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Once presos se fugaron de la comisaría de barrio Ludueña

Hicieron un boquete y ganaron los techos. La Policía buscaba ayer a los prófugos en un fuerte operativo.

Agustín Aranda

Podrían haber sido 12 los fugados ayer de la comisaría 12ª. Como si se tratara de un trabalenguas o de un chiste. Pero no todos los cuerpos son aptos para huir a través de boquetes y el sobrepeso de uno de los reclusos determinó que fueran once los fugados y que su cuerpo, que había quedado atascado en el improvisado agujero, terminara con algunos raspones y con la bronca de no haber conseguido su libertad. Por el hecho –que generó un gran revuelo en las filas policiales y determinó que la plana mayor de la Unidad Regional II se hiciera presente en la seccional de barrio Ludueña– cuatro policías fueron pasados a disponibilidad y se inició un sumario administrativo, además de la causa judicial. Además, ayer dispusieron un amplio operativo para tratar de dar con los prófugos, pero sin resultados.

Ayer, la puerta de la comisaría 12ª ubicada en Pedro Lino Funes 255 bis estaba concurrida. Apenas comenzó a circular la noticia, los familiares de los reclusos que viven en esa dependencia comenzaron a llegar para informarse sobre la salud de los internos. Luego de recibir la confirmación de que estaban bien, se retiraron.

También se encontraba la plana mayor de la Unidad Regional II, y fueron los máximos jefes, Daniel Barei y Marcelo Casajus, quienes dieron los datos a cerca de la fuga. Según explicaron, la evasión fue descubierta cerca de las 15.40, cuando los agentes ingresaron a controlar los penales y se encontraron con la mitad de los presos.

Según Oscar Barei, Jefe de la UR II, en esa dependencia policial vivían 23 reclusos.

Y aseguró que la fuga la concretaron a través de un boquete. “Doblaron una reja y realizaron un boquete de 30 por 40 centímetros. Así, ganaron los techos y escaparon por el fondo hacia calle Rouillón”, precisó Barei. Y agregó que “todavía no se ha establecido cómo realizaron el agujero”.

Si bien el Jefe de Policía no aclaró qué herramientas habían sido utilizadas por los detenidos, fuentes de la pesquisa aseguraron haber encontrado dos sierras que habrían sido utilizadas para limar los barrotes.

Luego de la fuga comenzaron las tareas de rastrillaje por la zona. Marcelo Casajus, subjefe de la Unidad Regional II, dijo a El Ciudadano que los investigadores buscaban testigos de la evasión entre los vecinos del barrio. “Ha comenzado la investigación y se espera que los peritos determinen cuanto tiempo tardaron en hacer el boquete”, señaló el jefe policial.

Por otro lado, Casajus explicó que uno de los detenidos que intentaba escapar no lo había conseguido debido a “sus características físicas”. Si bien no detalló la fisonomía del recluso, otro jefe policial aseguró que “el hombre no podía pasar por el boquete”. Sin embargo, los sucesivos intentos por conseguir la libertad resultaron en sendas heridas en sus piernas.

Los jefes policiales indicaron que los fugados estaban detenidos en su mayoría por delitos contra la propiedad. Y explicaron que, tras la fuga, dispusieron el pase a disponibilidad de los tres policías que se encontraban en la dependencia y del subjefe de la misma, que si bien no se encontraba en la misma, es el responsable directo.

El caso es investigado por la Justicia Correccional en turno durante la feria.

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