Policiales

Navidad de luto

Piden 17 años para policía bonaerense jubilado por crimen en barrio Echesortu

El uniformado comenzó a ser juzgado como autor del puntazo fatal que recibió el taxista Cristian Mautone la madrugada del 25 de diciembre de 2017. La víctima intentó interceder en una gresca entre el acusado y grupo de jóvenes por el volumen de la música


La cuadra de Marcos Paz al 4200 donde ocurrió el crimen del taxista

Un policía bonaerense retirado comenzó a ser juzgado este miércoles por asesinar de un puntazo de una taxista de 35 años la madrugada de la Navidad de 2017 en barrio Echesortu. La víctima había intercedido en medio de una discusión entre el acusado y unos jóvenes por el volumen de la música de una fiesta callejera en Marcos Paz al 4200.

El fiscal Sebastián Narvaja pidió una pena a 17 años de prisión mientras que la defensa, representada por Paul Krupnik alegó que el hombre sufrió un “trastorno mental transitorio” que le impidió comprender la criminalidad de su acto y solicitó que se lo declare inimputable.

En juicio oral comenzó este miércoles por la mañana y está presidido por el tribunal –integrado por la jueza María Trinidad Chiabrera junto a los magistrados Hernán Postma y Ramón Lanzón.

Según se supo el policía jubilado Ángel Eduardo Ruiz, de 57 años, había llegado desde La Plata a Echesortu hacía dos meses. La madrugada del 25, con la excusa de pasear a su perro, salió de su casa, en Marcos Paz al 4200. Llevaba dos chuchillos en la mano porque su objetivo era en realidad amedrentar a los jóvenes que, cerca de donde vive, festejaban con música en la calle. El hombre se quejaba de que su familia no podía dormir, sobre todo su hijo con síndrome de Down. Su pedido no cayó bien entre los chicos y se armó una gresca.

Fue en ese momento cuando entró en escena, la víctima Cristian Mautone, un taxista de 35 años ajeno al grupo que discutía con el agente retirado, intentó separar y calmar la discusión: recibió un puntazo que le provocó una herida de arma blanca en el tórax. El taxista fue trasladado de urgencia hasta el hospital Clemente Álvarez (Heca) donde falleció a las horas mientras que el policía bonaerense fue detenido en el lugar.

Alegatos

“Lo que la Fiscalía va a probar es que de manera intencional, sin ninguna justificación que sostenga la legitimidad de esta acción, el señor Ruiz, llevándose por su temperamento, que evidentemente no se corresponde con un respeto pacífico, hizo un despliegue de ese temperamento violento que tuvo como resultado la muerte de una persona”, argumentó Narvaja.

Según el fiscal, esa madrugada Ruiz salió de su casa con dos cuchillos y un perro raza pitbull y les dijo a los que participaban de la fiesta callejera: “Cortá la música o te corto todos los cables. Te corto todo”. Mautone estaba en el lugar y cuando vio que discutían se acercó para intentar calmar la situación pero terminó siendo apuñalado, sostuvo la acusación.

Para la teoría de la Fiscalía, esa fue la primera reacción de Ruiz, “violenta y desmedida que no reconoce justificación”. Además, dijo que ya había tenido actitudes similares con otros vecinos por distintas razones, haciendo alarde de tener experiencia en la manipulación de armas blancas, y que por haber sido empleado administrativo de la policía conoce la ley y como deben resolverse los conflictos, tras lo que solicitó se lo condene a 17 años de prisión.

Cuando llegó el turno de los alegatos de la defensa, Krupnik  dijo que aquella noche hubo dos víctimas: una fue Mautone y la otra su defendido, quien “se topó con la ausencia absoluta del Estado y el peor de los temores de un padre, la muerte de un hijo”.

Criticó que el fiscal haya caracterizado como algo pintoresco el festejo barrial, el cual no tenía “ningún tipo de control ni autorización” y en el que “la música estaba a niveles extremos y había mucho alcohol”.

El abogado sostuvo que salir armado de su domicilio no fue la primera reacción de Mautone, sino que antes llamó al 911 y lo derivaron a la Guardia Urbana Municipal (GUM), donde nunca lo atendieron. Según el abogado, su cliente luego llamó a la seccional del barrio, donde corrió la misma suerte.

Alegó que un hijo de un año y medio del acusado, que padece síndrome de Down, hipoacusia y había sido operado del corazón, estaba nervioso, “se golpeaba y se tiraba del pelo, lo que generó en él temor a que pudiera sufrir una cardiopatía”.

Krupnik reconoció que su cliente no debió haber salido armado pero afirmó que antes les había pedido a los que participaban de la fiesta que bajaran el volumen de la música y lo trataron de “ortiva”, según el abogado.

Además, dijo que le tiraron un botellazo y lo agredieron, lo que hizo que Ruiz sufriera “un trastorno mental transitorio” que le impidió comprender la criminalidad del acto, por lo que solicitó que se lo declare no punible.

Por último, para cerrar su alegato, preguntó al tribunal: “¿Quien llama al 911 para después convertirse en asesino? El mismo Estado que lo abandonó, que debía controlar aquella situación, hoy le pide 17 años de prisión”.

Imputaron a policía bonaerense jubilado por crimen en barrio Echesortu

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