Policiales

Femicidio en Santa Fe

Para los fiscales, Ana María Alurralde murió por los golpes que le dio su pareja

Santiago Daniel Fernández fue imputado por el asesinato de la hermana del juez federal de Reconquista, Aldo Alurralde. El magistrado estuvo presente en la audiencia para pedir justicia. También María Romero, hija del acusado: su mamá desapareció en 1988 y nunca más se supo nada de ella


Este lunes en los tribunales provinciales de la ciudad de Santa Fe fue imputado Santiago Daniel Fernández, de 66 años, como autor del femicidio de su pareja, Ana María Alurralde. En la audiencia, entre los familiares de Ana María estuvo presente el magistrado federal de Reconquista, Aldo Alurralde, hermano de la víctima, quien dijo: “Mi pedido se centra en el reclamo de justicia, y también de claridad en los hechos; no vengo como funcionario, sino como hermano de la víctima”. También estuvo presente María Romero, hija de Marta Isabel Romero, una profesora de educación física desaparecida desde 1988, también en Santa Fe y que había sido pareja del ahora imputado. Hace 30 años que no se sabe nada de Marta, pese a que su familia siempre sospechó del acusado Fernández y no cesó en el reclamo de esclarecimiento. Tres décadas después, esa causa todavía impune y rodeada de misterio cobra un nuevo cariz.

La imputación

La imputación a Fernández fue realizada por los fiscales de Homicidios Ana Laura Gioria y Gonzalo Iglesias en una audiencia precedida por el juez José Luis García Troiano.

Ana María Alurralde tenía 59 años y vivía en barrio Schneider, en Regis Martínez al 3900. El sábado apareció asesinada adentro de su auto en avenida General Paz y callejón Las Mandarinas, en el paraje El Chaquito. Hacía 48 horas que no se sabía nada de ella.

“El delito que investigamos fue cometido entre las 18 del último jueves y las primeras horas del viernes en una vivienda ubicada en calle Regis Martínez al 4000. El imputado compartía la casa con la víctima a raíz de que mantenía una relación estable de pareja desde hacía más de 20 años”, precisó Gioria.

Según sostuvo la fiscal en la audiencia, “Fernández le dio muerte intencionalmente a Alurralde, con conocimiento y voluntad en su accionar delictivo”.

La fiscal destacó: “El hecho que le atribuimos al imputado fue cometido en un contexto de violencia de género, dado por una relación desigual de poder que se evidencia en la violencia psicológica y moral que ejercía el hombre investigado sobre la víctima”.

Gioria también indicó que “del informe preliminar de la autopsia, se desprende que el imputado agredió físicamente a la víctima mediante golpes de puño. Además, con un objeto contundente le provocó traumatismos de cráneo que finalmente le ocasionaron la muerte a la mujer”.

Gioria aclaró: “A raíz de diversas versiones que circularon, debo aclarar que no hay ninguna evidencia –ni en ningún momento– el imputado confesó ser el autor del femicidio de Alurralde”. No obstante, sostuvo que “una vez que logramos encontrar un vehículo que estaba a nombre de la mujer, el hombre investigado habló con una persona de su máxima confianza a la que le dio algunas indicaciones acerca del lugar en el que se podía encontrar a Alurralde. Sin embargo, no aclaró si estaba viva o en qué condiciones se la iba a hallar”.

Evidencia científica

“Lo que orientó a la Fiscalía a tomar la decisión de detener y luego imputar a este hombre fueron las evidencias científicas que logramos recolectar. Esas evidencias nos permitieron confirmar que hubo violencia y, al mismo tiempo, desmintieron el relato que hizo el imputado respecto de lo que supuestamente había ocurrido en el interior de la vivienda que compartía con la víctima”, aclaró Gioria.

La fiscal dijo: “El hombre investigado declaró que despertó el sábado a la mañana y no vio a su pareja. De hecho, cuando la policía fue a la vivienda, todo estaba perfectamente ordenado”. Sin embargo, Gioria reiteró que “los peritajes realizados por los especialistas que trabajaron en el lugar detectaron rastros de violencia”.

La fiscal dijo que “en el ámbito del MPA no existe ningún tipo de denuncia de la víctima contra el imputado”.

La audiencia de medidas cautelares se llevará a cabo el próximo miércoles en horario a confirmar por la Oficina de Gestión Judicial (OGJ). En tal sentido, adelantaron que solicitarán la prisión preventiva del imputado.

El dolor del juez

En conferencia de prensa, Aldo Alurralde dijo que Ana María era una persona “dulce y buena”.

“¿Hay un móvil para quitarle la vida a alguien, para reventarle la cabeza?, se preguntó el magistrado federal de Reconquista. Y agregó: “Ahora el señor Fernández está preocupado porque duerme en un colchón en el piso y a mi hermana la tiró en una zanja con la cabeza reventada. De eso no se preocupó, estuvimos buscando su cuerpo durante 48 horas. Esa desaparición es un hecho tremendo. Me ha tocado intervenir en juicios de lesa humanidad, hablar con familiares de desaparecidos y ahora los comprendo cabalmente. No se puede elaborar un duelo, no saber dónde está, si está viva, dónde llevarle una flor”.

El caso Romero

Marta Romero era profesora de educación física en Laguna Paiva, pero pidió su traslado a Recreo cuando nació su hija María. La tarde del 23 de marzo de 1988 dejó su casa en Pedro Zenteno al 900 y en auto enfiló al oeste de la ciudad. Supuestamente debía reunirse con el padre de su hija, Daniel Fernández, en el estudio jurídico de la abogada Nilda Rotger, pero nunca llegó. Su auto apareció con las puertas abiertas en la dársena del hospital Iturraspe, y nunca en 31 años se halló rastro de ella.

Sobre este dato, Alurralde manifestó: “Ella no lo conoció en la cárcel, lo conoció (a Fernández) como una persona libre. Siempre cuando relataba el caso Romero, él decía ser una víctima de la desaparición de su mujer”. Y agregó: “Si hubiera tenido la mínima sospecha, ya hubiera actuado en su momento”.

“Es una persona que la ha manipulado todos estos años, la ha ido aislando de sus amistades de toda posibilidad de independencia, de hacer lo que a ella le gustaba. La fue apartando con sus celos y su actitud manipuladora, y el resultado es este. Ahora es la Justicia la que se tiene que encargar y averiguar lo anterior“, pidió el juez federal.

“Muchas toleran muchas cosas de su pareja, comienzan a dejarse, a ser sumisas a la voluntad del otro, que decida con quienes se pueden encontrar y con quienes no. Cuidado, su vida corre peligro, y cuando se dan cuenta tal vez ya es tarde”, concluyó Alurralde.

La fiscal refirió al testimonio que brindó el hermano de la víctima ante el juez, antes del inicio de la audiencia. “Me pareció muy valioso, fundamentalmente, por el mensaje que transmitió acerca de que no es necesario llegar a la agresión física para que haya violencia de género. Muchas veces, con otras actitudes también se constituye la violencia en la pareja”.

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