Política

Oyarbide insiste en que hay “cosas extrañas” en torno a la bomba en el Gran Rex

El juez aseveró que otro empleado del teatro, y no quien dice haber encontrado el explosivo, fue quien lo halló y que su descripción del episodio no coincide con la versión policial.


El juez federal Norberto Oyarbide volvió a cuestionar a la Policía Federal por las diferencias que surgieron en la investigación por el explosivo hallado en el Teatro Gran Rex, dirigido al expresidente colombiano Álvaro Uribe.

Oyarbide consideró que “hay cosas extrañas”. El motivo: afirma que otro empleado del teatro, y no quien dice haber encontrado el artefacto, fue el que lo halló y que además dice que estaba en otro piso del que informó la Policía. También reiteró discrepancias sobre la magnitud del daño que podría haber causado”.

El juez deslizó dudas acerca de que alguien pudo haber cambiado el explosivo. Cuando realizó sus primeras declaraciones en el lugar, habló de una bomba capaz de producir muertes y que además podría producir un efecto de pánico que genere una situación como la ocurrida en la trágica “Puerta 12”, una estampida ocurrida en el estadio de River en 1968 en la que murieron 71 personas.

Horas después, un vocera de la Federal aseguró que se trató en realidad de bombas de estruendo, destinadas más a causar un efecto intimidatorio que hay atentar contra la vida de los presentes.

“Acá hay gato encerrado”, lanzó el magistrado al salir de su domicilio rumbo al juzgado. En tanto, informó que hoy recibirá el peritaje de la bomba encontrada el pasado martes y que realizará una inspección ocular en el teatro.

Ayer, Oyarbide se mostró “muy triste” y advirtió que “están ocurriendo cosas muy raras”, al cuestionar el manejo policial del caso del artefacto explosivo.

“Aquí hay alguien que está queriendo jugar al juez”, se quejó Oyarbide, al advertir que no avaló “el peritaje” que -según lo señalado desde la Policía- determinó que el artefacto se habría tratado de una bomba de estruendo.

El magistrado señaló que él es “el único que tiene capacidad para ordenar ese peritaje”, y enfatizó: “no sé quién dio la orden” de realizarlo.

Oyarbide indicó que primero un alto funcionario de la Policía Federal a quien describió como la “máxima autoridad que combate el terrorismo” le informó que se trataba de una bomba, pero luego “aparece una versión policial que dice que era poco menos que una bombita de olor”.

“Estoy muy triste como juez porque están ocurriendo cosas muy raras”, enfatizó el magistrado al hablar brevemente con la prensa.

El martes, luego de ser desactivada la bomba hallada en el Gran Rex por intervención de la División Explosivos de la Policía Federal, el juez Oyarbide junto con su secretario Carlos Leiva realizaron una inspección en el lugar y secuestraron los videos de distintas cámaras de seguridad, así como actas del ingreso de personas para intentar determinar él o los autores de la colocación del aparato.

Fuentes judiciales informaron que el artefacto, compuesto de dos piezas, era sofisticado en cuanto al método para hacerlo detonar, que es con la activación de una alarma del celular preparada para activarse a las 16.20 horas, teniendo en cuenta que a las 15:00 se daba comienzo al encuentro de Uribe que incluía también un cóctel.

Los investigadores aseguraron que si bien por las características del artefacto se trataba de una bomba de estruendo, la misma en caso de ser detonada cerca de una persona puede provocar daños de consideración e incluso hasta provocarle la muerte.

“Era una bomba de estruendo, de efecto rompedor escaso y con sólo poder auditivo”, describió por su parte Néstor Rodríguez, jefe del departamento de Prensa de la Policía Federal, en declaraciones a los periodistas.

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