Guillermo Correa
Principio de solución. La firma Delos SRL aceptó devolver a tres trabajadores despedidos sus puestos laborales en una audiencia convocada de oficio en el Ministerio de Trabajo de la provincia, que tuvo lugar en la mañana de ayer en la sede de Ovidio Lagos y San Lorenzo. Allí, los representantes de la firma informaron que se acatará la conciliación obligatoria por 15 días hábiles dictada por la cartera laboral, aunque mantuvieron a rajatablas la posición de que las cesantías eran con causa, pese a que los trabajadores y el gremio de Madereros sostenían que las razones invocadas eran “inventadas”. De cualquier modo, los tres despedidos retomarán sus labores este lunes, en tanto que el más de medio centenar de empleados de Delos que cumplían una medida de fuerza en reclamo de las reincorporaciones volverán a sus tareas este jueves. Queda pendiente y el gremio presentará el pedido en las próximas horas, la situación de cinco trabajadores “eventuales” sobre los que se pedía, precisamente, su pase a planta. Ahora el gremio confía en que el pedido llegue a buen puerto con lo que se revertirán las ocho cesantías en total. Y queda para discutirse, sin plazo, la conducta antisindical que, según denuncian los empleados, caracteriza a la firma de Alvear desde hace largo tiempo.
Delos tiene su planta, donde fabrica muebles, en el Parque Industrial de Alvear, en el kilómetro 7 de la ruta provincial 21. El lugar tuvo amplia promoción del Estado: iniciativa de la provincia, la idea surgió en 1968, tras lo cual se estudió su factibilidad y se tomaron las medidas para hacerlo realidad, como la expropiación de las 175 hectáreas que hoy ocupa. Delos no forma parte de su consejo de administración, integrado en sus principales puestos por representantes de las pymes San Diego SA, ASA SRL, Rodamientos Severino SRL y Carbosur SRL, lo que da una idea de la amplitud del Parque y las condiciones de infraestructura con que lo fueron equipando. Por ello todas las empresas consorcistas deberían estar sujetas a derecho. Pero según sus trabajadores, Delos no: cuando intentaron plantear reivindicaciones salariales y de organización gremial interna, la empresa respondió con despidos a modo de disciplinamiento, según dicen.
Lejos de ello, se desató el conflicto, y toda la planta de 56 trabajadores fue al paro. Actuó el sindicato del sector, la Unión Obreros y Empleados de la Industria Maderera (Uoeima) y no tardó en intervenir el Ministerio de Trabajo. “El básico es una miseria. Pero ahora lo importante era mantener las fuentes de trabajo”, explicó a El Ciudadano uno de los trabajadores de Delos. Así, la firma bajó la cota de discusión: los trabajadores buscaban un aumento, terminaron peleando contra cesantías.
“Decidimos mandar un escrito, firmado por todos los compañeros, por una mejora salarial y un representante legal porque estábamos teniendo muy malos tratos por parte de las autoridades de la empresa”, había dicho otro de los trabajadores al sitio de noticias RosarioPlus, que refirió cuánto era el pago por jornadas de 8 horas: 38 mil pesos. El salario de bolsillo, así, está apenas por encima de la canasta básica alimentaria estimada por el Indec para una familia de cuatro integrantes (unos cientos de pesos por debajo de los 30 mil), pero en cambio está muy por debajo de la canasta básica total, que mide la línea de pobreza y supera los 68 mil pesos para esa familia tipo. Allí sólo se llega a cubrir el 55,6%.
Con pandemia y tras un gobierno como el de Mauricio Macri, que redujo sensiblemente el dinero disponible para costear algo por fuera de las necesidades básicas, el sector de muebles entró lógicamente en crisis. Pero su repunte, sostienen economistas que adscriben al actual gobierno y muchos otros que no tienen simpatía política con la gestión de Alberto Fernández, la recuperación de la cadena depende de la ecuación inversa: un crecimiento salarial por encima de la inflación y la reconstrucción del mercado interno, lo que vale también para los obreros madereros.
Ese camino no entraría en las concepciones estratégicas de Delos, que según aseguraron a este diario, no recibió bien ni el reclamo de aumento, pese a que no exporta y tiene una producción dirigida al mercado interno. En cambio, inició una serie de hostigamientos que ocasionaron un plan de lucha para resistirlos. Ahora estos temas quedarán para próximas audiencias en la cartera laboral, al igual que –otro de los reclamos– la reincorporación y el pase a planta de los cinco eventuales, “muchachos” que vienen desempeñándose con esa modalidad desde hace alrededor de un año.
Por ahora los tres trabajadores efectivos regresarán a sus puestos –no saben si a cumplir las mismas funciones que antes del conflicto– y deberán mostrar un desempeño en el que “cumplirán todas sus obligaciones de ley” y con “voluntad a trabajar para la empresa tendiente a mantener la relación laboral” aunque también solicitando que “se respeten todos sus derechos”, según consta en el acta firmada en la cartera laboral. Es que la empresa les había achacado impedir el acceso de personal a la planta, incluso bajo “intimidaciones y amenazas”, bloquear el ingreso de proveedores y amedrentar a encargados y personal jerárquico. Claro está los trabajadores habían rechazado de plano haber cometido esas acciones, invocadas como causales de despido, y sostuvieron que las acusaciones eran “falaces, arbitrarias y contrarias a la verdad”.
“Los trabajadores realizaron un quite de colaboración voluntario haciendo valer sus derechos laborales”, habían ratificado los representantes del gremio de Madereros presentes, entre ellos el secretario General de Uoeima Rosario, Ernesto Rodríguez, y el secretario Gremial, Jorge Oroná.
Al mismo tiempo, los directivos de la firma deberán abstenerse de cualquier forma de hostigamiento o amedrentamiento del personal, mientras quedaron postergados, al menos hasta el próximo jueves 28 de octubre, para cuando fue fijada, a las 10, la próxima audiencia en el Ministerio de Trabajo, los reclamos originales.
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