Ciudad

Enfoque multidimensional

“Pichincha. Historia de la prostitución en Rosario”, un recorrido en fotos de Antonio Berni

La muestra fue inaugurada el pasado jueves 23 de junio y podrá ser visitada en de martes a sábados, además de feriados, de 13 a 18, y los domingos de 10 a 17 en el Museo de la Ciudad Wladimir Mikielievich, en Oroño al 2300


“La muestra es sobre Pichincha pero aborda y trata específicamente el tema de la reglamentación de la prostitución entre 1914 y 1932, entendiendo en forma indivisible el origen del barrio a principios del siglo XX con respecto al origen de la prostitución, ya que ese barrio fue creado para tal fin”, expresó Nicolás Charles, director del Museo de la Ciudad de Rosario “Wladimir Mikielevich”, al referirse a la muestra “Pichincha. Historia de la prostitución en Rosario, 1914 – 1932”, que fue inaugurada el pasado jueves 23 de junio  y que podrá ser visitada en de martes a sábados, además de feriados, de 13 a 18, y los domingos de 10 a 17 en Oroño al 2300 con entrada libre y gratuita.

Cómo nació el barrio

“El Barrio Nord-Oeste, conocido popularmente como Pichincha por una de las calles que lo delimitaba fue un barrio creado ex profeso para permitir el establecimiento de las llamadas por entonces casas de tolerancia o burdeles”, explica en la muestra la historiadora María Luisa Múgica. Sin embargo, no fue el único sino que –agrega la investigadora en la información de la muestra– “fue uno de los tantos barrios o espacios prostibularios que se establecieron con estos fines en la ciudad,  estuvo conformado por las calles Pichincha y Suipacha a partir de Salta con exclusión de ésta hasta los paredones del Ferrocarril Central Argentino”.

Este arrabal rosarino nació entonces por decreto del 14 de diciembre de 1911 fijado por el entonces intendente municipal el coronel Felipe Goulú. La decisión no fue azarosa sino que surgió del informe de una “Comisión destinada a analizar qué hacer y dónde instalar las casas de tolerancia, a raíz de las constantes quejas de los vecinos de las calles Jujuy, Moreno y las inmediaciones en las que estaban hasta entonces”.

Otro argumento del origen de Pichincha lo brinda el periodista e historiador Rafael Ielpi quien explica que la antigua estación Sunchales, que finalizaba el recorrido entre Buenos Aires y Rosario, además de otros lugares, reunía a cientos de peones golondrinas que recorrían esa zona de la ciudad, muchos de ellos también atraídos por los prostíbulos de Rosario como Madame Safó o Petit Trianon, entre otros.

Una mirada seria

“Con respecto a las protagonistas, obviamente son las trabajadoras sexuales que fueron víctimas de trata y de explotación sexual a partir de las Casas de tolerancia y de este periodo que regulaba este trabajo. Ese análisis lo hacemos a partir de un punto de vista netamente historiográfico de dos especialistas, los dos historiadores que más se ocuparon de este tema, María Luisa Múgica y Rafael Ielpi”, explica Charles sosteniendo que eso les permite abordar varias dimensiones de este trabajo.

Charles afirma que Múgica propone un enfoque desde la reglamentación de la prostitución en esa época y permite ver “un ámbito, si se quiere de control vinculado a la moralidad pública, un control vinculado a otra línea que tiene que ver con las reglamentaciones y una tercera dimensión con lo sanitario”.

En cuanto a esto, el director del museo señala que “una de las frases más utilizadas por María Luisa es «una noche con Venus y toda una vida con Mercurio», haciendo alusión a esta cuestión sanitaria y a estas enfermedades venéreas que son propias de este sistema y de este periodo del ejercicio de la prostitución”.

“La otra línea historiográfica analizada es la de Rafael Ielpi que se enfocó en el mundo del burdel, de su vida cotidiana a partir de textos de Roger Pla, también desde las fotografías de Antonio Berni que en la muestra muy importantes”, expresa Charles.

“El eje de la muestra son las fotografías de Antonio Berni porque nos permite analizar cómo era el interior de los burdeles. Porque por más que se hable mucho de Pichincha, no había un registro en imágenes, un registro fotográfico que nos pudiera brindar alguna forma de descripción arquitectónica, de las características de sus interiores, más allá de lo que se decía de estos lugares”, afirma el director del museo al subrayar la importancia de esos documentos históricos a los que se debe agregar “la importancia de las historias escritas por el propio Berni atrás de esas fotografías”.

En 1932, Rodolfo Puiggrós vivió en nuestra ciudad y se hizo amigo de Berni mientras militaron en el Partido Comunista. Puiggrós estaba encargado de la redacción de la revista Noticias gráficas y le encargó a Berni un trabajo sobre la situación de las mujeres en los prostíbulos y, por esto, esas imágenes forman parte de la muestra que describe esa situación.

“En la muestra se pueden ver las fotografías tomadas por un fotógrafo anónimo, sacadas de forma escondida con una cámara Leica de 1932. Eso habla de la importancia de esas fotografías cuyo permiso de exposición fueron dados por los herederos de Berni desde Buenos Aires y España”, afirma Charles.

“El objetivo de la muestra no es romantizar este periodo ni tampoco el imaginario que se construye de Pichincha si no que siempre en el Museo de la Ciudad trabajamos a partir de problemáticas actuales e intentamos buscar en el pasado el ensayo de posibles respuestas, entendiendo la complejidad y lo delicado de este tema que se contrapone también con las características actuales de este barrio pero que es una parte identitaria y fundamental de la historia de Rosario y tiene que ser contada como tal a partir de esto. De la reglamentación del ejercicio de la prostitución en ese periodo”, explicó por último Charles.

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