Policiales

Cruces letales en el paralavancha leproso

Piden 24 y 20 años de prisión por el crimen del Cuatrerito

Las penas se conocieron este miércoles en la última audiencia antes de que realice el juicio oral contra un hombre de 34 y otro de 25 por estar sindicados como quienes acribillaron a balazos en junio de 2016 al líder de la barrabrava de Newell´s en la puerta del estadio. El debate será en 6 meses.


La Policía detuvo a dos muchachos en moto a menos de diez cuadras y secuestró una pistola calibre 9 milímetros.

Matías “Cuatrerito” Franchetti, de 23 años, llevaba unos pocos meses en la jefatura del paravalanchas leproso cuando la tarde del 7 de junio de 2016 fue acribillado de seis tiros en la puerta 6 del estadio de Newell´s, en el parque de la Independencia. Ese día, la Policía detuvo a dos muchachos en moto a menos de diez cuadras y secuestró una pistola calibre 9 milímetros.

Este miércoles la Fiscalía solicitó 24 años de prisión para el autor del homicidio y 20 años de cárcel para el joven que manejaba la Honda Falcon en la última audiencia antes del juicio oral. Las defensas pidieron el sobreseimiento por falta de material probatorio. En esta audiencia, el magistrado Héctor Núñez Cartelle resolvió aceptar las pruebas ofrecidas por las partes que se ventilarán en el debate oral y también prolongó la prisión preventiva de los sospechosos por un año. Además, el juez instó a la Oficina de Gestión Judicial (OGJ) a que la programación del juicio oral se realice en un plazo no mayor a seis meses.

La pareja del Cuatrerito contó a los investigadores que el día del crimen recibió un llamado a las 14 donde le avisaban que iban a pasar a buscarlo para ir al estadio Marcelo Bielsa. A las 16.25, cuando salía acompañado de dos socios –posibles barras y ya identificados–, una dupla los atacó a tiros. Se contaron más de una docena de impactos y las vainas que incautaron en el lugar fueron calibre 9 milímetros. La autopsia determinó que el cuerpo del Cuatrerito tenía doce orificios de bala, los cuales correspondían a seis disparos. Uno ingresó por la nuca y salió por la frente; otro en el omóplato; el tercero en la pierna, muslo, estómago y en la ingle, describieron en ese momento los investigadores.

La cámara de seguridad que está en la entrada principal no tomó el momento del ataque pero sí registró la partida en moto de los dos atacantes. Se fueron en contramano por avenida Morcillo hasta bulevar Oroño. Un policía de civil los vio y dio el alerta. Tras una breve persecución, los policías los detuvieron en avenida 27 de Febrero y Oroño. Por el camino la dupla tiró una mochila que tenía una pistola Bersa calibre 9 milímetros. Los investigadores la recuperaron y demoraron a dos personas. La audiencia imputativa se hizo al otro día, Leandro Altamirano, de 34 años, y Brian Gruning, de 25 años, quedaron acusados formalmente por el delito de homicidio agravado por uso de arma de fuego.

“No se descarta ninguna hipótesis. La que tiene más fuerza es que el crimen se debió a una disputa por la dirigencia de la barra brava y está íntimamente relacionada con el narcotráfico”, explicó la fiscal del caso en ese momento.

Por esos días, hubo otra versión dando vueltas que apuntaban a la propia facción a la que pertenecía dentro de la barra, referenciada en el Fonavi del Parque del Mercado – barrio Grandoli.

El pedido de penas

A dos años del crimen del Cuatrerito, este miércoles se realizó la última audiencia que deja paso al juicio oral y estuvo presidida por el juez Núñez Cartelle. En esta jornada, la fiscal Marisol Fabbro, a cargo de la pesquisa, enumeró las pruebas recolectadas que sindican a Altamirano, un pintor de obra de 34 años, como el autor de los disparos fatales contra el Cuatrerito y pidió 24 años de prisión por los delitos de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y portación ilegítima de ama de fuego. Para Gruning, también changarín dedicado a la pintura de 25 años, solicitó la pena de 20 años de prisión como coautor del delito de homicidio agravado por el uso de arma de fuego. Se lo señaló como quien manejaba la moto. El abogado Ariel González Zevallos en representación de Gruning rechazó la acusación y las penas solicitadas por la fiscal ya que consideró que los elementos presentados no fueron suficientes, por ello  pidió el sobreseimiento. El abogado Lucas Wojtasik, por parte de Altamirano, realizó el mismo planteo y sacó a la luz un proyecto de acuerdo abreviado que habían realizado las defensas anteriores y pidió la nulidad de la acusación. En su réplica, la Fiscalía se refirió a los motivos de la frustración de ese acuerdo, entre los que señaló la oposición de los familiares del Cuatrerito y de las autoridades del Ministerio Público de la Acusación (MPA).

El juicio en seis meses

En la audiencia preliminar, las partes también discutieron las medidas cautelares. Tras las argumentaciones de la Fiscalía y las defensas, el magistrado resolvió prolongar la prisión preventiva de Altamirano y Gruning por un año hasta el 7 de junio de 2019 y también instó a la OGJ para que organice el juicio oral en un plazo no mayor a los 6 meses.

La maldición de la jefatura

Un día después de que Ramón Machuca, alias Monchi Cantero, fuera detenido en Buenos Aires, tras mantenerse tres años como prófugo, comenzó la saga fatal. Franchetti estaba al mando de la pesada leprosa en el marco de un entendimiento entre Los Monos y los Ungaro/Funes desde unos pocos meses antes, cuando el heredero de Diego “Panadero” Ochoa (condenado por el crimen de su antecesor Roberto “Pimpi” Caminos), Nelson “Chivo” Saravia, dio un paso al costado tras ser blanco –tanto él como familiares y allegados– de reiterados ataques. Pero el 7 de junio Cuatrerito fue asesinado al salir del club. Como jefe quedó Maximiliano La Rocca, el Cabezón. Veintiún días más tarde fue asesinado, también al salir de los parrilleros de la entidad del Parque. Tubi quedó al frente hasta octubre de 2016 cuando lo balearon en Avellaneda y Mosconi. Ahí fue preso hasta el 24 de abril pasado cuando fue asesinado a traición en el pabellón que compartía con los Caminos en la cárcel de Coronda.

El último heredero conocido del paravalanchas rojinegro fue Maximiliano “Kija” Avejera, quien dejó el puesto vacante desde febrero de este año cuando le dictaron un pedido de captura. Está  sindicado como uno de los autores del asesinato de Jonatan Funes, hermano de Lautaro, acribillado al salir de la cárcel de Piñero tras visitar a Lamparita y otro hermano, Alan. Este último está acusado por el asesinato de Marcela Díaz, hermana de Tubi, ejecutada en Lejarza al 5600 en enero pasado.

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