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Temporal y minúscula

Otra Luna: la gravedad de la Tierra capturó un pequeño asteroide hace tres años

Lo observaron el 15 de febrero último. Con simuladores orbitales calculan que en abril concluirá su romance con el planeta y retomará su habitual órbita alrededor del Sol. Lo bautizaron 2020 CD3. No es la primera vez que el hábitat humano captura un satélite natural durante un tiempo


Lo descubrieron a mediados de febrero, pero suponen que está dando vueltas al planeta desde 2016 o 2017. Un equipo de astrónomos estadounidenses comunicaron la observación de un pequeño asteroide capturado por el campo gravitatorio de la Tierra. Lo bautizaron 2020 CD3, aunque también es conocido como C26FED2. No será una afinidad duradera: los expertos especulan que pronto abandonará su órbita. La fecha estimada es abril próximo, cuando puede “despegarse” para proseguir su derrotero por el Sistema Solar.

El nuevo satélite temporal de la Tierra fue visto por primera vez el 15 de febrero por los astrónomos estadounidenses Theodore Pruyne y Kacper Wierzchos, de la Universidad de Arizona, con un telescopio de 1,52 metros en el Observatorio Mount Lemmon, situado cerca de Tuscon.

El descubrimiento del asteroide fue anunciado por el Minor Planet Center el 25 de febrero de 2020, luego de descartar con observaciones posteriores que se trate de un objeto artificial. Es el segundo satélite temporal de la Tierra descubierto “en vivo”. El primero fue el nombrado 2006 RH120 en 2006.

Estudios sobre el trayecto de la órbita preliminar del asteroide 2020 CD3 indican que puede haber sido capturado por la Tierra entre los años 2016 y 2017.​

2020 CD3 tiene una magnitud absoluta alrededor de 32, lo que indica que es de tamaño muy pequeño, con un diámetro calculado entre 1,9 y 3,5 metros. El Minor Planet Center lo clasificó como un Asteroide Amor, ya que orbita más allá de la Tierra. La Base de Datos JPL Small-Body lo considera, en cambio, parte del grupo de asteroides Apolo.

Vínculo pasajero​

El asteroide estará sujeto a la Tierra poco tiempo más. El astrofísico Tony Dunn, de la agencia espacial estadounidense Nasa, creó una animación con un simulador orbital para replicar y ejemplificar la trayectoria posible del 2020 CD3 en las próximas semanas, hasta que regrese a su amplia órbita alrededor del Sol.

Una búsqueda a veces científica y otras fraudulenta

Astrónomos, astrofísicos, investigadores y charlatanes postularon antes del 2020 CD3 la existencia de otros satélites naturales –y temporales– como compañía de la fiel, y mucho más grande, Luna.

Varias búsquedas genuinas de científicos para “la segunda luna” se llevaron a cabo en los siglos XIX y XX. Hubo muchas más sin rigor científico, la mayoría de las cuales terminaron expuestas como vulgares engaños.​

A pesar de que la Luna es el único satélite natural conocido de la Tierra, hay una serie de objetos cercanos, con órbitas que se encuentran en resonancia con el planeta, que pueden confundirse con otro probable satélite natural o “segunda luna”.

Es el caso, por ejemplo, de los​ Cuasisatélites como el denominado 3753 Cruithne, que orbitan al Sol en resonancia 1:1 con la Tierra y parecen orbitar la Tierra a partir de un marco de referencia extrusionador. Troyanos de la Tierra, como el 2010 TK7, siguen el mismo camino orbital de la Tierra, ya sea antes o después, en las proximidades del planeta o del Sol. Los objetos pequeños en órbita alrededor del Sol también pueden caer temporalmente en órbitas alrededor de la Tierra, convirtiéndose en “satélites” de carácter temporal.

 

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