El Hincha

Copa de la Liga 2024

Partidazo en el Coloso: Newell’s y San Lorenzo dejaron todo e igualaron en dos

Panchito González había abierto el marcador tras una linda jugada de Armando Méndez, pero en siete minutos Adam Bareiro puso en ventaja para el Ciclón. Pero faltaba más. Velázquez le ganó desde arriba a Altamirano y estampó la empate en el Parque


JUAN JOSÉ GARCÍA

Los nervios crispados, los corazones acelerados. Presión desde la tribuna, apuro con mezcla de efervescencia dentro de la cancha. Newell’s jugó con San Lorenzo un partido donde la derrota reciente en el Clásico lo puso en la obligación de demostrar carácter para revertir el mal momento. Y el partido se jugó con una tensión difícil de explicar. Y fue 2 a 2, con sensación de bronca, una vez más.

El cotejo se jugó bajo un clima tenso y la obligación lo puso a Newell’s a salir a buscar el gol con apuro. Cuando la pelota pasó por Banega hubo pausa y claridad; si el destinatario era Méndez todo era potencia; en los pies de Díaz y Velázquez había más imprecisión; y con Martino y Panchito más vértigo que exactitud; y con Fernández Cedrés mucha garra.

Entre tanto apuro, San Lorenzo buscó la zona vulnerable, la espalda de Méndez, un hueco perceptible hasta por el más desorientado. Primero avisó Leguizamón y respondió Macagno, pero esa zona iba a ser de habitual frecuencia para el Ciclón.

Newell’s llegó al gol por consecuencia de su juego. Banega aclaró el juego y encontró en Méndez una buena opción. El uruguayo puso pausa a su vértigo y centró para que Panchito peine la pelota a la red. Un gol esperado que debió actuar como calmante, no fue así.

La Lepra siguió jugando al ritmo de la gente y no identificó que la pausa podía ser una aliada.

Y en un abrir y cerrar de ojos San Lorenzo pasó al frente. Ambos ataques fueron por la zona descuidada de Méndez, con Velázquez saliendo lejos y desprotegido a cubrir. Y si al partido le faltaba algo para entrar en máxima tensión, en el 1 a 1 hubo un agarrón de Bareiro para sacarse de encima a Glavinovich que cuesta entender que el VAR no haya entendido que fue falta. O al menos dejar esa decisión en Merlos viendo la pantalla. “Con Newell’s no se jode…” o “Chiqui Tapia la p… que te parió” fue un clamor que se hizo oír fuerte, pero también le puso más frenesí al partido. Casi se desboca Newell’s, apurado por la gente y enojado por el arbitraje. Y cuando parecía que ese enfado lo iba a condenar, en el descuento Banega centró largo, Velázquez saltó alto y Altamirabo salió lejos para dejar el arco vacío para el 2 a 2.

El complemento fue una riña de gallos. El termómetro del partido se empezó a medir por quién metía más, quién ganaba cada cruce o quién simulaba mejor una falta. Y Merlos contribuyó a ese descontrol dejando pasar casi todo.

Las chances de gol escasearon. Newell’s tuvo un remate de Martino que despejó Altamirano y una delicia de pase de Banega a Martino pero el centro atrás del lateral encontró un cierre justo de Hernández cuando Ramírez ya presentía su gol.

Y el empate dejó a la gente enojada, con el resultado, con Chiqui Tapia, con algunos jugadores (unos pocos) y con la sensación que era un partido para volver al triunfo y no pasó. Y cuesta encontrar un culpable claro.

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