Otro paso en falso y justo cuando se viene Newell’s

No levanta cabeza y sigue sin encontrar el rumbo futbolístico. Central perdió en su visita a Patronato, que marchaba último en la tabla y es uno de los candidatos a jugar la próxima temporada en la B Nacional. Con un gol polémico, es cierto, y casi en el cierre del partido, los parananenses se impusieron por 2 a 1 sobre los de Arroyito, que aumentaron a ocho la serie de partidos consecutivos sin triunfos.

Fue otra pobre presentación del equipo que dirige Edgardo Bauza, especialmente por lo hecho en la primera parte del encuentro. Así, las expectativas que se habían generado por la mejoría evidenciada la fecha pasada en La Bombonera se diluyeron. El empate ante Boca quedó tapado por el duro tropezón en Paraná, que llegó justo en la antesala del Clásico copero del próximo jueves en Sarandí.

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Aquel arranque matemáticamente perfecto del ciclo Bauza parece cada vez más lejano. Fueron cuatro triunfos en igual cantidad de partidos, tres por Superliga y uno por Copa Argentina, y sin recibir goles en contra. Desde entonces, Central no volvió a ganar, situación que aparece maquillada por los triunfos en los desempates con remates desde el punto penal ante Talleres de Córdoba y Almagro, por la Copa.

De aquel equipo defensivamente compacto y altamente efectivo en ofensiva, apenas si quedan vestigios, alguna sombra. Y lo que sucedió en el primer tiempo del partido en la capital entrerriana es un buen ejemplo para graficar el preocupante presente. Central fue claramente superado por un rival limitado, que lo complicó antes desde el entusiasmo que en lo táctico. Sin ideas ni conducción, el equipo de Bauza no generó casi nada. Sólo se acercó hasta Bértoli en alguna pelota detenida. O en una arremetida individual, como la que protagonizó Alfonso Parot, que sacó un remate de media distancia que dio en los dos palos y salió.

Lento en sus movimientos, defensivos y ofensivos, el Canalla dio ventajas en todas las líneas. Y si bien es real que en parte se recompuso en la segunda parte, mucho tuvo que ver el hecho de conseguir el empate antes del minuto de juego. En la primera acción elaborada de ataque del partido, Central llegó a la igualdad.

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De allí en adelante el trámite fue parejo, con abundancia de imprecisiones y de equivocaciones. En ese contexto, Central nunca encontró la forma de someter a Patronato. Y volvieron a quedar a la vista, crudamente, las carencias de gestación que padecen los auriazules. Los tres goles convertidos en los últimos ocho encuentros son la muestra cabal de un déficit indisimulable.

Para colmo, en el final, y cuando nada lo hacía presagiar, Patronato encontró el triunfo. Fue desde una pelota parada y con doble complicidad: tanto del asistente del árbitro que no marcó un off side finito de Barceló, como de la defensa de Central, que soltó marcas y arriesgó.

Perdió Central y, en la antesala del Clásico copero del próximo jueves, quedó mal parado. Llega tocado al cruce con Newell’s. En racha negativa y seguramente sin el lesionado Marco Ruben, referente y capitán auriazul. Pero además, se medirá ante su eterno rival envuelto en una crisis de identidad futbolística, que lo deja expuesto como un equipo hoy entrega más dudas que certezas desde el juego. ¿Podrá empezar a revertir esta realidad en el partido eliminatorio ante los rojinegros? Parece una oportunidad ideal.

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