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Paso a paso, hacia una sociedad inclusiva

En estos días, fue el acto de colación de mi hija Juliana, finalizó toda su etapa escolar. A los 4 años comenzó jardín de infantes, y hoy, a los 18 años culmina su secundario. En mi mente, como instantáneas, recordaba los diferentes momentos que atravesamos para poder transitar este camino de la normalización. Un camino lleno de obstáculos, llenos de prejuicios y de limitaciones que fuimos venciendo a lo largo de toda su historia en este ámbito.

Juliana junto a sus profesoras.

Por Marisa Bolatti*

En estos días, fue el acto de colación de mi hija Juliana, finalizó toda su etapa escolar. A los 4 años comenzó jardín de infantes, y hoy, a los 18 años culmina su secundario. En mi mente, como instantáneas, recordaba los diferentes momentos que atravesamos para poder transitar este camino de la normalización. Un camino lleno de obstáculos, llenos de prejuicios y de limitaciones que fuimos venciendo a lo largo de toda su historia en este ámbito.

Y cuando digo fuimos, no me refiero a Juliana y a nosotros como padres solamente, sino también a los profesionales de apoyo que la acompañaron desde siempre. Ellas tienen nombre y apellido: Mariana Rodríguez, maestra especial, Cristina Recabarren,

Psicopedagoga y Viviana Pate, su fonoaudióloga. Profesionales con una calidad humana extraordinaria. Con un trabajo sostenido en el tiempo, de perseverancia y dedicación.

Combinando el accionar de docentes, con nuestro apoyo y ayudando en la construcción de los conocimientos en todas las materias, para que nuestra hija tuviera la educación de calidad que se merecía. A ellas, en nombre de toda mi familia va nuestro enorme agradecimiento.

Los momentos más felices de mi hija, transcurrieron junto a sus compañeros. Que la reconocieron como una más, sin sobreprotecciones, brindándole todo su amor y respeto.

En este intercambio cotidiano, se ayudaron mutuamente. Ambos aprendieron más de la vida, no sólo conocimientos académicos. Aprendieron, que JUNTOS, pueden crecer, compartir, disfrutar. Son los verdaderos protagonistas del cambio. Todos ellos comenzaron a construir una sociedad mejor, Una sociedad inclusiva, de calidad. A ellos, nuestro agradecimiento y felicitaciones por sus valores y principios .Y que estas vivencias, que estas buenas prácticas, contagie a nuestra sociedad para que abra todas sus puertas, se sume a esta construcción y facilite el desarrollo de una vida plena, a todas las personas con discapacidad.

*Mamá de Juliana

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