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Paro de trabajadores del Irar

Realizaron una jornada de protesta que incluyó el corte de calle frente a la sede local de Gobernación. Denuncian que parte del personal tiene contratos irregulares y que la cantidad de empleados no alcanza.

Los trabajadores del Instituto de Rehabilitación del Adolescente Rosario (Irar) realizaron ayer una jornada de protesta en reclamo del pase a planta permanente de 16 acompañantes juveniles con contratos irregulares desde hace casi dos años y volvieron a denunciar que el personal es insuficiente para la cantidad de menores internados. La medida de fuerza, que consistió en un paro de 24 horas y un corte frente a la sede de Gobernación, en Santa Fe al 1900, fue en rechazo a la propuesta oficial de implementar un sistema de ingreso por concurso abierto y de forma escalonada para cubrir cinco puestos vacantes.

En diálogo con El Ciudadano, los trabajadores manifestaron ayer sus reclamos más urgentes: el pase a planta permanente de todo el plantel del Irar, ya que de 17 acompañantes juveniles sólo uno está en blanco, y la incorporación de más personal para abordar con responsabilidad la situación de los menores.

El Instituto de Rehabilitación del Adolescente Rosario (Irar), ubicado en Cullen y Saavedra, es un lugar de encierro que alberga a menores en conflicto con la ley penal. Por sus malas condiciones edilicias y sus graves problemas de arquitectura, la actual gestión programó su cierre y la construcción de un nuevo edificio, contaron sus trabajadores.

Pero los acompañantes juveniles, que ingresaron para implementar el cierre progresivo del instituto, denunciaron que están precarizados desde hace dos años y que no hay voluntad política de regularizar su situación.

“Hace un año que no toman gente y nosotros estamos haciendo el laburo de 30 personas”, dijo uno de los delegados, tras destacar el cambio radical que significó puertas adentro el trato cotidiano de los pibes con los acompañantes juveniles, que implementaron un nuevo abordaje basado en la pedagogía de la presencia.

“La revolución fue que haya personal civil con los pibes todo el tiempo”, dijo Daniel Godoy (también es delegado de ATE), quien manifestó el orgullo que sienten por el trabajo difícil que ellos eligieron. “En un corto proceso logramos reducir al mínimo la violencia que antes era cotidiana dentro de la institución y eso demuestra que nuestro trabajo sirve”, apuntó uno de los delegados del Irar.

Pero enseguida dio otros datos, mucho menos alentadores: “Actualmente hay 51 pibes alojados en el Irar, que está dividido en siete sectores. Nosotros somos tres por turno: ni siquiera hay una persona por sector”, aseguró.

Por eso los reclamos al gobierno provincial fueron claros y apuntaron a las obligaciones del Estado: “Para abordar una problemática tan seria como la de los menores en conflicto con la ley se necesitan políticas públicas serias”, dijo Mauro Testa, otro de los trabajadores del Irar que denunció la inexistencia de voluntad política.

“La falta de seriedad en políticas públicas no sólo se hace con trabajadores en negro sino también poniendo en marcha una política sin financiamiento”, agregó Testa.

En tanto, desde la Dirección de Justicia Penal Juvenil de Santa Fe informaron que para que se efectivice el pase a planta permanente se deben cumplir los requisitos establecidos por ley, entre los cuales está el sistema de ingreso por concurso. En relación con la antigüedad que tienen en funciones los trabajadores contratados, el secretario de Asuntos Penales, Juan Lewis, indicó que serán contemplados con un puntaje diferenciado por el tiempo que vienen prestando el servicio.

Lewis explicó que por ley el pase a planta permanente no es automático sino escalonado y remarcó que el sistema está empezando a dar sus frutos y que la gestión tiene toda la “intención de profundizarlo”.

Los trabajadores del Irar dijeron que, tras finalizar la jornada de protesta, esperan un canal de diálogo con el gobierno provincial y adelantaron que se reunirán en asamblea el próximo martes.

Asimismo, expresaron su rechazo a la propuesta oficial de abrir un concurso para ocupar cinco puestos vacantes y calificaron la oferta de una “broma”. Según indicaron, se les ofreció abrir un concurso a toda la comunidad para que cinco trabajadores queden blanqueados, “desconociendo y ninguneando” la tarea que desarrollaron en los últimos dos años.

Sobre ese punto, los trabajadores contratados dijeron que se autocapacitaron en el transcurso de la convivencia con los pibes. “Cuando empezamos a trabajar era todo tan nuevo y tan terrible, porque era una problemática que te pegaba un cachetazo cuando entrabas”, dijo uno de los acompañantes, tras recalcar que ellos apostaron a ese laburo y que no fueron acompañados con políticas de Estado.

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