Policiales

Dólares para cambio de modelo

Otra estafa del cuento del tío con “el amigo de su sobrino, Diego Alonso”, en San Lorenzo

La víctima es una mujer de 81 años que vive en un departamento del centro de la ciudad. La llamada telefónica de quien se hizo pasar por su familiar Federico fue efectiva. Perdió 30 mil verdes y 70 mil pesos


El cuento del tío sigue rindiendo frutos a los estafadores. Este jueves, la víctima fue una mujer de 81 años residente en San Lorenzo. La denuncia policial refiere la llamada telefónica de un hombre que se hizo pasar por su sobrino para avisarle que tenía que cambiar los billetes estadounidenses que atesoraba porque estaban fuera de circulación, y que iba a pasar a recogerlos un amigo, Diego Alonso. El botín fue de 30 mil dólares y 70 mil pesos argentinos.

El parte policial menciona a una mujer que vive en el centro de San Lorenzo. Señala que recibió un llamado telefónico en el que una voz masculina, del otro lado de la línea, se presentó como su sobrino. “Habla tu sobrino Federico. Prepará los dólares que hay que cambiarlos de modelo. Va a ir un amigo, Diego Alonso, a tu casa”, reprodujo la víctima el contenido del diálogo.

Al rato, el nombrado llegó hasta la vivienda de la víctima. “Soy Diego Alonso”, le dijo a la mujer por el portero eléctrico del edificio. La anciana no sospechó nada raro y desde el balcón le arrojó al falso amigo de su sobrino las llaves de ingreso.

Una vez en el departamento, el intruso le preguntó por el dinero a la dueña. En una mesa, dijo la mujer, ya tenía 30 mil dólares y 70 mil pesos. El otro, al que describió según el parte policial como “de cutis claro, cabellos castaño oscuro, estatura mediana, con barbijo azul, pantalón de jean y buzo azul”, fue por más: la consultó si tenía joyas, para ponerlas en una caja de seguridad. Para convencerla, le dijo que era empleado del Banco Municipal.

Finalmente, Diego Alonso salió del departamento “con la llave colgada en el cuello”, los dólares y los pesos.

La estafa se le hizo evidente a la mujer luego de que comentara la circunstancia con uno de sus vecinos y éste, sospechando, llamara al sobrino. El familiar nada sabía de Diego Alonso. La Fiscalía en turno tomó el caso y pidió las medidas de rigor: relevamiento de cámaras en la zona y pedido de resguardo de los registros fílmicos, entre otras.

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