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Estudio con participación del Conicet

Pesticidas y transgénicos amenazan a los polinizadores y están en riesgo global cultivos y alimentos

Los usos del suelo, el cambio climático, la deforestación y la incorporación de especies exóticas son otros factores que atentan contra un complejo sistema de reproducción que pone en jaque hasta a la diversidad biocultural. América latina es una de las regiones más afectadas


Las abejas son las más conocidas, pero también están las avispas, hormigas, moscas, mosquitos, mariposas, escarabajos, algunos pájaros y hasta mamíferos. Son los polinizadores, vectores animales claves en un proceso ecológico imprescindible para el éxito reproductivo de casi el 90 por ciento de las plantas con flores silvestres y cerca del 75 por ciento de los cultivos de interés agronómico o cultural. Todo ese sistema complejo y sutil está en riesgo, lo que traslada el problema a la producción de alimentos, la biodiversidad, la permanencia de modos culturales  y hasta la posibilidad de una vida con belleza. Es la conclusión de un estudio internacional que incluye a científicos del Conicet y coloca a América latina como una región especialmente afectada. Las causas del fenómeno, concluye ese trabajo global, son en alta medida humanas: manejos de suelos, uso intensivo de pesticidas, deforestación, introducción de especies exóticas, proliferación de organismos genéticamente modificados, entre otras.

En 2016, la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de Ecosistemas (Ipbes, por su sigla en inglés) publicó un informe sobre polinización, polinizadores y producción de comida, en el que destacó las ocho principales causas (drivers) vinculadas de forma directa a la disminución de polinizadores, y los diez impactos más importantes asociados a este fenómeno.

Las evidencias existentes sobre la pérdida de polinizadores, junto con la advertencia de la importancia del servicio ecosistémico que estos animales prestan a la humanidad, sobre todo por su papel en la producción de alimentos, dio impulso a una preocupación global y derivó en que se generen, en diferentes naciones, planes y estrategias para contrarrestar esta tendencia.

Un estudio internacional rciente, a partir de la consulta a veinte especialistas de diferentes lugares del mundo entre los que se encuentran científicos del Conicet evaluó el peso y ordenó por importancia las causas y riesgos asociados con la disminución de polinizadores. En dos escalas: global y para seis diferentes regiones: África, Asia-Pacífico, América del Norte, América latina, Europa y Australia/Nueva Zelanda. Los resultados fueron publicados este lunes en la revista Nature Ecology & Evolution.

Los tres investigadores del Conicet que participaron del trabajo y que, además, ya habían colaborado en el informe de Ipbes, son Marcelo Aizen, del Instituto de Investigaciones en Biodiversidad y Medioambiente, Leonardo Galetto, del Instituto Multidisciplinario de Biología Vegetal, y Lucas Garibaldi, del Instituto de Investigaciones en Recursos Naturales, Agroecología y Desarrollo Rural.

La evaluación de la importancia cuantitativa de la causas e impactos de la pérdida de poblaciones de polinizadores fue llevada adelante mediante un método de consenso formal, basado en las opiniones y puntuaciones anónimas de veinte especialistas de diferentes regiones del mundo. Fue mediante tres rondas mediadas por una puesta en común detallada  con epicentro en Reading, Reino Unido, en 2017.

Además de señalar la importancia de cada ítem (causas o riesgos) para el mundo en general y para cada una de las seis regiones consideradas, el trabajo y la metodología tomaron en cuenta el grado de acuerdo en los diferentes puntos y la suma de evidencias científicas.

Ocho causas principales, con el hombre como protagonista

Los ocho factores o drivers identificados en el informe Ipbes como causantes directos de la disminución de polinizadores, y cuya importancia fue evaluada en el trabajo publicado en Nature Ecology & Evolution, son:

  1. Cobertura y configuración de la tierra
  2. Manejo de la tierra
  3. Usos de pesticidas
  4. Manejo de polinizadores
  5. Cambio climático
  6. Especies exóticas invasoras
  7. Pestes y patógenos
  8. Organismos genéticamente modificado

“La evaluación que realizamos permite observar patrones generales a nivel global y percepciones particulares según regiones. El principal factor de la pérdida de la biodiversidad de polinizadores en el mundo aparece asociado a los cambios en el uso del suelo, que acá llamamos cobertura y configuración de la tierra, y está vinculado con las transformaciones en el paisaje, incluida la destrucción de hábitats naturales y la fragmentación de los mismos”, explicó Lucas Garibaldi.

El doctor en Ciencias Agropecuarias agregó que “el manejo de la tierra, que está asociado a las actividades que las personas realizan en determinados tipos de cobertura terrestre, es el segundo. La utilización de pesticidas es el tercero en importancia. Esto va de la mano con lo que se percibe que son los principales factores de pérdida de biodiversidad en general en el mundo, tal vez con un peso mayor del uso de pesticidas, que aunque también impacta sobre otras poblaciones, por ahí no tanto como sobre los polinizadores”.

 

OGM, en América latina

Los factores que, de acuerdo al consenso de los especialistas, tienen mayor relevancia en la pérdida de polinizadores en América latina son los mismos que para el mundo en general: transformaciones en el paisaje, manejo local de la tierra y uso de pesticidas. Aunque no es un punto tan firmemente establecido, si se hace la comparación con lo que ocurre en otras regiones y en el mundo en general, se tiene que en Latinoamérica, la introducción de organismos genéticamente modificados parece tener un mayor peso relativo en la disminución de polinizadores.

“Discriminar individualmente la importancia de cada uno de los factores que impactan sobre la biodiversidad de polinizadores no es sencillo, porque en general actúan de forma simultánea y asociados entre sí. Por ejemplo, el pasaje de un suelo cubierto con distintos cultivos a una situación de monocultivos está relacionado con mayor uso de pesticidas. Entonces es difícil separar y distinguir cuánto del efecto sobre los polinizadores se debe a la homogeneización del hábitat y cuánto a los pesticidas”, subrayó Marcelo Aizen.

El cambio climático no aparece como uno de los drivers que más peso tienen en lo que refiere a la disminución de los polinizadores, tanto en el mundo como en Latinoamérica. Los investigadores aclaran que esto no quiere decir que no sea importante, sino, probablemente, que actúa a una escala más lenta y de forma menos inmediata que, por ejemplo, la destrucción o fragmentación de un hábitat natural.

Riesgos directos de la disminución de polinizadores

Los diez principales riesgos directos de la disminución de polinizadores y de la polinización, de acuerdo con el informe de la Ipbes, son:

  1. Déficits en la polinización
  2. Inestabilidad en el rendimiento de los cultivos
  3. Mermas en la producción de miel y otros productos de colmena
  4. Disminución, en el largo plazo, de la capacidad del sistema de producción de comida para recuperarse de situaciones adversas
  5. Reducción en la disponibilidad de frutos silvestres
  6. Merma en los polinizadores manejados
  7. Declive en la diversidad de polinizadores silvestres
  8. Pérdida de diversidad de plantas silvestres
  9. Pérdida del valor estético, felicidad o bienestar asociados con polinizadores silvestres o plantas silvestres
  10. Pérdida de formas de vida o prácticas culturales tradicionales en las que los polinizadores juegan un papel integral. Mientras las primeras siete son consideradas por su impacto en la producción de alimentos, las últimas cuatro se consideran que tienen consecuencias, sobre todo, para lo que se conoce como diversidad biocultural.

“La diversidad biocultural está relacionada con las culturas tradicionales en interacción con los distintos grupos de organismos en el paisaje, que generalmente están menos urbanizadas que la occidental y persisten en los territorios, y cuya presencia es más frecuente en Latinoamérica, África y ciertos lugares de Asia. Estas culturas y sus modos de vida dependen también de la diversidad de polinizadores, al tiempo que sus prácticas también favorecen su conservación. Resulta importante contemplar también estos impactos, además de aquellos vinculados al rendimiento de los cultivos o la cantidad de alimentos que se producen”, señala Leonardo Galetto.

 

El Sur, peor que el Norte

Los riesgos vinculados a la disminución de polinizadores parecen ser una mayor amenaza para lo que se conoce como Sur Global (sobre todo para América latina y África) que para Europa, América del Norte o Australia y Nueva Zelanda.

“Las diferencias entre el Sur Global (SG) y el Norte Global (NG) responden a cuestiones como las distintas tasas de deforestación y de destrucción de hábitat. Para dar una idea, mientras en el GN la masa forestal se incrementa, en el GS decrece a expensas de la expansión de monocultivos, como la soja en Latinoamérica y el aceite de palma en el sudeste asiático. En este sentido, la heterogeneidad del paisaje contribuye a conservar la biodiversidad de polinizadores”, destacó Aizen.

“Las diferencias regionales respecto de los riesgos están relacionadas con la historia de cada una de estas regiones. Mientras en Europa, por ejemplo, la cobertura del suelo ya está muy modificada por actividades humanas y no hay tanto por alterar, en América Latina, hay grandes regiones biogeográficas que se están transformando de manera activa en la actualidad”, agrega Galetto.

 

Cómo revertir los daños y el proceso

Los científicos coinciden en que para contrarrestar la tendencia a perder polinizadores se pueden tomar diferentes medidas. Una tarea importante, en América latina, es incrementar el conocimiento sobre la diversidad de polinizadores presentes en la región.

“Es clave pensar cómo se puede reglamentar para incrementar la heterogeneidad en el uso de la tierra. Por ejemplo, que no se pueda sembrar más de cierta superficie con un mismo cultivo”, señaló Aizen.

“También se podría dejar de fumigar los bordes de alambrados y permitir que esa vegetación crezca, lo que ya les garantiza a los polinizadores un mini corredor biológico que va integrando distintas áreas naturales o semi-naturales en el paisaje”, sumó Galetto.

Los investigadores destacan que esta evaluación por expertos permitió dar continuidad a lo que ya se había comenzado a trabajar cuando se realizó el informe Ipbes.

“Es interesante porque si bien la metodología de este trabajo es diferente a la del informe, las conclusiones no difieren demasiado. Se trata de estudios que se complementan muy bien”, resumió Garibaldi.

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