El Hincha

Básquet

Para recordar, homenajear e ilusionarse, feliz día a los jugadores y jugadoras del básquet rosarino

Cada año se comienza a extrañar a tipos como Buby, pero también a disfrutar a pibes y pibas que aparecen y que serán el semillero del básquet, ese que compra rosarino todos los días o los transforma en embajadores por el mundo


Fotomontaje de Joana Figueroa

Cada 27 de junio remitirá a imágenes sensibles al afecto desde el mismísimo momento en el que la fecha se escogió para homenajear al jugador del básquet rosarino, y no por casualidad, sino para también para recordar a uno de sus máximos exponentes como fue Víctor Hugo Le Bihan.

Talentosos, pasionales, competitivos, seguramente la denominación es tan amplia que agrupa a miles de pibes, grandes y retirados con diferentes características bajo un mismo techo, el de las estrellas en la noche junto al río y el Monumento.

Jugar al básquet, ser rosarino, querer a su club, buscar progresar y representar a la ciudad, el sueño de tantos que cada vez más cumplen por capacidad, esfuerzo y deseo.

Y en especial en este 2022 la fecha coincide con emociones fuertes, con Provincial a las puertas del ascenso a la Liga Argentina conmoviendo al básquet de la ciudad con un plantel identificado con el club y con Rosario, pero también como el resultante de una dura lucha entre elencos rosarinos que con la Liga Federal le sumaron emoción a la temporada local.

Y es especial porque más allá de los problemas y dificultades o detalles que no se pulen desde lo organizativo, los jugadores siguen volviendo a casa a ponerse la camiseta de su vida para generar identificación, para ser espejo, para que los pibes tengan ganas de ser como ellos. Como Giordano en la tierra de Bernardini, como Leonor Rivero alentando cada noche a Pablo Fernández en Provincial.

Y es especial porque los chicos y chicas juegan, acá, en la región, y en la provincia, porque les gusta jugar, porque no entienden ni deben entender de las peleas egoístas de grandes. Porque de eso se trató siempre, de jugar, de no privarlos de experiencias.

Cada año comenzamos a extrañar a tipos como Buby, pero también comenzamos a disfrutar a pibes y pibas que aparecen y que serán el semillero del básquet, ese que compra rosarino todos los días o los transforma en embajadores por el mundo.

Un día para homenajearse, para recordar a Le Bihan y a tantos otros, para disfrutar a los que están y para ilusionarse con los que vendrá.

Feliz día a los jugadores y jugadoras del básquet rosarino

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