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Peña Nieto guiñó a las “autodefensas”

Presidente mexicano invitó a grupos civiles armados a sumarse a la Policía. La polémica convocatoria “contra el crimen organizado” fue ratificada.


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El presidente de México, Enrique Peña Nieto, defendió la convocatoria para sumar a las fuerzas de seguridad a los grupos de autodefensa que se enfrentan con narcos en el estado de Michoacán con el objetivo de combatir al crimen organizado.

La controvertida idea de que civiles armados se sumen a los cuerpos policiales fue ratificada ayer por el mandatario al hablar de la inseguridad en el Foro Económico de Davos, en la que defendió el genuino interés de defenderse del crimen organizado” de estos grupos, que enfrentan la violencia de la organización criminal Los Caballeros Templarios, en la zona de Tierra Caliente, ante la falta de respuesta de las instituciones locales.

Peña Nieto resaltó que el gobierno federal se hizo cargo de la seguridad hasta que se capaciten nuevos policías en aquellos municipios donde existe “debilidad institucional” o donde los cuerpos seguridad fueron cooptados por los grupos criminales”, según reportó la versión on line del diario La Jornada.

El presidente ponderó la estrategia de su gobierno en la cuestión de la inseguridad, gracias a la cual, según afirmó, “hubo una disminución real en el número de homicidios vinculados al crimen organizado del 30 por ciento”.

Peña Nieto había descartado anteayer que su gobierno hubiera alentado al nacimiento de los grupos de autodefensas y había argumentado que este problema “no sólo es de este último año”.

“Estamos haciendo frente en una estrategia que no sólo está en combatir la inseguridad, ni combatir al crimen organizado con los resultados que espero podamos ir acreditando , también en otras acciones orientadas a la reconstrucción del tejido social”, indicó.

Anteayer, grupos de autodefensa y presuntos narcotraficantes de Los Caballeros Templarios se enfrentaron en el primer choque directo desde que se puso en marcha esta nueva estrategia de pacificación del gobierno.

Durante más de dos horas hubo choques entre ambos bandos en los límites de Apatzingán y Parácuaro, una de las zonas donde se desplegaron las fuerzas federales para retomar el control de la seguridad. Los incidentes se desarrollaron mientras el secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, Monte Alejandro Rubido, comentaba en Morelia, la capital estatal, que ya detuvieron a 59 sospechosos de delitos en los municipios de Tierra Caliente y 72 en todo Michoacán.

La crisis en Tierra Caliente se agudizó en las últimas semanas después de que los grupos de autodefensas arrebataran el control de municipios a narcotraficantes de Los Caballeros Templarios.

El martes pasado las fuerzas federales asumieron la seguridad de ese municipio en el marco de una amplia operación lanzada por el gobierno de Peña Nieto para restaurar el orden en la región.

Un “ejército” variopinto

Terratenientes, ex policías, sargentos retirados del ejército, jornaleros, cortadores de limón, aguacate y papaya, ex templarios, ex pandilleros de California, adolescentes, padres de familia humillados, jóvenes a quienes les mataron a un hermano, hombres a quienes les mataron a un hijo o a una esposa embarazada. Según el diario mexicano La Vanguardia, en Tierra Caliente, las autodefensas están integradas por una diversidad de gente que, de alguna manera u otra, ha sufrido desde hace años todo tipo de agravios por parte de Los Caballeros Templarios, grupo criminal contra el que se alzaron.

Hay quien está en ellas porque se cansó de la extorsión; quien trabajaba para Los Templarios y se dio vuelta por diversas razones. También están el pequeño o el gran propietario. Se dice que muchos miembros de las autodefensas son ex templarios. En algunos casos adolescentes que han sido “punteros”, el eslabón más frágil de la cadena, aquellos que, a diferencia de los grandes líderes o sicarios, no pueden dejar su pueblo cuando es tomado. En Tierra Caliente la cultura del narcotráfico se puede calcular por décadas, donde las oportunidades escasean y la ilegalidad es normalizada.

 La mayoría teme que si pierde esta guerra sus familias sufrirán la venganza del crimen.

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