El gobernador Miguel Lifschitz intentó bajar los decibeles en torno a los incidentes ocurridos en la noche del domingo al finalizar la marcha del Encuentro Nacional de Mujeres, al señalar que no se puede generalizar lo ocurrido por “un grupo de 200 o 300 inadaptados”.
El titular de la Casa Gris consideró que “los hechos de violencia más allá de haber tenido mucha trascendencia fueron minoritarios, de poco impacto teniendo en cuenta las dimensiones del fenómeno que teníamos en la ciudad”.
“Nosotros tomamos todos los recaudos necesarios como para tener presencia y control sin provocar, sin generar ninguna situación que pudiera generar violencia o en enfrentamientos entre grupos o entre manifestantes y la policía”, enfatizó el gobernador santafesino.
Y luego hizo una comparación con el fútbol para intentar calmar las aguas: “Esto es algo parecido a un evento de fútbol donde hay 50 mil espectadores que van a disfrutar del partido y donde también hay un grupo minúsculo de doscientos o trescientos inadaptados que generan conflictos y violencia y muchas veces promueven hechos de represión policial”.
Y terminó diciendo: “Dentro de la complejidad de la situación creo que se ha manejado con prudencia”.
Por su parte, el ministro de Seguridad Maximiliano Pullaro aseguró que durante la marcha del domingo “se arrojaron ocho bombas molotov por lo que consideró que hubo una intencionalidad muy clara de generar desmanes y daños al patrimonio cultural de la ciudad de Rosario”.
En ese marco, sostuvo que fue “un grupo minoritario de manifestantes el que agredió a la policía de manera organizada, porque agredían y se replegaban constantemente en una especia de rotación sincronizada y organizada hasta que infantería tuvo que reprimir”.
Y terminó diciendo: “No se detuvo a nadie porque se entendía que si nosotros tomábamos un perímetro con la policía y deteníamos a las personas que estaban agrediendo hoy estaríamos hablando de sucesos de mayor gravedad en algunos de los casos”.
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