El Hincha

Básquet

Para la historia: Argentina superó a Francia y jugará la final del Mundial

Con otro notable rendimiento colectivo, el equipo de Sergio Hernández dominó a Francia y se metió en la final del certamen en China. Será ante España el domingo


Cuando Luis Scola se ponía la medalla de oro en el inolvidable podio de Atenas 2004 y aquel equipo se ganaba para siempre el mote de Generación Dorada, todos los que hoy son sus compañeros en el plantel del Alma iban desde los 8 hasta los 14 años y crecieron admirando sus hazañas, soñando con lograr algo parecido, irreal, inalcanzable que sin embargo, 12 héroes habían transformado en algo tangible, palpable.

El legado no fueron sólo los podios, no fueron sólo los triunfos. El legado también fue el mensaje, la continuidad, el trabajo, el ejemplo y la confianza en poder lograrlo.

Hoy esos pibes están en cancha en Pekín. Esos muchachos, con Scola de compañero, creyeron y trabajaron para hacerlo realidad. Fabricaron el 80 a 66 contra Francia después de desbancar a Serbia y se metieron en la tercera final mundialista de la historia del básquet albiceleste.

La racha de 10 a 0 en el inicio del juego fue todo un mensaje de la ambición argentina. Nada de cálculos, nada de respeto. Otra vez la muralla (justo en Pekín) defensiva para controlar a los internos rivales y asegurar el rebote más la variantes en ataque (alto aprovechamiento de las contras) para generar todo un caos en el banco francés.

Si Labeyrie le trajo algo de aire a Francia con sus triples, no alcanzó para generar una merma de confianza en el equipo albiceleste, ensimismado en lo suyo, apegado a un libreto inamovible en pos de la victoria. Quizás el único punto en contra fueron varias pelotas perdidas. Se sabe, nadie juega perfecto todo el tiempo.

Gabriel Deck fue la carta que jugó Hernández y el santigueño respondió a la altura con sus variantes para llegar al gol. Un contorsionista para acercarse al aro y anotar, esté quién esté enfrente.

Y cuando la reacción francesa con un lapso de buena defensa puso a prueba el temple nacional a segundos del cierre de la primera etapa, esta vez fue Campazzo el que habló con su bomba contra la chicharra para llevar el parcial a 39 a 32. Golpe anímico.

Una vez más el trabajo argentino desdibujó al rival, que estuvo lejos en esos momentos del rendimiento mostrado en el Mundial. Gobert no fue el que domina en la NBA, Gobert no fue el que domina en el básquet Fiba. Gobert no fue, o en realidad Argentina no lo dejó ser. Vildoza mantuvo a raya a Fournier. Los pivots del rival parecían más bajos, pero fue Argentina quien los “achicó” y cuando en el tercer cuarto la diferencia quebró la barrera de los 15 puntos, ya había poco de incredulidad. En el trayecto de este Mundial Argentina dejó de ser sorpresa, para los locos lindos que alentaron todo el partido, para Manu, Kobe o Chris Bosh como espectadores de lujo en primera final, y, obvio, para millones de chinos.

Francia mejoró en ambos costados en el último parcial. Los europeos sacaron a relucir su orgullo y con mucho de coraje complicaron la ofensiva argentina para volver a meterse en el partido. La diferencia bajó a un dígito y el partido se hundió en un final más apretado y parejo, quizás más cercano al imaginario popular en la previa.

¿Momento de asustarse? No, porque Argentina nunca perdió la calma, ajusto atrás y volvió a creer adelante, encontró los triples fundamentales de Scola y Campazzo y terminó de generar el nocaut. Otro triunfo plenamente justificado, otra vez los pergaminos revalidados, y otra vez en una final mundialista. Como en 1950 en el Luna Park y como el 2002 en Indianápolis.

Mientras Scola descubría el oro griego, estos pibes comenzaban a crecer en el básquet. Y soñaban con esto que están consiguiendo, increíblemente con el mismísimo Luifa de compañero.

El goleo

Luis Scola hizo 28 puntos con 13 puntos, mientras que Gabriel Deck hizo 13 y Facundo Campazzo 12. Tilikina y Fournier anotaron 16 cada uno en el elenco francés.

Así lo vivió Manu por twitter

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