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Sexualidad y cuarentena

Orgías, fetiches y sexo atrevido en Rusia: cómo son las fiestas calientes por la aplicación Zoom

Kinky Russia es una comunidad de Moscú dedicada a la exploración de la sexualidad libre y sin prejuicios. Por el aislamiento social, decidieron repensar sus encuentros. Ahora son vía Zoom, donde cada usuario puede explorar diferentes salas, en un marco de consentimiento


Una de las salas de la Kinky Party, versión online.

Cuatro mujeres atan a un hombre a un colchón recubierto de plástico en una pieza apenas decorada. El sujeto no lleva más que una máscara negra, un collar de cuero, un calzón y portaligas.

La música techno industrial se intensifica en el fondo. Las mujeres vestidas con lencería se turnan para echar cera caliente sobre el pecho del hombre, mientras este se retuerce en una mueca de dolor y placer. Una de las dominatrices tira de la cera y la frota con sus manos de guantes de látex negro.

Esta es una de las primeras orgías trasmitida en vivo por app Zoom en Rusia, organizada por el movimiento Rusia Kinky (Kinky Russia), de Moscú.

Antes del aislamiento por la amenaza del coronavirus, el grupo organizaba fiestas temáticas de sexo atrevido para explorar la sexualidad. Todo en un ambiente libre de prejuicios y basado en el consentimiento.

Ahora, con las reuniones prohibidas a lo largo de Rusia por la pandemia, Kinky Russia abrazó la famosa app para brindar a su comunidad una manera de mantenerse en contacto y explorar la sexualidad. Eso sí, respetando el distanciamiento social.

“(Antes de que comenzara la cuarentena) teníamos una fiesta programada, así que decidimos repensarla antes de cancelarla”, dijo la cofundadora de Rusia Kinky, Tanya Dmitriyeva, al Moscow Times.

“Organizamos una transmisión en vivo de un ensayo que logramos llevar concretar un día antes de la cuarentena. Los participantes vieron una actuación real. Había diferentes opciones para conectarse en línea, chatear, coquetear, etcétera”.

Desde entonces, el grupo viene organizando orgías en Zoom cada una o dos semanas. A cada encuentro, se presentan cientos de personas y los participantes pueden visitar “salas” con diferentes artistas.

Al igual que la experiencia de la fiesta Kinky en persona, los invitados pueden visitar varias salas con diferentes opciones y artistas. El encuentro del sábado, que comenzó con el ritual de cera caliente, también contó con una actuación de Maxim Kalahari, un artista especializado en la técnica de tortura japonesa con la soga Shibari, así como también un espectáculo burlesco del cofundador de Kinky Rusia, Blanche de Moscou.

Otras salas mostraban a individuos, parejas o grupos realizando diferentes actos de sexo “pervertido” o BDSM (bondage, disciplina, dominación, sumisión, sadismo y masoquismo), o bien personas bailando al son de la música de un DJ en vivo. O simplemente viendo las actuaciones y hablando con otros invitados en el chat de Zoom.

Los invitados deben usar un disfraz “sexy y extravagante”, típicamente lencería o atuendos al estilo BDSM. Hay máscaras, ya sea de estilo carnaval veneciano o simples barbijos. Sin embargo, la mayoría de los invitados elige participar sin la opción de video encendido.

Si varios invitados o grupos deciden que desean explorar sus deseos juntos, pueden solicitar el uso de una de varias “salas” privadas dentro de Zoom.

“Realmente la paso bien”, dijo Yekaterina, una participante que en su debut llevaba una máscara de encaje negro sobre los ojos. “El sexo y todo lo relacionado es una parte esencial de mi personalidad. Finalmente he encontrado personas de ideas afines”.

Kirill, otro participante de las fiestas de Kinky, usa una máscara de carnaval que cubre la mitad izquierda de su rostro. “Me gusta la experiencia online, sobre todo hoy”, dijo. “Lo principal es que hay más belleza. Kinky es un espacio de carnaval tan cómodo, que acá podés ser cualquier cosa y sentirte libre”.

Ya sea en persona o en línea, los eventos de Rusia Kinky se basan en los principios centrales del grupo: consentimiento, apertura, igualdad y respeto por los límites del otro. Un moderador de la “Policía Kinky” hace cumplir las reglas y gasta bromas con los invitados en el chat para mantener un ambiente animado.

Para asistir a una orgía de Zoom, los invitados deben dar sus nombres, edades y una breve descripción de por qué desean asistir, para que los organizadores puedan asegurarse de que la fiesta esté compuesta por personas que estén en la misma sintonía. La entrada cuesta 1.000 rublos, o alrededor de 13 dólares.

La confianza es otro elemento clave en las orgías en línea del grupo. Está estrictamente prohibido sacar capturas de pantalla o grabar, pero no hay forma de que los organizadores eviten por completo que esto suceda.

Los organizadores de Kinky Party dicen que sus orgías en Zoom son únicas en el sentido de que no se trata sólo del sexo, sino también de apoyar a su comunidad durante tiempos de incertidumbre y, además brindarles algo que esperar los fines de semana de cuarentena.

Con información de The Moscow Times

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