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Violencia

Matones en boliche: otra fiebre del sábado a la noche

Un joven que estaba con cuatro amigos en una disco de La Fluvial denunció que un patovica le advirtió que lo iba a echar si se intentaba colar en el “VIP” . Y que cuando le respondió e insistió que no era así, fue echado a trompada limpia.


Isidro Llonch es músico y se encuentra en la recta final de la carrera de abogacía. El sábado salió con amigos y terminaron la noche en un boliche de La Fluvial. Pero la experiencia que le tocó vivir no fue nada agradable: un custodio del lugar se acercó para “explicarle” que un colega se dio cuenta de que quería “colarse al VIP” y que si lo intentaba lo iba a “sacar por las malas”. El joven le explicó que era una percepción equivocada, pero a cambio fue violentamente retirado del lugar y golpeado por varios patovicas, según detalló Isidro, quien hizo la denuncia, y explicó que su interés es visibilizar el caso porque lo que pasó “está mal”. Así instó a “no naturalizar la violencia” y a tomar conciencia, ya que “hay mucha gente que no realiza” la denuncia. “No es normal la violencia que se despliega en la noche”, subrayó.

Isidro no tiene más de 23 años. Se lo ve sereno tras pasar por una revisación del médico forense. Habla con claridad y agradece tener la posibilidad de explicar lo que le pasó. Refiere que la vivencia que tuvo no dista de lo que sufren muchos otros pibes de su edad cuando salen a divertirse. Aclara que no le interesa un reclamo económico al boliche, al contrario, sostiene que quiere visibilizar el incidente por convicción, porque está naturalizada la violencia en la noche y no es normal que quien debe cuidar al lugar y a las personas termine lastimándolas.

Relató con detalle aquella noche. Se encontraba en el interior del boliche con cuatro amigos tomando algo cuando se acercó un patovica y le dijo: “Acá mi compañero me dice que vos estás con ganas de colarte a VIP”. El joven recuerda que le contestó: “Mirá, estoy tomando algo con mis amigos, ni siquiera estoy mirando para el lugar que vos supuestamente estás diciendo que me quiero colar. No sé qué me estás diciendo”. Y él me contestó: “Tranquilizate, que la próxima vez que quieras colarte te saco por las malas”. Isidro le contestó: “¿Me estás cargando? Te estoy explicando que estoy con mis amigos, ni siquiera estoy mirando para allá ”.

Fue lo último que atinó a decir: “Ahí –recuerda– uno me agarró del cuello, me llevó pegándome piñas. Se sumaron tres o cuatro patovicas, abrieron la puerta del boliche y me tiraron al piso. Me caí y se me vinieron y me pegaron un puntinazo en la espalda”.

Con serenidad, el joven sostiene que podría haber pasado algo más grave: “En todo momento yo sentí una violencia que era completamente desmedida e irracional, y respondía a algo que no tenía razón de ser”, refirió. Y asustó: “Todo el tiempo sentí que lo estaban disfrutando, como que se estaban divirtiendo con lo que sucedía”.  Isidro sigue reflexionando sobre lo que le pasó: “Lo que uno se pone a pensar es cómo personas que están para controlar terminan por generar un peligro mayor para la salud y la vida de otros. Uno ya corre suficientes riesgos cuando sale de noche, y ahora tenés que sumar que la persona que está para controlar en un boliche, en el que te estás tratando de divertir con amigos, te pueda terminar lastimando”.

Otra cosa que destacó el joven fue que los empleados que estaban en tareas de control en la disco no tenían ningún tipo de identificación. Y recordó que después que lo sacaron violentamente, se recuperó y se acercó a la puerta del local donde intentó explicar lo que le había pasado y pidió hablar con un responsable. Dice que nadie le dio una respuesta.

Con todo, el objetivo que se trazó Isidro es visibilizar lo que le sucedió a él y a otros. Por ello llamó a denunciar toda situación similar: “Callarse, no decir nada, es legitimar ese uso de la fuerza por parte de los patovicas. Esa violencia, esas reacciones. Porque sucede todos los fines de semana en Rosario y en todos lados”, remarca. “No tengo ningún interés de nada –concluye–. Simplemente quiero que se sepa lo que sucede en la noche. Que se controle a la gente que se tiene que controlar, que la gente que se tiene que hacer responsable lo haga. Y le digo a la gente que cuando suceden estas cosas el mecanismo social que tenemos que activar es el de las instituciones, es hacer la denuncia”.

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