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¿No había otro lugar para bailar?

Organizaciones ambientalistas denuncian fiestas atronadoras en zonas protegidas de las islas

Entidades que intervienen en la protección del Humedal revelaron que al menos cuatro fiestas señaladas como “ilegales” tuvieron lugar en espacios restringidos y declarados reservas naturales. A ellas llegaron embarcaciones de gran porte, con música a todo volumen. Y hasta con pirotecnia


Organizaciones ambientalistas denunciaron la realización de fiestas ilegales en zonas protegidas de las islas entrerrianas frente a Rosario, e incluso en una isla bajo jurisdicción de Santa Fe. A través de un comunicado, distintas entidades que integran un frente de defensa del Humedal y su ecosistema, pusieron en conocimiento la presencia de fiestas electrónicas, incluso con uso de fuegos artificiales en o cerca de zonas afectadas por incendios, y con gran presencia de personas en ambientes naturales del Alto Delta, que quedaron cargados de “una gran cantidad de basura”, tras aglomeraciones en las que hubo música a gran volumen, afectando la flora y la fauna que sobrevivió a las quemas, y torpedeando toda chance de preservación de la biodiversidad del lugar.

El escrito publicado por las organizaciones afirma que ya fueron cuatro los eventos masivos realizados en el Humedal frente a las ciudades de Rosario y de Granadero Baigorria: tres de ellos tuvieron lugar en el sector de paradores ubicado frente a la costa norte rosarina, zona que pertenece al departamento Victoria y que forma parte de las 376.000 hectáreas que constituyen la Reserva de Usos Múltiples Islas de Victoria, donde actualmente está prohibido todo tipo de evento masivo o espectáculo público.

 

Los organizadores de las fiestas en la isla La Invernada invitaron a estos eventos masivos, según lo enunciado en el comunicado, usando los nombres “Chuekpary” y “Creanbeach”, a través de cartelería de redes sociales, donde no se especificaba la ubicación exacta de la convocatoria.

El cuarto evento señalado tuvo lugar en la punta sur de la Reserva Isla de los Mástiles, que al día de hoy es tierra fiscal de la provincia de Santa Fe. En el documento, las agrupaciones subrayaron: “La mitad sur de la isla fue cedida por comodato a la Municipalidad de Granadero Baigorria, la cual la designó como Área de Reserva Natural”. No contentos con la tierra firme como espacio de divertimento, los presentes llevaron en simultáneo fiestas particulares a bordo de “grandes embarcaciones de lujo ancladas a escasos metros de la costa” que, según demuestran videos publicados en redes sociales, fueron acompañadas por detonaciones de pirotecnia visibles desde la costa opuesta del Paraná, por lo cual “el evento requirió de una logística anticipada”.

Las organizaciones firmantes del comunicado señalaron que la música en altos volúmenes y el uso de fuegos artificiales y elementos pirotécnicos son “incompatibles con la preservación de la biodiversidad del entorno”, sumado a que estos eventos son grandes generadores de residuos orgánicos e inorgánicos en espacios que han sido delimitados como áreas de protección natural y que, para peor, tienen antecedentes de deterioro o destrucción por incendios: la isla de los Mástiles quedó severamente afectada por fuego días atrás, y las llamas devastaron o afectaron una superficie cercana a las 200 hectáreas antes de que brigadistas antiincendios las pudieran sofocar.

Estefanía Villalba, de la Multisectorial Humedales, puso énfasis en que en dos de las cuatro fiestas se tiraron fuegos artficiales, lo que ya de por sí genera riesgo de ser causa de nuevas quemas. Pero aun tomando máximos recaudos, los estallidos afectan a la fauna del lugar, y en particular a las aves, que anidan en altura. Y también a los propios isleños, quienes “no tienen por qué acostumbrarse a esto, que es más de ciudad”. Y reiteró que sonidos de altos decibeles generan efectos en la fauna, y “la basura que dejan” estos eventos multitudinarios, a todo el ecosistema.

¡Fiesta!

Desde la cuenta de Instagram “@chuekpary”, anunciaron que el próximo evento tendrá fecha el 11 de febrero, entre las 13 y las 22 “aproximadamente”. El método de venta es personalizado, ya que el usuario debe enviar sus datos a la organización, que les suministra un número de CBU para pagar la entrada: el costo es de $2.000, pagando el cruce aparte directamente al taxi-lancha que sale desde Ricardo Núñez y el río, en La Florida.

En el perfil de la fiesta pueden verse diapositivas de eventos anteriores, con una participación joven muy activa, fotos de las bengalas de humo, los juegos de luces y de portentosos dispositivos de audio. Incluso muestran los cruces y los desembarcos en videos. Todos de alta definición.

¿Nadie controla?

La lucha por preservar el ambiente, los espejos y cursos de agua, y la flora y fauna del Alto Delta tiene décadas de historia. Más recientemente, el “Comité Multisectorial Isla de los Mástiles” logró constituirse a partir del trabajo mancomunado de organizaciones socioambientales de Rosario y la región, junto con la Universidad Nacional de Rosario y la Municipalidad de Granadero Baigorria, desde mediados del 2021.

Esta mesa de diálogo ha servido como espacio de encuentro entre las diferentes fuerzas vivas involucradas en esta tarea, pero no con la misma fuerza desde sus distintos actores: “Pese a los reiterados pedidos, el municipio no ha establecido un protocolo ni designado los recursos para garantizar la protección efectiva de la reserva. Por otro lado, es importante mencionar que la mitad norte de la Isla de los Mástiles debería ser administrada por el Municipio de Capitán Bermúdez, que hasta la fecha brilla por su ausencia en el territorio”, denunciaron en el manifiesto.

 

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“Asimismo, cabe destacar que ni la Guardia Rural Los Pumas ni la Prefectura Naval Argentina han sabido desempeñarse ni actuar de oficio. Los Pumas fueron designados por la ministra de Ambiente y Cambio Climático, Erika Gonnet, oriunda de Granadero Baigorria, para custodiar la isla, incluso se les montó un destacamento abajo del puente Rosario-Victoria, a escasos metros de donde ocurrió la fiesta a la que hicieron caso omiso”, continúa el escrito.

Por otro lado, la Prefectura Naval  “tampoco se percató del evento, dejando en evidencia que debería revisar con urgencia sus ineficientes métodos para garantizar el control del parque náutico de Rosario y la región, que no para de crecer y hacer de manera arbitraria y desorganizada”, dijeron desde las agrupaciones firmantes.

“Las sospechas están, y ante próximos eventos, que ya están siendo promocionados, arbitraremos los medios para ubicarlos sin ánimo de error y poder así llevar adelante las denuncias pertinentes”, advirtieron los ambientalistas: “El que avisa no traiciona”.

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