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Era un barra no admitido en Newell’s

Matan de un tiro en la cabeza a un hombre en barrio Municipal

Un hombre de 34 años fue asesinado en la zona de los Fonavis de Grandoli y Sánchez de Thompson. El intento de robo estaría descartado ya que la víctima tenía sus pertenencias encima, señalaron fuentes del caso.


Un joven de 34 años fue asesinado este fin de semana en la zona de los Fonavis de Grandoli y Sánchez de Thompson. Según un portavoz judicial, recibió al menos un disparo en la cabeza durante la madrugada del domingo en circunstancias que aún no fueron precisadas por los investigadores y murió cerca del mediodía en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca).

Se trata de Marcelo Orlando Ponce y su nombre integraba la lista de barrabravas del club Newell’s a los cuales desde septiembre no se les admite el ingreso a la cancha. Según vecinos, el muchacho era mecánico y tenía problemas con varias facciones distintas vinculadas al paravalanchas rojinegro.

De acuerdo a lo informado por voceros judiciales, Marcelo Orlando Ponce resultó herido el domingo a la madrugada en la zona de los Fonavis de Grandoli y Sánchez de Thompson, donde recibió un balazo en la cabeza. Desde allí fue llevado al Heca, donde murió pocas horas después, a las 11.30. La investigación del crimen recayó en el fiscal Rafael Coria, de la Unidad de Homicidios Dolosos.

Según un portavoz, no hubo testigos presenciales del asesinato y algunos testimonios indicaron que salió a comprar bebida y que después había quedado en encontrarse con amigos alrededor de las cuatro, pero no llegó a ninguno de los dos lugares. En este sentido, el fiscal ordenó el relevamiento de cámaras de videovigilancia y se tomó declaración a familiares, con el fin de que aporten datos para esclarecer el hecho. De acuerdo con esta versión, el intento de robo estaría descartado ya que la víctima tenía sus pertenencias encima. Además, el vocero aclaró que no tenía antecedentes penales.

En septiembre, el nombre de Marcelo Ponce apareció entre la larga lista de 80 barrabravas leprosos a quienes se les negaba el derecho de admisión al club del Parque Independencia. Después de que el 20 de julio pasado el Ministro de Seguridad pusiera a disposición de la Fiscalía 40 horas de filmación, se identificó a las 38 personas responsables de los disturbios ocasionados mientras se disputaba el encuentro por la Copa Santa Fe con equipos suplentes entre  Newell’s y Rosario Central. Una semana más tarde el número de objetados se duplicó.

A esta lista se sumó una notificación que llegó el 31 de agosto: la Unidad Fiscal de Delitos Económicos y Complejos solicitó ampliar el derecho de admisión para 80 personas. La solicitud aceptada por el juez de primera instancia Javier Beltramone ordenó que por el plazo de seis meses las personas identificadas en la planilla no pueden presentarse en el club Newell’s, en el estadio Marcelo Bielsa y en las adyacencias. Esta medida también remarcó que cuando se desarrollen partidos oficiales, amistosos, o de otro tipo, como los  banderazos, estas personas deben presentarse en la comisaría de la jurisdicción que corresponda a cada domicilio en los días de los eventos mencionados.

De acuerdo con vecinos, Ponce era un mecánico conocido en el barrio por su vínculo, y disputa, con distintos sectores de la barra rojinegra. Tenía un taller de reparación de motos cerca de la casa de su madre, con la que vivía “No se sabe quién lo mató porque tuvo problemas con mucha gente, desde allegados al Pimpi Caminos, como a sus opositores”, dijo un conocedor del barrio.

También fue relacionado con Matías “El Cuatrero” Franchetti, joven líder de la barra de Newell’s asesinado de seis disparos la tarde del 7 de junio pasado en las inmediaciones del club.

De acuerdo con esta versión, el viernes ocurrió otro hecho de violencia en la zona, aunque no se estableció una relación directa con la muerte de Ponce. A la noche, dos motociclistas entraron a uno de los patios del Fonavi y abrieron fuego contra un grupo de pibes que estaba allí, que respondieron al ataque con más tiros. Poco más de un día después, Ponce caminaba hacia la casa de su mamá cuando se escucharon los disparos. Para algunos vecinos fue entre las tres y las cuatro de la madrugada, a lo que siguieron el sonido de corridas. Para otros, entre las seis y las siete. Más allá del horario, lo cierto es que Ponce cayó herido y murió poco después en el Heca.

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