Policiales

Ciudad de Santa Fe

Otro pibe asesinado: lo hallaron flotando, atado y golpeado, en el río Colastiné

Rubén Darío Mendoza tenía 14 años y lo llamaban Apolo. Había desaparecido el sábado 29 de junio, a la hora de la siesta, de su casa del barrio Colastiné Norte. Encontraron su cuerpo el mediodía de este viernes, al lado de una toma de agua


Rubén Darío Mendoza tenía 14 años y lo llamaban Apolo. Había desaparecido el sábado 29 de junio de su casa del barrio Colastiné Norte, en la ciudad de Santa Fe. Encontraron su cuerpo pasado el mediodía de este viernes, en el río que da nombre al vecindario, a la altura del kilómetro 3,5 de la Ruta Provincial 1. La Policía informó que el chico tenía los pies atados con un cable, y la evidencia de un fuerte golpe en la cabeza.

“Me dijeron que sería mi hijo. Le habían robado la moto y estaba empecinado en recuperarla. Tenía problemas con las drogas”, dijo a medios de la capital santafesina el padre del adolescente, un hombre de 68 años que vive en la zona de la costa santafesina, antes de reconocer el cuerpo.

La búsqueda terminó el viernes de la peor manera

A partir de la denuncia de los familiares del chico, se sucedieron rastrillajes y una investigación policial pasadas unas cuantas horas de la denuncia por el paradero. Después de un aviso, los Buzos Tácticos de la Policía santafesina rescataron seis días después el cuerpo de Apolo. Estaba flotando cerca una toma de agua del río Colastiné, un brazo del Paraná de 50 kilómetros de extensión. Eso es a metros del terraplén de defensa ante las crecidas, que bordea el curso de agua y oficia también como una calle.

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Al padre del chico le informó del hallazgo un hermanastro. “Era drogodependiente. Tenía mala junta y malas relaciones”, insistió sobre su hijo. Como las primeras informaciones señalaron como causa de la muerte “asfixia por inmersión”, el hombre aclaró luego que su hijo “sabía nadar”, y remató: “No creo que se haya ahogado solo”. Los primeros informes de los médicos policiales corroboraron que fue una muerte violenta.

La familia buscaba a Rubén desde el 29 de junio. Ese día, a la hora de la siesta, lo vieron por última vez. “Se había enojado conmigo porque no le di plata”, recordó el padre. “Fuimos a buscar ayuda a diferentes organizaciones, a la Municipalidad, a la Defensoría del Pueblo. Nadie nos ayudó”, siguió con quejas el hombre respecto de los primeros momentos a partir de la desaparición.

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