La causa que investiga la muerte de Gabriel Torrén, uno de los hermanos del jugador de fútbol Miguel Ángel Torrén, por ahora no tiene imputados. Las primeras versiones señalaron que el hombre de 34 años había muerto a golpes, ya sea provocados por dos hermanos de Gabriel o por un grupo de policías del Comando Radioeléctrico, quienes lo redujeron en el piso antes de que se descompensara y falleciera.
Este martes trascendió que el resultado preliminar de la autopsia, realizada bajo el Protocolo de Minnesota –para garantizar transparencia cuando hay presunción de que están implicados actores del Estado en una muerte violenta–, arrojó que las lesiones y escoriaciones no tuvieron entidad para haber producido su muerte, indicaron fuentes de la Fiscalía a El Ciudadano.
Ahora el fiscal de Homicidios Miguel Moreno, a cargo de la investigación, espera los resultados de los informes toxicológicos y anatomopatológicos para evaluar si el fallecimiento de Gabriel, ocurrido en las primeras horas del viernes 22 de mayo pasado, pudo producirse por lo que en la medicina legal se denomina delirio agitado fatal –en este caso, producido en custodia policial–, que es un cuadro psiquiátrico y a la vez orgánico, siempre según los voceros del Ministerio Público de la Acusación (MPA). Por ello, ahora deberá determinarse si Gabriel tenía una patología o consumos problemáticos preexistentes, agregó esta fuente.
Lo cierto es que no hay dudas de que el cuerpo de Gabriel estaba repleto de golpes, pero por el momento, según la interpretación de la Fiscalía, esas lesiones no alcanzan para ser la base para una acusación por homicidio.
“Tiene múltiples escoriaciones leves todas de índole, cuyo mecanismo de producción no fue determinado”, señaló este vocero del MPA. Y afirmó que el joven “no tiene lesiones óseas, ni lesiones en cráneo”.
“Queremos testigos de lo que ocurrió esa noche. Lo único que quiero es justicia”, dijeron desde el entorno de Gabriel luego de producida su dramática muerte.
El hombre falleció en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca) momentos después de ser detenido por agentes del Comando Radioeléctrico en la zona de Rouillón y Doctor Riva.
Los testigos contaron que estaba a los gritos, exaltado y presentaba golpes, y un llamado al 911 alertó de la situación. En una de las hipótesis también indicó que estipulan que antes había estado en la casa de dos de sus hermanos, donde tuvo una discusión que se tornó violenta, antes de toparse con los policías.
Comentarios