Ciudad

Para la casa propia, el doble de sueldos que hace 15 años

Los departamentos en Rosario tocaron su máximo valor en 30 años. Comprar es más caro que en Miami.

Según se desprende de distintos informes y también de acuerdo a datos aportados por especialistas en temas inmobiliarios, el llamado “esfuerzo salarial” que debe realizar un trabajador que está en blanco y percibe todos los beneficios sociales para alcanzar la compra de una vivienda se duplicó en los últimos 15 años. En concreto, mientras en 1995 se necesitaban unos 50 sueldos –destinados íntegramente a ese fin– para adquirir un departamento, actualmente se precisan casi ocho años, es decir unos 96 sueldos, tomando como promedio 2.600 pesos. El fenómeno se explica principalmente por el notable incremento en dólares del valor de las propiedades. Un trabajo de la consultora porteña Reporte Inmobiliario revela que el costo del metro cuadrado en Rosario (fenómeno que también se advierte en Capital Federal y en todo el país) es actualmente el más alto de, por lo menos, los últimos 33 años: tanto, que en Rosario comprar ya resulta más caro que en Miami, donde con los mismos parámetros el metro cuadrado cuesta hoy 900 dólares.

En una reciente investigación que está publicada en su sitio web Reporte Inmobiliario –una consultora especializada en la materia y que desde hace años realiza investigaciones e informes vinculados al mundo de las propiedades a lo largo y ancho del país– relevó, en uno de sus trabajos publicados en julio de este año, cómo ha evolucionado el valor en dólares de las propiedades en los últimos 33 años.

El piso histórico de todo este período se encuentra al inicio, en el año 1977, cuando el costo del metro cuadrado se ubicó en Rosario algo menos de 250 dólares. “Los precios tuvieron su valor más bajo en este momento; a finales a de los 70 y principios de los ochenta”, explica casi a modo introductorio José Rozado, el director de Reporte Inmobiliario. En el informe se especifica (y se aclara) que se toma como parámetro los “departamentos usados”, que están en “buen” estado, son de “dos a tres ambientes” y se ubican en el “casco urbano”.

En tanto, ya en la década del 80, particularmente de 1983 en adelante, el costo promedio rondaba en Rosario los 300 dólares, y en tendencia ascendente. Luego, en los 90, y tras una abrupta suba acaecida previamente y en momentos de la hiperinflación, el costo se estabilizó: ya en la segunda mitad del menemismo y hasta el final del “uno a uno” permaneció en unos 750 dólares el metro cuadrado. En tanto, a la par de la devaluación y luego de que en 2002, en plena crisis, se llegaran a vender en Rosario departamentos “céntricos” a poco menos de 350 dólares el metro cuadrado, el precio no paró de subir. En concreto, en los últimos 8 años, los montos que se deben pagar por los inmuebles del casco urbano de la ciudad se han multiplicado por tres.

Según la consultora, en la actualidad el valor promedio del metro cuadrado en Rosario ronda los 1.185 dólares, siempre tomando como parámetro “departamentos usados”, pero en “buen estado” y de “dos a tres ambientes”.

“Quien compró un departamento en los últimos 6 ó 7 años probablemente haya triplicado el valor de lo que tenía”, subrayó por su parte el titular de la Corporación de Empresas Inmobiliarias de Rosario, Enrique Badalona.

El intermediario advirtió, además, que los números en la ciudad están “un poco arriba” de la media nacional. “El dato es en comparación con las grandes ciudades, a excepción de Buenos Aires”, aclaró. Esos dichos cuadran con otro trabajo de Reporte Inmobiliario, donde se observa que en Rosario actualmente el metro cuadrado es levemente superior a Córdoba (1.130 dólares), Tucumán (905), Mendoza (1.140) y Salta (1.085), aunque inferior a Mar del Plata (1.350) y a las ciudades más importantes del sur del país. Pero en la Patagonia, se sabe, el costo de vida –y los sueldos– tienen números más elevados.

Estrujando el bolsillo

En rigor, la situación en torno al costo de los inmuebles no sería tan preocupante si el incremento hubiese sido acompañado de igual manera por los ingresos del grueso de la población. Según otro informe de Reporte Inmobiliario, el llamado “esfuerzo salarial” de un trabajador promedio para alcanzar una vivienda en los últimos 15 años se duplicó.

Esa lógica se replica en todo el país, y Rosario, por supuesto, no es la excepción. En la ciudad también el parámetro para llevar adelante la comparación es el mismo: un departamento de dos o tres dormitorios de calidad media, usado, y ubicado en el casco urbano. “En los últimos cinco años de la década del 90 se necesitaban en promedio cuatro años de sueldos íntegros para llegar a un inmueble de ese tipo. Hoy se necesitan casi ocho”, explicó Rozado.

Para graficar el fenómeno se tomó como parámetro, por un lado, un departamento de 60 metros cuadrados de un valor 62 mil dólares y, por otro, se ubicó el salario promedio actual en el orden de los 650 dólares. Trasladado a moneda nacional, se toma como medida entonces un sueldo promedio de 2.600 pesos. En concreto, según el informe, se necesitan 7,9 años de sueldo “íntegro” para acceder a esa vivienda.

En tanto, otras fuentes consultadas relataron que hace 15 años, el valor de ese mismo inmueble oscilaba entre los 40 y los 45 mil pesos/dólares. Al mismo tiempo, los especialistas toman como salario promedio el del año 1995, de unos 800 pesos-dólares.

“Con un mes de sueldo se compraba un metro cuadrado promedio en la convertibilidad. Ahora se duplicó, se necesitan dos meses de sueldo”, graficó Rozado. Y, en la misma línea, Badaloni expresó que “está claro” que “no se le ha solucionado el problema a gran parte de la población”.

“El valor de los inmuebles no tiene hoy correlato con los ingresos de sectores medios. Se ha alejado del valor de los sueldos”, dijo el empresario. “Sin lugar a dudas, este es uno de los momentos de la historia en donde hay más desfasaje en relación al salario. Si bien no estamos en el peor momento, evidentemente no es bueno”, agregó.

A la hora de explicar por qué los precios se fueron por las nubes y cómo se le podría facilitar el acceso a la vivienda a los sectores asalariados y medios, los consultados prefieren hacer hincapié en la falta de acceso al crédito hipotecario. A pesar de que no son pocos los que evalúan positivamente la intención del gobierno nacional de llegar a la clase media con las últimas líneas lanzadas por el Banco Nación y el Hipotecario, para Badaloni lo ofrecido sigue siendo insuficiente. “Los créditos del Nación –en torno al 12,75 por ciento de tasa– siguen teniendo una tasa muy elevada para el acceso masivo, porque se necesitan tasas de un dígito. Falta una política sostenida de crédito a largo plazo y con baja tasa, si es necesario subsidiada por el Estado, para que sectores medios y bajos accedan a la vivienda, y dejen de ser «inquilinos permanentes»”, concluyó el empresario.

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