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Otra vez: atacaron una perra en Pami II y casi la matan de un cuchillazo

Perla, a la que lograron salvar por poco, es la segunda de los tres perros comunitarios que trabajadores del efector cuidaban y alimentaban sin problemas hasta que, en diciembre, alguien arrojó a Tony del tercer piso, provocándole la muerte. Ahora temen por Rabito, y también por los pacientes


Hace varios meses, estiman un año, que el Pami II está en refacciones. Nunca antes había pasado nada semejante, pero ahora, en poco más de dos meses, dos de los tres perros que trabajadoras y trabajadores del policlínico de Arroyito, alimentan, cuidan y dan refugio sufrieron ataques salvajes: en diciembre a Tony lo tiraron desde el tercer piso, y no sobrevivió. Y entre el martes y el miércoles acuchillaron a Perla, a la que lograron salvar.

Sólo queda Rabito y con él el temor de quienes trabajan en el lugar y de los vecinos de la zona de que “algo” le ocurra. Por ello esperan que una salvaguarda llegue antes, sea una familia adoptante, o la misma Justicia: la asociación civil Amparo Animal había recopilado información y presentado la denuncia judicial por el primer ataque, y le sumarán, no sin lamentarlo, el segundo.

La herida de Perla, aunque no llegó a provocarle la muerte, fue grave. Le aplicaron una estocada, un corte limpio, que con el correr del tiempo hubiera sido fatal. A tiempo, la perra comunitaria fue llevada a una veterinaria y sometida a una cirugía que le salvó la vida. Entre quienes trabajan en el Pami II se hizo una colecta para reunir el dinero para pagar la atención, y muchos prestaron colaboración. Un grupo más reducido pero muy activo, del que forman parte personas que también integran protectoras, hizo posible preservar a la mascota que hace años veían todos los días, y que inexplicablemente había sido traicionada en su carácter manso.

“Es que es muy buena, cariñosa, y si alguien la llama, va”, describió indignada una trabajadora del efector. Sospechan que ese comportamiento hizo posible el ataque, pero al final también la puso a salvo: como estaba inmóvil, echada en el suelo sobre una pared, les llamó la atención. En la veterinaria terminaron de entender la razón: un corte profundo, que parecía haberse dirigido a un pulmón.

Perla salió en la tarde de este jueves de la cirugía, y esperaban que se disipen los efectos de la anestesia para ver cómo evolucionaba. No va a volver al Pami II, va a quedar bajo el cuidado de quienes la salvaron, en una o más casas. Esperan que alguna familia quiera adoptarla y pronto harán una publicación para ello en las redes sociales, aunque la guarda la aleje de las arboladas calles del barrio.

Tony no tuvo esa suerte. La foto del perro comunitario está en carteles en los comercios del barrio y pegada en postes de la zona, pero pidiendo que se encuentre al responsable la cruel acción que le costó la vida. Es que en el policlínico no tienen dudas de que no se cayó sino que manos humanas lo arrojaron. “Lo hicieron volar de una ventana del tercer piso de Pami II y después de una hora de agonía falleció”, dijo entonces una proteccionista. Habían alcanzado a llevarlo con vida a la veterinaria, pero la gravedad de las heridas hizo naufragar los esfuerzos por salvarlo.

Por entonces, quienes hicieron público el hecho también expresaron su disconformidad con la respuesta desde la dirección del policlínico y de la concesionaria a cargo de la obra, que al parecer no le dieron mayor importancia al hecho. Ahora esperan que las nuevas autoridades tengan otra consideración, ya que todo se cometió en un lugar de atención médica de abuelas y abuelos, y existe la posibilidad de que haya sido la misma persona quien perpetró los dos ataques.

Además de encontrar al responsable, ahora trabajadores y proteccionistas esperan encontrar un lugar para Perla y también refugio y seguridad para Rabito, búsqueda que ya comenzó.

 

Bronca y dolor por Tony, perro de Arroyito que tiraron de un tercer piso de Pami

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