Gremiales

Villa Gobernador Gálvez y Alvear

Paros sorpresivos y protestas frente a plantas de Cargill

Ante la ratificación de la compañía multinacional de no dar marcha atrás con los 33 despidos, hoy los empleados decidieron realizar un paro sorpresivo y volvieron a pedir por la reincorporación de sus compañeros.


Preocupados y llenos de incertidumbre. Así están los trabajadores aceiteros de las plantas que Cargill tiene en Villa Gobernador Gálvez y Punta Alvear. Es que ante la ratificación de la compañía multinacional de de no dar marcha atrás con los 33 despidos, hoy los empleados decidieron realizar un paro sorpresivo y volvieron a pedir por la reincorporación de sus compañeros.

Reunidos en asamblea, los trabajadores decidieron lanzar medidas de fuerza sorpresivas para intentar torcer el rumbo de los 33 despedidos, aunque el panorama pinte adverso.

Luego de conocerse la decisión de Cargill –una vez concluida el jueves pasado la conciliación obligatoria– de “reemplazar a los 33 colaboradores” de las plantas de Villa Gobernador Gálvez y Punta Alvear y que “los reemplazos se harán en idénticas condiciones de contratación”, trabajadores y el Sindicato de Obreros Aceiteros de Rosario rechazaron el argumento de la empresa, por lo que este lunes los cesanteados continuaron manifestándose en la puerta de la planta.

Daniel Yofra, secretario general de la federación de aceiteros, dijo en declaraciones radiales desde la puerta de Cargill en Villa Gobernador Gálvez que “las medidas que estamos tomando son paros por un par de horas en algunos turnos y volver a arrancar la planta”, especificando que la única que estuvo en actividad este lunes fue la de biodiesel.

Yofra expresó que se encuentran a la expectativa de cara a las determinaciones que tome la compañía. “Nuestra postura es que vuelvan a tomar a los compañeros que estaban despedidos y por eso vamos a luchar”.

Cargill Incorporated es la primera corporación privada en la lista de Forbes,​ revista especializada que le adjudica 130 mil empleados en 66 países y una alta diversificación de negocios desde su nacimiento en 1865. Está presente desde 1947 en la Argentina, donde según publica en su página web tiene más de tres mil trabajadores distribuidos en unas 60 localidades de ocho provincias. Allí asienta desde establecimientos industriales, terminales portuarias y acopios hasta oficinas comerciales.

La sede local de la firma con asiento central en Minnesota, Estados Unidos, emitió un texto con su interpretación del conflicto en Santa Fe: “Con la conclusión de la conciliación obligatoria dictada por las autoridades de los Ministerios de Trabajo Nacional y Provincial, Cargill ha decidido reemplazar a 33 colaboradores de las plantas de Villa Gobernador Gálvez y Alvear”. La compañía negó las acusaciones de un intento por tercerizar la producción en las dos plantas santafesinas o hacer un enroque con trabajadores encuadrados en otros convenios colectivos que le permitan abonar salarios menores a los fijados en el sector aceitero: “Los reemplazos se harán en idénticas condiciones de contratación, es decir como empleados de Cargill en relación de dependencia y en las mismas zonas geográficas”.

La cerealera agrega que durante la vigencia de la conciliación “ofreció a las personas involucradas un plan de retiro como alternativa de solución, el cual fue aceptado por un grupo reducido de ellos”. El comunicado insiste en los argumentos para el movimiento de personal: “El objetivo de esta medida no es la tercerización, ni la eliminación de puestos de trabajo, sino el reemplazo de colaboradores por otros con características y perfiles distintos y adecuados para garantizar la continuidad de las operaciones de un modo seguro, eficiente y acorde a los nuevos desafíos del negocio”.

El conflicto está lejos de resolverse, porque a la insistencia empresaria en las cesantías se opone la resistencia gremial en un marco nacional difícil para que un despedido se reinserte en el mercado laboral. “No hay razones para los despidos, se plantaron para adoctrinarnos y están favorecidos por el contexto político”, dijo el secretario general del Sindicato de Aceiteros de Rosario, Adrián Dávalos.