Espectáculos

"El viaje de la Kundalini", este domingo en lavardén

Para vivir una experiencia singular

Llega a la ciudad “El viaje de la Kundalini”, una actividad sensoperceptiva con impronta de show.


Una propuesta artística pero fundamentalmente de autodescubrimiento llega este domingo a Rosario con la firme convicción de convencer(nos) de que puede ser hoy el primer paso para un domingo diferente. Se titula “El viaje de la Kundalini” y se promociona como “un viaje sensoperceptivo a través de los sonidos, aromas y texturas”. La curiosidad de la actividad basta para indagar más sobre el tema.

“Guiados por la energía y el poder del sonido, esencia natural de toda creación, los invitamos a viajar, silenciando la mente y adentrándonos en los confines del corazón, para reencontrarse y reencontrarnos, en un tiempo/espacio abierto especialmente con la intención de despertar nuestro máximo potencial”, indican en la invitación y recomiendan, para la ocasión, vestir “ropa blanca”. Además se entrega una venda para que los asistentes se tapen los ojos durante la mayor parte de la función.

La experiencia integra, entre otras, varias artes holísticas: sonoterapia, meditación, yoga, música, aromaterapia y reiki. Y para eso se utilizan frecuencias solfeggios, cuencos de cuarzo y tibetanos, tambores, flautas nativas, cantos armónicos, sonidos y esencias naturales, mantras y canciones, entre otras técnicas.

El Ciudadano dialogó con Pablo Robles, creador de la propuesta, músico, instructor de Kundalini Yoga y director de CrisolTierra Producciones y Proyecto Vibra, para interiorizarse sobre esta actividad que lleva una década moviéndose por el país y el mundo, y que ya tocó suelo en Buenos Aires, Córdoba, Santiago de Chile, Bariloche, Cabo Polonio, Punta del Este, San Pablo, Brasilia, Río de Janeiro y Barcelona, entre otras ciudades del mundo.

—¿Cómo definirías “El viaje de la Kundalini”?

—No es algo convencional. Lo llamamos una obra perceptiva de vanguardia pero en realidad es un viaje sonoro musical. A los asistentes los invitamos a colocarse un antifaz y comienzan un viaje interior muy profundo, conducido por sonidos de alta resonancia que conectan con nuestra parte más consciente. Son sonidos que se utilizan para terapias; nos conectan con una parte nuestra. Usamos mantras que evocan un estado meditativo, como un viaje por los 7 vórtices energéticos llamados chakras. Es un viaje muy profundo. Si bien vamos todos en la misma nave, es muy particular lo que cada uno siente según el estado de conciencia y el estado emocional que tiene.

—¿Cómo nace esta actividad y por qué la realizás en un teatro?

—Esto nace de Proyecto Vibra que es mi proyecto troncal que llevo adelante hace 10 años. De encuentros en espacios más reducidos, la actividad creció tanto que no entraba más gente. Por eso decidí hacer este formato en teatros que es una especie de show, de espectáculo, para atraer a personas que quieran vivir una experiencia loca y de repente se encuentran consigo mismo. Es una especie de meditación encubierta.

—La temática, ¿cambia a lo largo de este “viaje”?

—La temática principal es el viaje a lo largo de estos 7 chakras principales que es el recorrido que hace la Kundalini, que es la energía creativa del universo en nosotros representada con la energía sexual. Cuando esta energía se eleva, a través de unos canales energéticos que están a lo largo de la columna vertebral, va pasando a través de los chakras. La temática es ir abriendo cada uno de esos vórtices con un trabajo profundo de purificación y armonización en cada uno de estos centros.

—Hay una suerte de crisis existencial masiva de la población que requiere aprender a conectarse más para sentir más profundamente. A tu entender, ¿a qué remite que haya tanta demanda de estas actividades?

—Se trata de un momento especial de este tiempo espacio que estamos habitando en el Planeta Tierra y que tiene que ver con el cambio de era astrológica: de lo que fue la de Piscis a la de Acuario. Estamos justo en la bisagra porque el cambio fue en 2012. Para los Mayas, es una fecha profética. Con ese cierre comenzó una era de 26 mil años nuevos que nos está posicionando dentro de la galaxia, como planeta y sistema solar, como lugar donde están llegando más fotones, es decir, luz que nos hace ver todo lo que no veíamos antes. Es como cuando en un cuarto oscuro de repente prendés una luz; vas a ver mucha basura, polvo y cosas para limpiar. Eso es lo que está sucediendo ahora. Estamos con la posibilidad de limpiar todo ese cuarto oscuro. Llegamos a un nivel de colapso. Yo lo entiendo así y me ha pasado cuando trabajaba en una empresa multinacional con un horario de 8 horas y sólo 15 días de vacaciones al año. Me di cuenta que es totalmente inhumano. No nacimos para tener esa rutina. De alguna manera, estamos alimentando con nuestra energía vital un sistema que ya colapsó, que no se sustenta más. Porque nos estamos muriendo antes de lo que debiéramos; muriendo infelices y sin lograr nuestro propósito en la vida, con muchas enfermedades, envenenándonos con el alimento; no disfrutando de la vida básicamente. Alimentamos un sistema a través del sufrimiento.

—¿Qué propone la Era de Acuario?

—Propone un cambio de vibración de estos chakras. Pasar de vibrar en el tercer chakra que rige de alguna manera el ego, a vibrar en el cuarto chakra que es el del corazón, de la libertad y el aire. Todo esto está pasando ahora y por eso la gente está buscando un poco más este arte o disciplina.

—¿Es un arte?

—Yo lo llamo arte del ser. Es un arte que no busca un aplauso o un reconocimiento de afuera sino que busca transformar para que la persona encuentre su propio artista, su propio brillo.

—¿Qué te sucede durante la función desde tu lugar de coordinador?

—Lo vivo con mucho placer porque es el lugar donde me siento más pleno haciendo lo que debo hacer. Siento que nací para esto y es mi propósito. Nuestro trabajo, porque somos un equipo donde cada uno está buscando dar su propósito, quiere emanar eso para que todos se contagien.