En el más letal de los ataques, en Muzaffarabad, capital provincial de la zona paquistaní de Cachemira, un ataque suicida contra una procesión de musulmantes chiitas -que estos días celebran su principal fiesta, el Ashura- dejó 11 muertos y 65 heridos.
Cuando algunas personas intentaron encarar al atacante, el rebelde se “hizo volar por los aires”, indicó al canal de televisión Geo Maulvi Kifayat, un líder religioso local, informó la agencia DPA.
Al menos seis personas murieron en un atentado perpetrado contra la vivienda de un empleado del gobierno en la localidad de Saada, en el convulsionado noroeste de Pakistán, informó un funcionario policial local.
Saada está situada en Kurram, uno de los siete distritos tribales en los que se refugiaron cientos de talibanes después de que el Ejército lanzara una gran ofensiva contra la insurgencia en el vecino Waziristán del Sur.
El ataque costó la vida al empleado, a su mujer y a cuatro niños. También hirió a una joven. Hasta el momento ningún grupo reivindicó el atentado.
En tanto, otras 30 personas resultaron heridas en una explosión, también cerca de una procesión chiita, en la ciudad porturaria de Karachi, en el sur del país.
En tanto, el Ejército paquistaní informó hoy de la destrucción de dos escondites talibanes durante las últimas 24 horas.
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