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“Pam & Tommy”, un nuevo y atrevido relato sobre el primer video sexual que revolucionó Internet

La miniserie biográfica que estrenará este miércoles en Star+ revisa la historia sobre el registro audiovisual casero robado en los años 90 que protagonizaron la estrella de Baywatch y el baterista de Mötley Crüe, desde una mirada que cuestiona los prejuicios alrededor del escándalo


La miniserie biográfica Pam & Tommy, que estrenará este miércoles en Star+, presenta la historia sobre el video sexual casero robado en los 90 con la estrella de la tevé Pamela Anderson y al baterista de Mötley Crüe, Tommy Lee, como protagonistas, desde una mirada que cuestiona los prejuicios alrededor del escándalo que revolucionó Internet mucho antes de la llegada de las redes sociales.

“A esta altura se puede comprender cuán cómplices fueron todos, especialmente muchos hombres, y creo que ese es un aspecto de la historia que puede generar más conversaciones”, aseguró en diálogo con la agencia de noticias Télam el director de la serie, Craig Gillespie, sobre esta propuesta que pone el ojo en la notable desigualdad con la que los protagonistas fueron retratados por los medios y el público.

Para explicar esa intención es necesario retrotraerse a 1995, cuando la fama de Anderson crecía sin parar gracias a su papel en la súper popular serie Baywatch como la guardavidas C. J. Parker. En paralelo, el típico rockstar desenfrenado Tommy Lee disfrutaba de su éxito tras casi quince años como baterista de la banda de heavy y glam metal Mötley Crüe.

Rodeada de excesos de todo tipo, la dupla interpretada en la ficción por Lily James (Las horas más oscuras) y Sebastian Stan (actor de la franquicia de Marvel) se conoció de manera casi furtiva en una discoteca y cuatro días más tarde contrajo matrimonio en Cancún, convirtiéndose en uno de los objetivos más codiciados por los paparazzi y los tabloides estadounidenses del momento.

Sin embargo, el verdadero estallido de la relación llegaría cuando un video sexual filmado durante su luna de miel apareció en Internet, entonces una red en temprana expansión, y desató no sólo la polémica sino una enseñanza sobre el poder de la web y el concepto de privacidad, dos asuntos que tomarían dimensión global años más tarde.

Esas últimas consecuencias sí son parte de esta versión del relato, adaptado para la pantalla chica por el guionista Robert D. Siegel (Hambre de poder) en base a un revelador artículo publicado en 2014 por la periodista Amanda Chicago Lewis en la revista Rolling Stone. Por primera vez, el verdadero autor de los hechos confesaba lo jamás contado.

Se trata de Rand Gauthier, encarnado en la serie por el actor Seth Rogen, un contratista que, cegado por la sed de venganza tras sufrir el maltrato de Tommy Lee mientras remodelaba su mansión, decide robar la tentadora caja fuerte del garaje del músico. Su proeza lo llevó a encontrar armas, joyas, mucho dinero y, claro, lo inesperado: la copia del video íntimo.

Su publicación lo transformó en el primer video sexual viralizado, incluso antes de que existiera el término, del mundo de las celebridades e inauguró un rentable fenómeno que más tarde se repetiría con otras figuras, pero también fue un punto de inflexión en la carrera de Anderson.

Humillada durante el proceso judicial y constantemente atacada de manera sexista por los medios de comunicación que traían a la discusión su pasado como modelo de Playboy, la actriz padeció un sinfín de reacciones misóginas que tuvieron su explícita contracara en su marido. Es que, gracias a la prensa, el baterista pudo gozar de una renovada popularidad bajo la imagen de campeón semental.

Aunque con un acercamiento sobrio al tema del machismo estructural que no menciona los seis meses de prisión que Lee cumplió por violencia doméstica la serie recorre a lo largo de ocho episodios la difícil experiencia de Anderson y la crisis destructiva de la pareja con una mezcla de elementos dramáticos, de suspenso, románticos y pasajes de comedia negra que dan que hablar y que marcan el veloz ritmo de la trama.

De cara a su estreno, el director de títulos como Yo, Tonya (2017) y Cruella (2021), quien confesó su atracción hacia historias de “«outsiders» y personajes incomprendidos que en algún momento pueden ver la luz”, habló sobre esta fuerte apuesta que también contó en su elenco con figuras como Nick Offerman, Taylor Schilling y la voz de Jason Mantzoukas.

Consultado sobre si este episodio que permaneció en el imaginario colectivo como algo simplemente curioso y hasta cómico tiene ahora la oportunidad de tener justicia, el director explicó: “Sí, casi todas las personas con quienes había hablado tenían nociones preconcebidas sobre quiénes eran los involucrados, sus propias ideas creadas por cómo se mostraban al público en esa época. Me parece muy bueno poder mostrarles algo más profundo y trágico y el impacto que tuvo en sus protagonistas, lo devastador que fue, y poder hacerlo de una manera en la que las audiencias se sientan prácticamente seducidas por el relato. Todos tienen prejuicios, les es fácil señalar con el dedo, así que prácticamente se transforma en algo que te toma por sorpresa”.

A su vez, se atrevió a adelantar cómo se recibirá el material respecto del foco sobre la cobertura mediática del caso en esta época de sobreabundancia de información y redes sociales. “Tengo la esperanza de que se entienda que estamos mirando esto con una lente actual, que miramos hacia el pasado, y poder entender que fue una situación terrible, y las diferentes formas en que las mujeres son tratadas por los medios y el público, que es algo que se ve en cualquier ámbito”, sostuvo.

En tanto, entre el humor, el drama y la intriga que se maneja en la trama, el director fue contundente a la hora de hablar de un balance de matices: “El guión, claramente, tiene muchísimo que ver, pero al fin de cuentas todo recae en el elenco, tenés que tener el elenco correcto. Me resultó muy emocionante contar con Lily (James), que es increíble y muy comprometida como actriz. Inmediatamente pudo ver lo que estaba atravesando su personaje, y lo interpretó con mucha apertura y vulnerabilidad, algo muy necesario para su viaje. También me parece que Sebastian (Stan) trabaja muy bien tanto en comedia negra como en drama, con mucha profundidad, y lo puede hacer en simultáneo. Es un truco que no se le puede enseñar a los actores, y creo que todavía no tuvo las suficientes oportunidades para demostrarlo”.

Y agregó sobre la química que llevaron a la pantalla como una pareja salvaje: “Se apoyaron muchísimo mutuamente, estaban muy dedicados a sus personajes y trabajaron muchísimo en ello. Recuerdo que la primera escena que ensayamos fue una en la que se encuentran en un estacionamiento y él intenta conseguir su número de teléfono. Jugamos con eso e incluso surgieron cosas que no estaban en el guión, y ahí mismo pude ver la química entre ellos y la gran posibilidad de explorarla. Desde ese momento sentí definitivamente que ya teníamos un show enfrente”.

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