Edición Impresa

Obama detrás de la cordillera

El mandatario estadounidense propuso en Chile trato igualitario con Latinoamérica y dijo que la “Alianza para el Progreso” de John F. Kennedy en 1961, no sirve en la actualidad. Piñera apoyó el ataque a Libia.

Obama y un discurso que generó demasiada expectativa y ningún anuncio rutinario.

El presidente estadounidense, Barack Hussein Obama, de visita en Santiago de Chile, propuso ayer una “alianza igualitaria” con Latinoamérica pero no hubo anuncios concretos. Sí hubo, en el denominado “Discurso para las Américas”, un reconocimiento verbal de la importancia que recobra América latina para Estados Unidos.

Obama destacó que “Latinoamérica es más importante para la prosperidad y la seguridad de Estados Unidos de lo que nunca fue”, y puso como ejemplo las relaciones comerciales.

“Exportamos tres veces más a Latinoamérica de lo que lo hacemos a China. Nuestras exportaciones a la región –que están creciendo más rápido de lo que lo hacen con el resto del mundo–, sustentarán pronto más de dos millones de empleos en Estados Unidos”. “En conclusión”, resumió, “cuando Latinoamérica es más próspera, Estados Unidos es más próspero”.

En plenas revueltas en el mundo árabe y coincidiendo con la operación militar que EE.UU. y la coalición llevan a cabo en Libia contra el régimen de Muamar Gaddafi, Obama alabó las transiciones hacia la democracia vividas en América. “Las lecciones de América latina pueden ser una guía para los pueblos del mundo que están empezando sus propios caminos hacia la democracia”, señaló.

Su anfitrión, el mandatario chileno Sebastián Piñera, aprovechó la ocasión para expresar  su apoyo a la cuestionada intervención militar extranjera en Libia (ver página 4).

Obama no hizo referencia explicita ni pidió disculpa alguna por el apoyo norteamericano al golpe militar encabezado por Augusto Pinochet contra el presidente chileno Salvador Allende, en 1973. Sostuvo que no puede “responder por políticas estadounidenses del pasado pero si del futuro”.

El senador opositor Juan Pablo Letelier lamentó que Obama no hiciese referencia al rol de EE.UU. en el régimen militar pero destacó que “tiene la intención de una visión distinta del continente” y “propone acciones concretas para avanzar”.

“La historia de las relaciones entre Estados Unidos y América latina ha sido bastante tumultuosa. Es importante al entender nuestra historia y aclararla que no nos dejemos atrapar por ella”, afirmó Obama.

Sus palabras fueron recibidas entre aplausos por Patricio Aylwin, Eduardo Frei y Ricardo Lagos, ex presidentes chilenos que poco antes sostuvieron un encuentro privado con Obama

El presidente estadounidense aludió entonces, sin nombrar a ninguno, “a aquellos presidentes (latinoamericanos) que se agarran a ideologías en bancarrota para justificar su poder y que buscan silenciar a sus oponentes”.

Obama lanzó un mensaje a Cuba: “Las autoridades cubanas deben tomar medidas significativas para respetar los derechos básicos de los cubanos, no por que Estados Unidos insista en ello, sino por que así lo ameritan los cubanos”.

Recordó también la Alianza para el Progreso, el plan de asistencia a los países latinoamericanos que ideó hace 50 años su antecesor John F. Kennedy para combatir la influencia del comunismo.  “Aquel programa era correcto para aquella época, pero las realidades de nuestro tiempo –y la nueva capacidad y confianza de nuestros vecinos latinoamericanos– exigen algo diferente”, subrayó.

Obama llegó a Chile procedente de Brasil en la segunda etapa de una gira por Latinoamérica que seguirá y culminará en El Salvador mañana.

En tanto, hubo diversas protestas contra la visita de Obama y decenas de detenidos. Los efectivos debieron utilizar carros lanza aguas. Ante el hecho los manifestantes respondieron provocando barricadas  El hotel Sheraton, donde se alojaba anoche el mandatario norteamericano y su familia, permanecía fuertemente cuestionado por agentes de seguridad de EE.UU. y carabineros de Chile.

Comentarios