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Penado a 11 años por robo

Las propias víctimas lo redujeron y lo ataron a un poste durante los últimos minutos de 2009, en pleno festejo de año nuevo. La causa se unificó con una condena anterior que no había terminado de cumplir.

Por: Ana Laura Piccolo

Un accidentado asalto cometido minutos antes de la medianoche del 31 de diciembre de 2009 en una finca familiar cambió para siempre la suerte de un pibe de 25 años, que la semana pasada fue condenado a más de once años de prisión por el robo calificado que se sumó a una pena anterior. Había ingresado armado junto a otro muchacho a una humilde vivienda de Córdoba al 4900 adonde dos familias se preparaban para la cena de fin de año. Pero antes de hacerse con un escaso botín –una billetera y un celular– fue reducido por los moradores del lugar que le propinaron una fuerte paliza y lo dejaron “atado con alambre” en el poste de la esquina de Córdoba y Sucre.

Además de los golpes y el fin de año en calabozo, el pibe deberá pasar más de una década en prisión ya que a los seis años y diez meses que le dieron por el robo, se le computó una pena de 2008 que estaba inconclusa. La condena fue dictada por el juez de Sentencia de la 6ª Nominación, Carlos García, en el marco de un juicio abreviado, figura dispuesta por el nuevo código procesal penal que consiste en el acuerdo de las partes, es decir, incluye el consentimiento del imputado.

El hecho en el que cayó detenido Emanuel V., de 25 años, tuvo lugar durante los últimos minutos de 2009, en el interior de una humilde vivienda ubicada en Córdoba 4908. Allí sus moradores, dos familias compuestas por nueve personas, tres de ellas menores de edad, se preparaban para cenar, cuando irrumpieron dos jóvenes con intenciones de robo, uno de ellos armados.

Según la declaración de las víctimas, uno de los ladrones los apuntó con un arma de fuego y les dijo “tírense todos al piso”, pero uno de los moradores se le abalanzó y se trenzó en lucha con uno de los desconocidos, mientras el otro se dio a la fuga.

En el forcejeo se detonó un disparo que no hirió a nadie, pero que sirvió para que el ladrón, que fue auxiliado por su cómplice, lograra zafar. En ese ínterin, mientras intentaba huir y según la versión de los testigos, el pibe gatilló dos veces en el pecho de uno de los dueños de casa. Los disparos no salieron y a pocos metros volvió a quedar en manos de los miembros masculinos de la familia, mientras que su cómplice tomó la calle. Una vez reducido, el ladrón fue atado con alambre, según las versiones brindadas en sede judicial por las víctimas, mientras que el otro joven fue apresado en cercanías de la casa por otros vecinos, y tuvo igual suerte.

Luego, los dos muchachos fueron atados en un poste de la esquina, de Córdoba y Sucre, donde recibieron una golpiza múltiple, ya que participaron varios vecinos y transeúntes, hasta la llegada de personal policial de la comisaría 6ª, que tiene jurisdicción en la zona y que acudió al lugar por un llamado anónimo. Los uniformados secuestraron en el lugar un revólver calibre 38.

Por ese hecho, Emanuel V. fue hallado autor penalmente responsable de los delitos de robo calificado por el uso de arma de fuego con aptitud acreditada y portación ilegítima de arma de guerra. La pena acordada fue de seis años y diez meses de prisión, según el fallo que lleva la firma del juez García.

Entre sus argumentos, el magistrado destacó la espontaneidad que se advierte en los relatos de los testimonios de las víctimas, que resultan “coherentes y concordantes en los esencial”. Asimismo, “a ello debe sumarse el secuestro del arma de fuego utilizada por el acusado para amedrentarlos”, y también la “pericia balística” efectuada sobre el revólver calibre 38, que además de estar apta para el disparo arroja como resultado que las dos vainas servidas secuestradas en el lugar fueron disparadas por la misma.

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