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Crimen

Paraná: detienen a sospechoso de matar a enfermera

María Teresa Rondán fue asesinada el fin de semana cuando unos sujetos dispararon contra el frente de su casa y una bala alcanzó a la víctima hiriéndola en la nuca.


Un joven de 24 años fue detenido en la capital entrerriana acusado de haber participado en el crimen de María Teresa Rondán (61), la enfermera que murió el domingo luego de recibir un balazo en la nuca que delincuentes dispararon contra el frente de su casa en Paraná, informaron hoy fuentes policiales.

La detención del sospechoso, de apellido Villalba, fue ordenada por el juez de Garantías Nº 2, José Eduardo Ruhl, y se concretó en una vivienda del Barrio Cáritas, de Paraná.

El jefe de la División Homicidios de la policía provincial, comisario Ángel Ricle, informó hoy que el sospechoso se encontraba detenido esta mañana en la Alcaidía de los tribunales locales a disposición de la justicia.

Rondán (61) fue asesinada de un balazo en la nuca efectuado por cuatro personas que se movilizaban en dos motocicletas y que dispararon contra el frente de su casa de manera intimidatoria.

La víctima era enfermera del hospital San Martín de Paraná y al momento de ser asesinada estaba sentada adentro de su casa tomando mate.

Los investigadores dijeron que, al parecer, la mujer o alguno de sus familiares deben haber estado amenazados porque la puerta de calle de la vivienda estaba asegurada por dentro con un ropero, que la enfermera colocaba para tener mayor seguridad.

Uno de los varios balazos que los delincuentes dispararon contra el frente de la casa atravesó la puerta de chapa y el ropero e impactó en la nuca de la mujer, provocándole la muerte en forma instantánea.

El ataque se produjo en el barrio conocido como Bajada Grande, en el sector occidental de la capital entrerriana.

Durante la detención de Villalba, la policía secuestró también una moto marca Guerrero Trip sin cachas delanteras color azul, prendas de vestir y un celular, pero no armas de fuego.

Fuentes vinculadas con la investigación admitieron que el ataque puede haber sido un mensaje para la enfermera o para algún familiar, debido a que algunos vecinos le dijeron a la policía que el crimen tiene “ribetes narcos”.

Tras el hecho, la hija de la víctima, que hacía poco se había mudado con su pareja a una casa situada detrás de la de su madre, abandonó el lugar.

Los vecinos dijeron que la víctima era una buena mujer que vivía sola y que hacía unas semanas había recibido a una hija y luego a su yerno, quien comenzó a ser visitado por algunos hermanos durante las noches, cuando se escuchaba música a toda hora y a alto volumen.

Los vecinos contaron también que luego del ataque del domingo, la casa del fondo fue rápidamente abandonada, y no se volvió a ver en el barrio a la hija de Rondán ni a su pareja.

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