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Perpetua por matar a niña

Un joven de 27 años fue condenado a prisión de por vida por violar y asesinar a Tatiana Aguirre, de 8 años, en octubre de 2008. Al momento del hecho, el homicida debía estar preso en la cárcel de Coronda.

Un joven de 27 años fue condenado a prisión perpetua por violar y asesinar a una nena de 8 años en octubre de 2008. El cuerpo de la chiquita fue hallado semidesnudo en el Bosque de los Constituyentes por dos niños que habían salido a cazar pajaritos en la zona. Según voceros del caso, el condenado, que responde al apodo de Tato, al momento del hecho se encontraba “en rebeldía”, ya que había salido de la cárcel con permiso y no había regresado.

La pena fue dictada por el juez de Sentencia de la 4ª Nominación, Julio Kesuani, quien entendió que José Orlando Sánchez, quien hoy tiene 27 años, debe pasar el resto de su vida tras las rejas.

La condena a prisión perpetua le fue aplicada por el delito de violación seguida de muerte, por un hecho ocurrido el 12 de octubre de 2008. La víctima fue Tatiana Aguirre, una nena que tenía 8 años y que el día de su muerte había quedado a cargo de su tía.

Según se desprende de la causa, la madre de Tatiana había llevado a la nena a la casa de su hermana, quien vivía junto con otras familias en el predio de un club abandonado, ubicado en inmediaciones de Magallanes y Casilda, en barrio Ludueña.

De acuerdo con la investigación, allí Tatiana comenzó a jugar con la hija de Sánchez, hasta que la madre de esta última se la llevó a hacer un mandado a la carnicería. Fue a partir de ese momento que Tatiana quedó sola con quien terminó siendo su verdugo.

Sánchez –que es conocido bajo el alias de Tato– aprovechó la situación y subió a la niña en el caño de su bicicleta y se la llevó del lugar, aduciendo que la Policía estaba tras ellos. Momentos después, la madre de la pequeña volvió al lugar a buscarla, pero no la encontró.

El cuerpo de Tatiana fue encontrado ese mismo día cerca de la 15.30 en el Bosque de los Constituyentes por dos niños que habían salido a cazar pajaritos, quienes al ver el cuerpo fueron a avisar a sus padres, quienes luego denunciaron el hecho en la subcomisaría 2ª, con jurisdicción en la zona.

Según la versión policial, los familiares de la niña habían realizado un rato antes del hallazgo un pedido de paradero en la comisaría 12ª, de barrio Ludueña (jurisdicción que corresponde al lugar donde vive), confiaron en su momento fuentes de la pesquisa.

Las pericias sobre el cadáver –que fue hallado semidesnudo y con una prenda de vestir anudada al cuello– determinaron que la nena había sido violada y luego estrangulada.

Sánchez fue detenido esa misma tarde en su casa, donde la Policía secuestró ropa con manchas de sangre y pelos en un balde, en cuyo fondo fue hallado un anillito que pertenecía a la niña.

Un mes y medio después del hecho, y tras una confesión del sospechoso, el juez de Instrucción de la 11ª Nominación, Hernán Postma, procesó al joven por el crimen de la niña. En su resolución, el juez de Instrucción valoró la confesión realizada por Tato y que dicha declaración se realizó en sede judicial y previa conversación del imputado con su defensor, refirieron en su momento voceros del caso.

Según la causa, al momento del hecho, Tato estaba considerado en rebeldía por el juez de Ejecución Penal de Coronda, ya que había salido de la Unidad Penitenciaria Nº 1, donde purgaba una condena a 10 años por robo calificado, con un permiso temporario y nunca regresó

A comienzos de esta semana, el juez Kesuani condenó a Sánchez a la pena de prisión perpetua por el delito de violación seguida de muerte, que se unificó con la pena anterior, por lo que se lo consideró reincidente.

De acuerdo con el fallo, un informe médico determinó que el condenado “puede controlar sus impulsos, que tiene rasgos de psicopatía, y que es un sujeto capaz de simular y puede comprender la criminalidad del hechos”

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