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Obama ordena no espiar a amigos “a menos que haya motivo cierto”

El presidente de Estados Unidos también propuso dejar de controlar registros telefónicos de millones de ciudadanos, salvo autorización de una corte.


El presidente de Estados Unidos, Barack Hussein Obama, ordenó limitar el espionaje sobre mandatarios amigos a los casos en que “haya un importante motivo de seguridad nacional”, entre otras reformas a futuro en las prácticas de inteligencia de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), que incluirán el cese del control de registros telefónicos, según el plan de reformas. La intromisión masiva que ayudó a develar el espía arrepentido estadounidense Edward Snowden reveló no sólo el espionaje a millones de ciudadanos comunes y empresas sino además la interferencia en teléfonos y cuentas de correo electrónico de los principales líderes del mundo, entre ellos algunos de los aliados directos de Washington.

“He dejado claro a nuestra comunidad de inteligencia que, a no ser que haya un importante motivo de seguridad nacional, no se vigilarán las comunicaciones de jefes de Estado y gobiernos amigos y aliados cercanos”, afirmó el mandatario estadounidense en su intervención en el Departamento de Justicia.

Obama anunció esta y otras modificaciones siete meses después del duro trance diplomático que el mandatario debió soportar cuando Snowden filtró a la prensa procedimientos de espionaje global contra millones de personas y líderes de varios países.

También propuso que el gobierno deje de controlar los registros telefónicos de millones de ciudadanos recopilados por la NSA, y ordenó que los organismos de inteligencia tengan que solicitar el permiso de una corte secreta para acceder a esos datos.

“Estoy ordenando una transición que terminará” con el programa “tal como existe actualmente”, así como “establecer un mecanismo que preserve las capacidades que tenemos” sin que el gobierno “tenga el control de esos registros telefónicos”, dijo.

Pese a los cambios, Obama no se privó de realizar una encendida defensa de los sistemas de espionaje estadounidenses a lo largo de su historia y de los beneficios que –según dijo– estos sistemas trajeron para “la vida de los estadounidenses”.

Para Obama, el programa de la NSA revelado por Snowden en junio pasado debe continuar, aunque debe ser reformado. El demócrata dijo que las revelaciones de Snowden trajeron a la larga “más daño que transparencia”. Aseguró que no quiere juzgar “las motivaciones o acciones del topo”, actualmente asilado en Rusia, pero señaló: “Revelaron métodos (de espionaje) a nuestros adversarios que podrían impactar en nuestras operaciones”. “La defensa de nuestra nación depende en parte de la fidelidad de aquellos en los que hemos confiado los secretos del país”, advirtió.

Para defenderse puso a Rusia y China como malos ejemplos

“Nadie espera –dijo el presidente estadounidense Barack Hussein Obama– que China tenga un debate abierto sobre sus programas de vigilancia o que Rusia tenga en cuenta las preocupaciones por la privacidad de sus ciudadanos”. Así se atajó de las críticas más duras de las organizaciones por los derechos civiles locales e internacionales que han cuestionado a Washington por el espionaje masivo y por el control ilegal sobre el mundo digital, al estilo del Gran Hermano, la figura totalitaria de la famosa novela 1984, escrita por George Orwell en los años 50.

El presidente adelantó que las reformas no se harán en forma drástica –“no podemos desarmar nuestras agencias de inteligencia”– ni rápida –”este esfuerzo no puede completarse de la noche a la mañana”–.

Pero sí confesó que esta reforma es necesaria y consecuente con el hecho de que EE UU, “la nación que creó internet”, debe de estar “al frente en la defensa de la privacidad personal y de la dignidad humana”.

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