dijo que el juez de Sentencia Julio Kesuani ni siquiera leyó el expediente y fundamentó su decisión en base a la omisión de tareas, delito por el que fue sobreseída. Deslizó una cuestión política en la causa: dijo que la denuncia la presentó la Red Antimafia, una ONG que a 2017 sólo había hecho esta presentación judicial.  A lo que sumó que Medina era investigado por el atentado al entonces gobernador Antonio Bonfatti, ocurrido dos meses antes. Precisamente la manipulación de una notebook incautada en la habitación de la pareja luego derivó en denuncias contra dos funcionarios de esa gestión por supuesta manipulación, aunque terminaron despegados del caso.

La defensa también aseguró que hay una doble persecución, ya que se la indagó dos veces para agravar la figura penal imputada. No dejó de lado el estado de salud de su clienta. Dijo que tenía altísima presión emocional, con 76 años y en su último día de feria se enfermó. Subrayó que estaba en su casa, no en la costa atlántica como se dijo, y el teléfono que llamaron, si bien está a nombre de ella, lo usaba su hija. El defensor dijo que no hubo dolo de su parte; sin embargo, Pérez Vara no estaba en su mejor momento emocional, argumentó.

Ahora resta al tribunal, integrado por José Luis Mascali, Javier Beltramone y Guillermo Llaudet, una cita con la ex magistrada y luego decidir sobre su suerte procesal. Es decir, si confirma la sentencia y la agrava o bien le da la derecha a la defensa y la absuelve.