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Obama afirmó que el Islam no es el enemigo de EE.UU.

“No fue la religión la que nos atacó”, dijo el presidente estadounidense en la conmemoración del 11-S.

“Como estadounidenses, no estamos ni jamás estaremos en guerra contra el Islam”, señaló el presidente de EE.UU. Barack Obama en el Pentágono, uno de los blancos de los ataques del 11 de septiembre de 2001, además de la Torres  Gemelas, en los que murieron en total unas 3.000 personas. Obama afirmó, ante un país polarizado por el proyecto de construir una mezquita próxima a la Zona Cero, y por la amenaza de un pastor evangélico de Florida de quemar 200 ejemplares del Corán, que el Islam no es el enemigo. Así, el mandatario llamó a la tolerancia religiosa  para frenar  peligrosas derivaciones de una ola anti-islamista surgida en medio de las ceremonias para conmemorar un caldeado nuevo aniversario de los atentados.

“No fue la religión la que nos atacó ese día de septiembre. Fue Al Qaeda, un grupo lamentable de hombres que pervierte la religión”, subrayó Obama, en una ceremonia ensombrecida por  controversias religiosas.

“El mayor honor que podemos rendir a nuestros caídos y de hecho nuestra mejor arma en esta guerra que luchamos, que es lo que nuestros adversarios más temen, es mantenernos firmes a lo que somos como estadounidenses”, dijo el mandatario.

Esto es “renovar el propósito de sentido común, pronunciar lo que define nuestro carácter como país, y no permitir que los actos de una pequeña banda de asesinos de inocentes y de cobardes en cuevas distorsionen lo que somos”, agregó.

En tanto, el vicepresidente Joseph Biden y el alcalde Michael Bloomberg estuvieron en Nueva York entre los participantes del rito anual de lectura de los nombres de las 2.753 personas muertas cuando dos aviones secuestrados por extremistas islámicos se estrellaron contra las emblemáticas Torres Gemelas.

“No venimos a llorar, sino a recordar y reconstruir”, dijo Biden.

La ceremonia comenzó con la interpretación del himno nacional por parte de un coro de jóvenes en la Zona Cero, donde los trabajos de reconstrucción comienzan a tomar cuerpo. Los familiares sostenían carteles con las imágenes de sus seres queridos bajo un cielo celeste radiante, según un reporte del corresponsal de la AFP Sebastian Smith.

Una tercera ceremonia se desarrolló en Shanksville, Pensilvania, donde un cuarto avión tomado por los secuestradores cayó en un campo, elevando a casi 3.000 personas la cifra de muertos por la tragedia.

Este año el aniversario del 11-S estuvo marcado por debates polarizados sobre la construcción de un centro cultural islámico y una mezquita próxima a la Zona Cero, y la amenaza de Terry James, pastor de una pequeña iglesia evangélica de Florida (sur) de quemar 200 ejemplares del Corán.

Ayer, el pastor aseguró a la cadena televisiva NBC que ya no iba a quemar el libro sagrado del Islam “ni hoy, ni nunca”.

Jones agregó que el objetivo de su iglesia era “mostrar que hay un elemento muy peligroso y muy radical en el Islam”. “Hemos cumplido totalmente esta misión”, se felicitó.

La amenaza del pastor Jones elevó la temperatura política en Estados Unidos y provocó reacciones en el mundo musulmán.

En varios países musulmanes, la población salió a las calles para expresar su ira ante el proyecto de la iglesia de Gainesville, y muchos se manifestaron quemando banderas de Estados Unidos.

El presidente Obama, que defiende la construcción del centro islámico, dijo ayer que Estados Unidos promueve “los derechos de cada estadounidense, incluido el derecho de adorar a quien uno elija”.

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