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Otro juicio en Guantánamo

En la prisión que Estados Unidos tiene en Cuba fueron condenados tres detenidos durante el mandato de George W. Bush y un cuarto, escolta de Bin Laden, se declaró culpable y hoy conocerá su sentencia.

¿Justicia? El prisionero más joven de Guantánamo comenzó a ser juzgado ayer por una corte militar en la prisión que Estados Unidos mantiene en territorio cubano, ocho años después de su captura en Afganistán, cuando era apenas un adolescente.

En efecto, Omar Kadhr, de nacionalidad canadiense, quien tenía 15 años al ser apresado en julio de 2002 y trasladado a Guantánamo, está acusado de haber lanzado una granada que mató al sargento estadounidense Christopher Speerde, y podría ser condenado a cadena perpetua si es hallado culpable.

Así, en extraño juicio, los fiscales describen a Kadhr, ahora de 23 años, como un feroz combatiente de la red Al Qaeda, mientras sus abogados lo caracterizan como una víctima forzada por su familia a alistarse en la insurgencia.

“No es un guerrero Talibán, sino un niño obligado a ponerse en una desafortunada situación”, dijo Dennis Edney, uno de sus abogados canadienses.

En este marco, un juez militar falló anteayer que las confesiones de culpabilidad de Kadhr, conocido como el “niño soldado”, pueden ser usadas contra él, desestimando denuncias de que fueron hechas bajo tortura y los pedidos de sus defensores de evitar el juicio.

El proceso es seguido con atención en Estados Unidos y el mundo, ya que es el primero de los polémicos tribunales militares que el presidente Barack Obama hereda de su antecesor, George W. Bush.

Una treintena de periodistas autorizados y observadores de derechos humanos siguen el tema desde Guantánamo, ya que organizaciones como Amnistía Internacional (AI) lo consideran “ilegal”.

Así, según Alex Neve, de AI, el proceso sólo constituye “una nueva fase en la sistemática injusticia de la que Omar Khadr viene siendo objeto” desde su arresto.

En tanto, la enviada especial para niños en conflictos armados de Naciones Unidas, Radhika Coomaraswamy, afirmó en un comunicado que el juicio “es de dudosa legalidad”, e instó a Washington a no seguir adelante con el proceso.

“El estatuto del Tribunal Penal Internacional deja claro que ningún menor de 18 años puede ser juzgado por crímenes de guerra y los fiscales de otros tribunales internacionales han seguido su discreción para no procesar niños”, aseguró.

El proceso, que durará unas tres semanas, comenzó ayer con la elección de los 15 miembros del jurado, todos militares, y para hoy se esperan los alegatos inaugurales, informó la cadena CNN.

Los fiscales dicen que Kadhr es un convencido miembro de Al Qaeda, pero sus abogados afirman que el acusado es una víctima arrastrada a la guerra por los vínculos de su familia con el líder de la red islamista, Osama Bin Laden.

Su padre, Ahmed Said Khadr, era un canadiense de origen egipcio acusado de financiar actividades de Al Qaeda.

Su captura ocurrió luego de un enfrentamiento en un complejo de Al Qaeda en el este de Afganistán.

Kadhr está acusado de haber lanzado una granada a las fuerzas que ingresaron al complejo y de haber matado a un sargento estadounidense.

El joven canadiense negó haber lanzado la granada y rechazó los cargos en su contra.

Como sea, el sistema de jucios militares para los detenidos de “guerra” en la muy cuetionada prisión de Guantánamo fue polémico desde su creación y fue modificado varias veces.

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