El diario brasileño Folha de Sao Paulo publicó hoy otra serie de chats privados entre el ex juez y ministro de Justicia, Sergio Moro, y el fiscal y coordinador de la operación anticorrupción Lava Jato, Deltan Dallagnol, que demuestran cómo discutían y organizaban el avance de los casos y el apoyo de la Corte Suprema.
A partir de un acuerdo con el sitio de noticias que obtuvo las conversaciones hackeadas, The Intercept Brasil, el diario paulista mostró chats de 2016, cuando el entonces juez Moro temía que el juez del Supremo Tribunal Federal (STF) Teori Zavascki, muerto en un accidente aéreo al año siguiente, le quitara algunos de sus casos.
En marzo de 2016, la Policía Federal permitió que se filtrara a la prensa parte de una investigación sobre el esquema de corrupción protagonizado por la constructora Odebrecht. Moro ya había sido criticado por el STF por filtrar las escuchas telefónicas del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva y temía que el juez Zavascki utilizara esta nueva irregularidad para quitarle algunos casos de la operación Lava Jato y dárselos a otro magistrado de primera instancia.
Por eso, se contactó con el fiscal Dallagnol y le expresó ese temor y la necesidad de controlar a la corte. Dallagnol le dijo que no se preocupara y le contó que se había contactado con la Procuraduría General de la Unión y le sugirió que remitiera otra investigación, vinculada a Odebrecht. Además, se comprometió a hacer avanzar los casos más rápido.
Moro también le comunicó su temor por las “presiones” para que el Consejo Nacional de Justicia (CNJ) investigara su conducta dado que ya se empezaban a acumular las críticas por el uso de confesiones de acusados y procesados por corrupción y por la falta de evidencia concreta en el caso contra Lula.
Dallagnol le prometió hablar con el representante de la Fiscalía en dicho Consejo. “Quiero que sepas que no solo la inmensa mayoría de la sociedad está contigo, nosotros haremos todo lo que sea necesario para defenderte de injustas acusaciones”, aseguró Dallagnol.
La oficina de Moro volvió a negarse a confirmar la autenticidad de los chats publicados e intentó poner el foco, otra vez, en la violación a la intimidad y el delito que significan el hackeo a su teléfono.
En los últimos días, sin embargo, el entonces juez de primera instancia y actual ministro de Justicia reconoció que discutió sobre los procesos de la operación del Lavo Jato con el fiscal que coordinaba todos los casos, algo expresamente prohibido por las leyes brasileñas.
Para el ex presidente Lula y muchos detractores de Moro, los chats filtrados demuestran la arbitrariedad con la que el actual ministro avanzó las causas, impulsado -según denuncian- por motivaciones políticas, más que judiciales.
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