Policiales

Juicio abreviado

Penas de doce años para dos tiratiros por saga fatal en barrio La Lagunita

Entre otros delitos, los condenaron el crimen de Axel Rivas, un joven de 20 años ajeno a disputas que en agosto de 2019 pagó con su vida estar en el lugar y momento equivocado. En este ataque también fue herido gravemente un amigo de la víctima fatal


La casa del amigo de la víctima fatal, donde los homicidas pasaron a los tiros.

Dos jóvenes acordaron este viernes en un juicio abreviado penas de 12 años por varios delitos. El más grave: el crimen de Axel Agustín “Sombra” Rivas, un joven de 20 años ajeno a disputas que en agosto de 2019 pagó con su vida estar en el lugar y momento equivocado. En este ataque cometido en barrio La Lagunita también fue herido gravemente un amigo de la víctima fatal.

Los condenados en el procedimiento abreviado presentado por la fiscal de Homicidios Georgina Pairola y las defensas son Juan José “Mono” Chaperón, de 23 años, y Guillermo Agustín Saravia, de 22. Los jueces Gustavo Pérez Urrechu, Román Lanzón y Carlos Leiva homologaron los acuerdos. Y en el caso de Chaperón, le unificaron la pena en un monto de 15 años y tres meses por un hecho de encubrimiento por una moto robada que le secuestraron cuando era menor de edad, en 2017, en inmediaciones de bulevar Seguí y Campbell.

Dos jóvenes fueron atacados a tiros: uno murió y el otro está grave

La Fiscalía acusó a Mono y a Saravia por dos hechos con armas de fuego. El primero fue cometido en los primeros minutos del 27 de agosto de 2019 en Pasaje 1878 al 3800 cuando “actuando en comunidad de acción con un mismo plan delictivo”, desde una motocicleta dispararon a matar sobre dos hombres que pasaban por esa calle que está entre Juan XXIII y Rivero, de zona oeste. Saravia conducía la moto y Mono Chaperón disparó e hirió a ambas víctimas (una de ellas en la pelvis, y la otra en la pierna derecha), quienes fueron asistidas en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca).

Ese ataque violento, que por fortuna no resultó fatal, fue apenas el preludio de otra acción similar, con consecuencias aún más graves.

A los dos días, el 29 de agosto, en Pasaje 1849 al 6600 (a escasos metros del hecho anterior), alrededor de las 22.15 Sombra Rivas conversaba allí con su amigo Santiago Gabriel L. y desde un Volkswagen Gol rojo de los 90 los rociaron a tiros. Rivas recibió múltiples balazos, uno en el tórax, e ingresó al Heca con un paro cardiorrespiratorio y murió por una hemorragia cardiopulmonar. En el lugar, los pesquisas secuestraron alrededor de diez vainas calibre 9 milímetros.

Su amigo, de 22 años, quedó internado en estado delicado con pronóstico reservado por un balazo en el abdomen. Fue su propio hermano quien lo llevó al hospital en un Fiat Duna sobre el cual estaban recostadas las víctimas cuando las atacaron y que también resultó perforado por tres balazos. Tras el ataque, un grupo de vecinos incendió la casa donde residía uno de los homicidas.

La dupla no tardaría en caer. En el caso de Saravia, según voceros policiales, fue en un procedimiento de la Brigada Motorizada que no guardaba relación con el caso. Lo detuvieron el 7 de septiembre de 2019 en San Juan al 5300 cuando lo quisieron identificar a bordo de una moto enduro, descartó una mochila e intentó escapar. En el bolso había 5 kilos de marihuana en panes y 28 mil pesos.

El 30 septiembre de ese mismo año, el Mono Chaperón, ya con pedido de captura encima, se entregó en la Fiscalía. Por los ataques en La Lagunita ambos quedaron en prisión preventiva tentativa de homicidio en dos casos, lesiones leves portación y homicidio agravado.

Quedó detenido prófugo por balacera fatal en barrio La Lagunita

“Andaban buscando matar a alguien y Axel se cruzó en su camino. Ellos estaban en la esquina y apareció el auto del que empezaron a disparar”, había señalado un familiar de Rivas en una manifestación en el Centro de Justicia Penal (CJP), cuando acusaron al Mono Chaperón.

Los testimonios que leyó Pairola indicaron que el tirador era Mono y que no existía ninguna bronca previa con las víctimas. “Axel era un pibe tranquilo, que laburaba”, dijeron los testigos y afirmaron que los agresores tenían problemas “con pibes de la otra cuadra”.

Al parecer, “Mono le quería tirar a un conocido” de las víctimas al que le dicen “Titi”, a quien pudieron haber confundido con Axel. “Eran los dos parecidos, retacones y con dientes de lata”, señaló un testimonio.

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