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Pasión solidaria en dos ruedas

La Asociación de Moteros Rosarinos lleva apenas dos años de vida y ha realizado actos benéficos en toda la ciudad. Ahora emprendió la idea de crear un instituto de capacitación en mecánica de motos.

Los moteros rosarinos beben viento, comen rutas y hacen acciones solidarias.
Los moteros rosarinos beben viento, comen rutas y hacen acciones solidarias.

Luciana Sosa

Unos 15 moteros rosarinos unen fuerzas para realizar actividades de bien social. La Asociación de Moteros Rosarinos se formó hace dos años y desde entonces busca abrir su pasión por los viajes en dos ruedas, los caminos recorridos, las cervezas compartidas y los detalles de cada máquina e invertir toda esa energía en hechos solidarios. En diálogo con Jorge “Mochila” Gallegos, uno de los integrantes de la agrupación, explicó que además de fines solidarios los moteros se involucraron en las medidas viales de la provincia, con la presentación de reformas que consideran necesarias para una mejor conducción en las rutas ante el Consejo Provincial de Seguridad Vial de la provincia de Santa Fe.

“Además de la reunión de amigos y los recorridos en las rutas, nos propusimos diversas actividades solidarias, o bien ayuda en casos puntuales a instituciones o particulares que lo necesiten”, señaló Gallegos. Por su parte, agregó que el grupo (tal como muestra el sitio de internet www.amros.com.ar) presentó un escrito con las modificaciones pertinentes a la nueva ley de seguridad vial provincial, como el pedido de la creación de academias de motos, para que enseñen (al igual que con los autos) a conducir este vehículo de dos ruedas.

“Muchos consideran que si saben manejar una bicicleta están en condiciones de conducir una moto y eso no es cierto. Hay que tener en cuenta este tipo de errores populares porque después van todos a la ruta y surgen los problemas. La conducción es mucho más compleja: no por manejar una pinza somos todos electricistas”, agregó.

Sobre la nueva ley de seguridad vial provincial, Gallegos señaló que el grupo participa activamente del proyecto: “Planteamos algunas reformas como, por ejemplo, nuestro desacuerdo con que se siga conduciendo por la derecha. Pedimos el cambio de costado porque consideramos que por la derecha existe mayor peligrosidad que al manejar por el costado izquierdo. Por algo, hace unos años, se crearon las ciclovías de ese lado”, explicó, y agregó que hay que tener en cuenta estos cambios en la ley de seguridad vial dado el incremento de motos en los últimos años.

 Ruedas solidarias

 Este grupo de moteros, integrado por trabajadores de la construcción, pintores, administradores de propiedades y cooperativistas, entre otras ocupaciones, realizan a menudo obras solidarias con fines puntuales. “No convocamos ayuda a mansalva, lo hacemos en casos específicos y con el aporte que nosotros mismos podemos realizar”, dijo Gallegos.

Los moteros realizaron en sus dos años de vida una larga lista de acciones sociales, como la donación de zapatillas y ropa al área oncológica del Hospital de Niños Víctor J. Vilela en 2007, o bien la donación de una moto para cumplir el sueño de un joven que hoy pelea por su vida. También realizaron festivales solidarios para donar juguetes y una computadora a una escuela de niños ciegos y recaudaron dinero para ayudar a Nahir Meza en su tratamiento por atrofia muscular.

“Más allá de que amamos beber vientos y comer rutas, quisimos hacer algo mucho mejor, que le sirva a muchos. Uno de los anhelos es tener un instituto de capacidad en motos. Allí ofreceremos curso de capacitación en electricidad, mecánica de moto y reparación de plásticos para jóvenes que quieran ingresar a este mundo en dos ruedas”, comentó a quien sus compañeros apodaron como Mochila.

El espacio de capacitación sería abierto en unos meses y la iniciativa cuenta con el aval del Círculo de la Publicidad y el Instituto Escuela Rosario.

En cuanto a la recolección de donaciones, Gallegos aclaró que el fin del grupo es que ellos mismos consigan el material necesitado. “Todo el mundo ayuda, pero hay que ser transparentes en cuanto al destino de esa ayuda. Hay que ser honestos y creemos que no hay nada mejor que enviar lo que nosotros mismos obtenemos. O de nuestros fondos o de amigos empresarios que nos dan una mano. En situaciones especiales, recibimos ayuda externa en festivales que organizamos, pero nada más”, concluyó.

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