Fue con un amigo a cometer un robo, lo mató por accidente de un tiro en la cabeza cuando intentaron huir con el botín y ahora deberá pasar 9 años tras las rejas por el hecho. El caso se registró en agosto de 2013, en zona sudoeste, cuando el dúo de ladrones arremetió contra tres hombres a quienes les sacaron sus billeteras a punta de pistola. Si bien en ese momento Lauchi, como se conoce al ahora penado, logró huir tras abandonar a su compinche en el lugar del atraco fue identificado rápido por los pesquisas, que a los tres días lo detuvieron. Tras el procesamiento el caso cayó en manos del juez de Sentencia Gustavo Salvador, quien lo condenó a casi una década por robo calificado y homicidio culposo agravado y portación, más la tenencia de dos armas de fuego halladas en su vivienda al momento de la detención.
El 25 de agosto de 2013 dos ladrones llegaron en moto hasta la puerta de una distribuidora de San Nicolás al 2900. Era domingo pero el dueño del local se había acercado a concretar una venta para dos clientes. Cuando salieron del comercio y tras cerrar el portón, el acompañante de la motocicleta descendió y a punta de pistola amenazó al dueño y a los clientes mientras su compinche se quedó sobre el rodado. Una de las víctimas fue arrinconada por el ladrón contra la casa vecina. Este hombre logró golpear el vidrio de la vivienda y llamar la atención de su ocupante, quien se comunicó con el 911. Al ver esta acción el ladrón emprendió la retirada con unos 7 mil pesos de botín, refiere la resolución.
Cuando se subió a la moto, su compañero intentó emprender la marcha pero perdió el control del rodado y ambos cayeron al piso delante de sus víctimas. Momento en el que el arma del asaltante se accionó y se escuchó una detonación. Ezequiel Rocha, alias Checho, recibió un disparo en la cabeza que le ingresó por el ojo y quedó retenido en el lóbulo occipital y falleció en el lugar. Su compañero decidió levantar la moto y huir dejando atrás el cuerpo de su compinche, sostiene el fallo.
La identificación
Poco después llegaron a la escena del hecho una muchacha y un hombre. La chica era la pareja del fallecido que lo identificó como “Rocha”. Su acompañante tenía las ropas manchadas de rojo escarlata y la pesquisa no dejó pasar el detalle. El hombre fue detenido y quedó vinculado con el proceso. Explicó que estaba en la casa del fallecido cuando llegó un joven apodado Lauchi con la moto de Rocha y dijo que a Checho le habían pegado un tiro y desapareció. Este dato, sumado a las declaraciones de las víctimas del robo y del vecino, que brindaron las características físicas del ladrón que pudo huir, derivó en un allanamiento. Tres días después del homicidio la Policía llegó hasta una vivienda de calle Uruguay al 4200 donde se detuvo a Lautaro Adrián Fernández y se secuestró dos armas de fuego de uso civil aptas para el disparo, aunque no lograron cotejarlas con el deteriorado plomo extraído del cuerpo de la víctima.
La reconstrucción integral determinó que al caer de la moto se activó el mecanismo de disparo del arma y el proyectil que expulsó terminó impactando en la cabeza de la víctima, por lo que se encuadró el hecho en una muerte culposa. Todos estos elementos fueron valorados por el juez Salvador, quien resolvió condenar a Lautaro Fernández a la pena de 9 años de prisión por robo calificado por el uso de arma de fuego, homicidio culposo, además de la portación, a lo que sumó además el delito de tenencia de arma de fuego de uso civil.
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