El inspector de la Subsecretaría de Trabajo porteña que clausuró en 2008 el edificio de Iron Mountain, donde el miércoles de la semana pasada un incendio y posterior derrumbe mató a nueve socorristas, aseguró ayer que “queda clarísimo que nunca podría haberse habilitado” y advirtió que “Barracas es un polvorín” donde, si no se toman medidas, “estas cosas van a seguir pasando”.
“Yo pedí la clausura de ese local porque básicamente tenía deficiencias en el sistema de seguridad contra incendios. Había acumulación excesiva de material combustible, las mangueras estaban inoperables, no había sprinklers y había obstáculos en los pasillos”, afirmó Edgardo Castro en declaraciones a Télam.
El especialista, quien es ingeniero en Seguridad Ambiental, licenciado en Higiene y Seguridad del Trabajo y auditor en sistemas de calidad en medio ambiente, afirmó que, si bien le fue concedida la clausura, sus superiores le retiraron luego el caso. “Eso se puede hacer, no quiere decir que esté necesariamente mal, pero si fue para esto, evidentemente estuvo mal”, dijo.
“En esa época tuve varios casos en la zona que incluso me negaron la orden de clausura o la levantaron en tiempo récord de doce horas”, explicó.
Castro aseguró además que él es el único especialista en la dependencia donde se desempeña, a pesar de lo cual ya no lo mandan a controlar grandes empresas sino “a inspeccionar consorcios”.
Por otra parte, denunció que “Barracas es un polvorín” por la cantidad de depósitos que incumplen las normas de seguridad antiincendios. El especialista aseguró además que falta personal idóneo en la jefatura de las principales dependencias de control y que el gobierno de Buenos Aires intentó “desmantelar” la Subsecretaría para “que no haya ningún tipo de inspección”. “Si no se pone a funcionarios idóneos, estas cosas van a seguir pasando, en mayor o menor escala van a seguir pasando, es cuestión de tiempo”, alertó.
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