“Acá el problema es que pagaba una factura de 150 mil pesos y ahora nos viene una de 750 mil”. Así explicó el empresario Ignacio Boero, propietario de Fundición Martínez de Granadero Baigorria, la situación en la que quedó la empresa tras el tarifazo en el costo de la energía eléctrica en el mercado mayorista.
La EPE trasladó el mayor costo a sus clientes, lo cual puso en aprietos a los grandes consumidores, conocidos como electrointensivos en la jerga industrial.
“La empresa se volvió inviable de un día para el otro. Pasar de 150 mil a 750 mil es imposible, para colmo en un mercado recesivo como el actual. La EPE dijo que está estudiando cómo reverlo, pero hasta ahora todo sigue igual. No digo que no aumente la tarifa, pero por lo menos que se aplique de forma progresiva, no así de golpe”, sostuvo Boero, titular de la empresa rosarina Carlos Boero SRL, fabricante de ejes y suspensiones para camiones y semirremolques que en marzo de 2015 compró el concurso preventivo de Fundición Martínez, donde hoy trabajan entre 50 y 60 metalúrgicos.
Boero insistió en que el actual contexto del sector metalmecánico en general y de las fundiciones en particular “es recesivo. Vulcamet cerró, Metalúrgica Tandil está mal, y hay otras empresas en el Gran Rosario que cayeron”.
El Ciudadano publicó en su edición impresa de hoy (ver notas relacionadas) un artículo que refleja el reclamo que le hicieron al gobernador sobre este tema directivos de Fisfe y de la Asociación de Industriales Metalúrgicos, junto al líder de la UOM Antonio Caló.
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